¿Por qué me hacéis llorar, campanas...?
¡Callad, por Dios, ese quedo llanto!
¡Tened compasión de mí!,
no despertéis a esa santa.
¿Que no veis que no muere..., sino duerme?
¿Cómo osáis calumniar ese sueño?
¿Cómo pretendéis acallar ese duende?
¡Con que derecho...!
¿Acaso no veis que solo yo, soy su dueño?
¡Vosotras! que tiempo atrás repicasteis gloria...
¿Qué os pasa...?, que ahora tocáis a duelo.
Vosotras, campanas de mi pueblo...,
¿es que ya no tenéis memoria?
¿Acaso pretendéis que crea que el cuerpo
que ahí descansa, es ahora muerto?
¡Callad por Dios!, no sigáis, vuestros
ecos me hacen temblar.
Vosotras, amigas antes, y ahora me hacéis llorar.
De que queréis advertirme, que ya no pueda imaginar
¿O también lloráis, por que sabéis que de nuestro
lado la van a arrancar?
¡Por Dios, campanas, callad!
No adelantéis su hora.
Ahogad, campanas, mi llanto.
¡Honrad campanas, su memoria!