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El Mar de Las Calmas y el Volcán dormido

Articulo sobre el Volcán de El Hierro (Islas Canarias)

Carlos Reyes Lima

España



Quien expone se expone.
En El Hierro (Islas Canarias) descubrimos que debajo de la calma, dentro de la mar serena, hay fuerzas de la naturaleza que viven en una fragilidad que no corresponde a los nombres, a la toponimia.

El Volcán escondido.
"Quien expone se expone" 
Acto 1.




Cuando yo era chico la palabra hierro significaba lo más duro, resistente y fuerte que habíamos conocido, así en la calle Manolo era “puño de hierro”, con solo mirarlo significaba llegar llorando a casa, en el mejor de los casos y con la moral destruida pero sano.

Al calor de las enseñanzas de mi padre, era albañil, descubrí que con el hierro se hacen los esqueletos de toda edificación, es la armazón interna, el sostén que guarda sueños, los desayunos, los almuerzos, las cenas, los juegos; nuestro lugar en protección.

Y así llegamos a esa Isla de archipiélago Canario: EL HIERRO con el Mar de Las Calmas durmiendo en un costado y no podía ser de otra manera, pues para tener calma hay que estar casado con la solides del hierro, en estos tiempos que corren. 



En El hierro descubrimos que debajo de la calma, dentro de la mar serena, hay fuerzas de la naturaleza que viven en una fragilidad que no corresponde a los nombres, a la toponimia, ni a la imaginación de los seres que la bautizaron para tener quizás un sitio a donde llegar y de donde partir en el Atlántico. 

En el fondo de esa casa-isla El Hierro, una especie de sangre-durmiente habita, necesita salir. Las explosiones pasajeras, el burbujeo continuo y debajo en el silencio, la lava es el volcán. Gritos explosivos, gestos espasmódicos y esperados como una representación teatral.

El Mar de Las Calmas dejo de ser un sosiego, una burbuja rompió su quietud, se detuvo en un instante de fotografía en el exterior para presentir que debajo, escondido se alimentaba con nutrientes de fuego, pujando por tener su actuación, su acto único: dar fe de vida.

Como no puede ser de otra manera, la contradicción crea dudas, en el caso del Volcán Escondido, de lo que miramos y lo que no podemos ver, lo que está a flor de piel y lo que está debajo de la piel, siempre pero siempre será un misterio. Una espera.



Las noticias de la erupción saltan de la prensa escrita, a la televisión, a las redes sociales, a internet con esa sensación de que los medios prolongan la angustia, como vivir en “tiempo real” el terremoto, el tremor, la erupción, la lava, el piroclasto, el fuego-ceniza, que sin vivir en El Hierro sentimos que estamos y somos parte de la obra dramática de la naturaleza. Es una espera de esperas, jugando imaginativamente a que el volcán es una obra teatral, donde la introducción es larga en el tiempo, nos lleve a un clímax y un desenlace sin drama, como espectadores armados de cámaras y de memoria para contar un volcán.

Los científicos, los políticos, las autoridades, los usuarios de las redes sociales, los voyeristas de internet se asoman una y mil veces a los instrumentos que auscultan la tierra, lo que hace unos meses era materia de científicos, de estudiosos, jerga profesional hoy es lenguaje discutido y hecho universal, repetido e interiorizado para cualquier canario y así como el volcán de El Hierro deja al descubierto las contradicciones predicciones de los vulcanólogos, las tendencias y métodos científicos para entender el suceso de primera mano, otra erupción intelectual se avecina cuando lleguen las cenizas.

El Volcán escondido levanta las pasiones de todos, en medio del “misterio” podemos escuchar voces afanadas por la alerta económica y dan con la formula: “El turismo volcánico”, algunas autoridades miran hacia afuera, con timidez descarada, presintiendo que el volcán le dará dinero por las ventas de cámaras digitales en La Restinga, pero las señales del volcán, parecen decir que lo qué necesita la isla es otra cosa, es mirar con detenimiento su interior, esa otra erupción guardada del herreño que necesita hablar, hacer y construir su futuro, sin temblores de tierra, protegiendo su casa-isla. Siempre hemos vivido en un territorio volcánico, en un paisaje lunar y ahora “ese” es un atractivo de las islas, lo que demuestra que muchos políticos solo miran hacia fuera sin detenerse en el adentro del archipiélago. Hasta podríamos imitar a Hawái y tener anfitrionas al ritmo de timple con aires de isa, coronas de flores y cocteles tropicales. La situación económica de El Hierro es más complicada que la venta de suvenires volcánicos. Buscar otras soluciones, otras salidas, pensar, promover y crear nuevas maneras de hacer y estar con el desarrollo. ¿El Volcán de El Hierro generara la chispa necesaria para entender de otra manera las posibilidades de un volcán? El tiempo hablara, y espero que no sea en un tiempo geológico y sí, en un tiempo cercano y no cuando los fósiles hablen que en El Hierro hubo una erupción. 



Quizás ese mal endémico de la sociedad canaria, de estar pendientes “de el qué dirán” se transforme por arte de Volcán en una mirada hacia dentro, una valoración real del talento, de nuevas rutas en el interior de lo que somos: como imaginario, como potencial y con la fortaleza del hierro para construir, potenciar y creer en nuestro valores universales y canarios.

Derechos reservados. Utilizar citando la fuente y el autor.

CARLOS REYES LIMA.
carlosreyeslima@yahoo.es



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Ver en línea : El mar de Las Calmas. El Hierro. Islas Canarias

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