ESE MUNDO
Hay un mundo que era mío:
A veces me vienen sus recuerdos.
No sé si en él era amada soberana,
Virgen, madre, curandera,
Adúltera apedreada,
Ladrón crucificado, dictador,
Tirano, mendigo, soldado, mercenario
O simplemente, un alguien anodino y gris
De cuyo paso no quedó memoria.
Pero tengo de ese mundo las visiones,
Sus olores,
Sus paisajes,
Los llantos y las glorias.
Conservo el color de sus ocasos,
El sonido de su viento
El olor de sus enredaderas.
Lo siento más mío que esta soledad en la que habito
Le temo menos que al vacío que me aguarda
Cuando cierro los párpados.
Y no sé si es pasado,
Locura,
Visiones del futuro
O mera invención de los sentidos,
Pero ansío volver a verlo,
Visitarlo
Aunque sea solo en sueños.
Marié Rojas Tamayo
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CAUTION:
No los exponga a la luz
no los agite antes de usarlos
cuidado con la fermentación.
Saltan las tapas de los envases
despliegan sus alas frente al crepúsculo
opacan el cielo del atardecer
se ocultan en las copas de los árboles
y en las noches
asaltan a los transeuntes
para devorarlos.
Enrique Pineda Barnet
APUNTE CÓSMICO
Todo es un ir hacia dentro
Bien adentro
Recoger el anillo y lanzarlo
No hay tiempo para más.
CONFESIÓN
Creo en milagro del poema
En los códigos ocultos de la sangre
En la nocturna semilla del miedo
El tiempo fluye en mi mente
Como un lenguaje interminable
Arcaduz de signos
De un agua muy antigua
Escribo violento en mi interior
Las violencias de una música
Melodía de fuerzas y ternuras
Que se abren paso entre capas de cieno
El árbol de los deseos me pertenece
Árbol mecido en el que las frases son frutos y luz
Semillas y frutos
En la armadura verbal del silencio
Las ventanas son ideas
No existe la noche
Sólo ansias de luz
Sus opalescencias y voces
Sólo la religión del texto como cuerpo
En la que oficio sumo y ardiente.
Rafael Acosta de Arriba
“Fractura del tiempo”. Ed. Letras Cubanas. Cortesía del autor.
TRÁNSITO
...escribo al alumbro de las Opera lulianas
y de tu Transmigración, JK[1]; las que releo:
« ...con los ojos atónitos del atónito...»
J. G. A
Fuga del eros-tanatos que ciñe mis abarcas
con filamentos de piel urgida
(túrdigas sesgadas al cárdeno pergal
¾púrpura que vibra en los cantiles
trasmutando diaminas en vitelos
al viso de la grava).
Delectación morosa del ouroboros doble:
génica lux: exilio
¾duelen, los regalos de Dios.
Mis óleos bermejos domestican resina de lentisco
para otro vástago, otro Silvio, otro Eneas, otro Llull:
Ánima; Analectas; Acertijo; Ábaco:
¾¿la cábala del nombre? Permutaciones:
la vis de los ungidos por la gracia que no se domestica.
(Hay dieciséis Árboles en el Bosque luliano;
pero son infinitos.) Bendito cauterio.
Ato mis desgarros con lo menos sutil.
Vuelta hilo almagre, mi hálito vence el laberinto
de la engastadura cosmológica.
La hogaza tibia del salvado me salva.
¾Cuadrivio salvador.
RECLUSIÓN
La naturaleza y su música en esta soledad llena de encantos,
Música del viento que acaricia a la hierba,
Música del rocío en amaneceres grises,
de gorriones,
del zún-zún besando los azahares,
de árboles perennes,
de lagartos asustadizos,
Música que me siento fruto,
mariposa entre el follaje ,
Música que me acerca a la génesis de quienes
encaramos realidades perdidas,
al pretender dar lucidez artificial y ruidos espeluznantes,
y no saber escuchar la música que somos,
música naturaleza,
música del todo.
Alina del Rosario Genó Peña
ESCRITURAS VISIBLES
La hermosa memoria de un día en el mar.
Figuras que sumerges
hacia un brazo de agua más tranquilo y limpio,
más intenso
que la imagen o la palabra fuego,
tantas veces igualada por ti a la idea de la libertad.
Es todo lo que puedes hacer.
Mira el dolor tatuado en la ceniza,
los escombros
de otras intensidades muertas por la congelación o el límite.
Demasiado esperabas de la vida.
Todo lo que puedes hacer es un lenguaje
iluminado por esencias
y por la belleza que ves en el conocimiento de las cosas.
No mentir otros miedos.
No fingir que tu silencio olvide
la significación y el peso de alguna antigua tradición.
Lo sabes, finalmente,
demasiado esperabas de la vida
y esto es todo lo que puedes hacer:
escrituras visibles,
de una inocencia desnuda y hechizante.
Más perdurables e intensas que la palabra fuego,
o tu idea, o cualquier imagen
que antes igualabas a la libertad.
Edel Morales
RELATIVA COMPLACENCIA DE LOS SECRETOS
Relativa complacencia de los secretos
Estos puentes alzados sobre la madrugada estos huecos
Los muros de piel de tigre y hojas recuperadas en la arena
Yo soy el bosque mi grito se sacia cuando los árboles
Destilan alcohol cuando en cada caverna hay un ángel
Bebiendo de tus dientes Mira en este cristal
Comprueba que no existes más allá de tus propios temores
Porque eso que ingieres no es el alimento sino el aire vacío
De las palabras Mira en este espejo
No te entristezcas al ver al suicida devorándote.
Norberto Marrero
Del Poemario “La Dicha Enferma”
II
Conozco un ángel nuevo, como un ángel
en los aires se mece, permanece
de pie sobre la luz. Su nombre es Alguien:
tiene en los ojos cierta extraña nieve...
Tiene ligero el cuerpo, a la medida
de toda tentación: la sombra, blanca
-como una puerta que a cruzar invita
pero, después, preguntará quién pasa...
Tengo la duda por saberle todo.
Sus fantasmas. Sus miedos. Los milagros.
Las preguntas. La música. El silencio.
Conozco un pájaro que no conozco.
Pero sé, a fin de cuentas, que es un pájaro
y canta en mí. Y su canto es el misterio.
Conozco un ángel nuevo, no se nombra...
Diusmel Machado
CUENTO DEL MAR
- Hazme un cuento, concha hermosa,
De un niño y de la mar
De una barca caprichosa
Con el casco de coral.
- En un barco, barquichuelo,
Va cruzando el ancho mar,
Un pequeño marinero
Que navega sin cesar.
Boga, boga, con empeño,
Por mil sendas de la mar,
Va a un país que vio en un sueño,
Donde todo es de cristal.
Donde danzan los reflejos
De las luces al brillar
Y los lagos son espejos
Que reflejan el danzar.
Vive un hada en una perla
Que su sueño ha de besar
Y en las crestas de las olas
El barquito ha de llegar.
- Linda concha nacarada,
Sabes cuentos de la mar,
De las perlas, de las hadas...
- Son los cuentos de agua y sal.
Josefina Díaz Entralgo
Del Poemario “Cascabeles”
VIII
Entre palmas reales no es fácil ocultarse;
lo saben los vivos y en carne propia lo viven los muertos,
pero vendrá el auxilio si pedimos lo que nos pertenecía desde el principio.
Job está de vuelta en casa, la respiración incumple el sueño
al margen de la recta vía, y sin necesidad de prodigio vuelve al sepulcro.
Job es una cesta donde los comejenes defecan.
Job es tu claridad esperando la noche para multiplicarse.
Job es esta espera entre calzadas en penumbras y molinos rotos.
Confundida quedó el ave con la cifra;
también entre guadañas brotan manzanos el justo día del loto.
Espantados sean nuestros nombres.
Boca arriba somos saciados de lodo fresco;
los cultivos ya le hacen sombra a Dios,
porque lo inesperado trabaja por el silencio de mañana.
IX
El azar es cosa del demonio, pero es el padre quien hace girar los dados;
como campanas sin badajo oscilarán las respuestas
hasta que el brillo de las serpientes regrese a los iconos.
El eco del pantano nunca miente, es el centro de todas las tiradas.
Destejido voy hacia la pirámide invertida y escucho un trazo inseguro
esbozando la primera línea de latitud sobre el fervor de las cartografías.
Nos rigen todavía las pequeñeces de Atenas y sus buhos
que atraviesan los velos desde el Estigia al Cauto sin creer en las formas.
La estación matriz no tiene nombre, ni lugar ni medida;
ha llegado el tiempo de restaurar los palomares del origen,
ya se sabe que la prisa destruye la eficacia de la ofrenda.
Bajo mis restos los ejércitos de Alejandro vuelven
y develan el mar de Hicarnia y las dos patrias del Sol.
Nada queda oculto, nada se pierde en el reflujo que nos conduce
de regreso al umbral; somos una mancha de peces huyendo del pelícano.
¿Dónde estás, alma de Dios, que te busco y te alejas?
Mis palmas se queman de sólo no tenerte.
¿Dónde hilas tu fruto, que haces girar para que no muera?
Yo sólo veo una masa dorada que ríe sin fatiga donde terminan las horas.
Dime dónde estás y sabré quién soy.
José Luis Fariñas
Del poemario “Breve introducción a la nada”, Beca de Creación 2002 de la Gaceta de Cuba y la revista Prometeo de Colombia
A UN VAGABUNDO
Al zapatero Pantaleón, ahora abandonado por todos.
El va por las calles
cargado de penas,
sin temores.
No le averguenzan
sus zapatos rotos.
No le importa que lo vean
en su desamparo.
Recoge del suelo
un periódico viejo:
lectura,
lecho,
sombrero.
Sólo piensa,
piensa
en lo que le falta...
La gente comenta
al verle pasar:
Caminando,
caminando
siempre está.
¿Cuántas cosas conoce?
¿Cuántos rostros ha visto?
¿Cuántos años ya vivió?
¿Tendrá hijos ese feo animal?
El los oye,
en silencio los oye.
Con sus ojos de perro triste
los mira,
calla,
llora,
y prosigue su caminar.
Ray Respall Rojas
Ilustración: Ray Respall Rojas
17 años
Estudiante de la Academia de Bellas Artes San Alejandro
Especialidad de Grabado.
[1] José Kozer