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LOS ÁLAMOS DE LEÓN FELIPE

FRAGMENTO

Valentín Justel Tejedor

España



 

Tres hilas de álamos de alto porte y recio temperamento, cimbreaban sus hojas verdosas, simples, alternas y caedizas, al compás de la fresca, e inopinada brisa tutelar del río Duero.

 

Sus frondas anchas y de bordes enteros, seguían una coreografía pendular. Así, con cada racha de viento, las puntiagudas copas se abatían, combándose, hasta que la ventolera cesaba su impetuosa arremetida.

 

En cada una de aquellas sacudidas, los peciolos se extendían tanto, que muchas veces, parecía que las hojas se iban a desprender de sus tallos, despojando a los árboles de sus glaucas vestiduras, sumiéndolos en el nostálgico invierno.

 

Sus enhiestados fustes plantados en terreno colinar, eran cenicientos y argénteos, aparentando ser de plata. A los pies de aquellas hileras de álamos, había un herbaje verdeceledón, salpicado con cientos de agáricas y perspicuas gotas de agua, que refulgían como diamantes.

 

El madrugador riego por aspersión, aleatoriamente dispensaba minúsculas pulgaradas de “lluvia”, sobre las cespederas propincuas a las ringleras de álamos.

 

Algunas tardes del mes de agosto, varias bandadas de cigüeñas sobrevolaban los álamos de León Felipe. En la corta distancia, sorprendía su majestuosa y soberbia envergadura. Con viento de cola batían sus alas para alcanzar las termales ascendentes, que las elevaban a gran altura, donde comenzaban un planeo lineal admirable. Su estampa era impecable, con sus plumajes blanquinegros, y sus picos y patas de color rojo intenso. Sus grandes alas desplegadas en el veleo, surcaban el cerúleo cielo, abierto y diáfano de la capital zamorana.

 

Con extraordinaria elegancia, mantenían sus cuellos estirados hacia adelante y levemente hacia abajo. Desde las obnoxias alturas, con los primeros arreboles vesperales, las zancudas parecían escrutar el cauce del mayestático Duero, y sus coalescentes sotos ribereños; sus mirificas islas de coníferas y juncales; sus puentes salvando el sereno y caudaloso curso fluvial; sus adyacentes y dorados campos de cereal (…)  

Este artculo tiene del autor.

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