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PIEDRAS (UNA FÁBULA MITOLÓGICA) - PARTE II/V

Adrián N. Escudero

Argentina



 UNO
 
  Él bien lo sabía: los que en vida fueran auténticos hijos de la Luz, no tributaban. ¿Y quiénes eran esos hijos de la Luz que no tributaban en su Pascua? 8: los que habían aprendido a renacer de lo Alto 9. Un túnel tan brillante como abovedado y etéreo, los atraía al propio terreno de los que sus antepasados llamaran ´Campos Elíseos´, ´Jardín de las Hespérides´o ´Islas de la Bendición´, ya que los mitógrafos griegos no resultaron totalmente consistentes sobre la ´geografía de la otra vida´; y, que, propiamente, Él, denominaba ´Cielo´. De los otros, había dos clases: uno con pasaje entero y viaje al Purgatorio, a la Otra Orilla, para terminar de templarse y pulirse como la plata y el oro bajo el fuego del Amor ardiente; y, otros, los desahuciados por su propia maldad, con boleto cortado y viaje hasta la mitad del río Aqueronte 10 que barnizaba las recónditas moradas del Tártaro Averno, donde reinaba el cruel Hades 11 -para griegos y romanos- o del ´Infierno´(y su amo Satanás) -para la teología cristiana, vencedora finalmente en todas las cuitas sobre la materia, a causa de la fortaleza infranqueable de su Verdad Revelada por el mismo Hacedor encarnado en la historia de las criaturas humanas.
 
  Él había sido, necesariamente, un hombre muy ilustrado y más aún en su siempre actual realidad atemporal. Así que, cada vez que trasladaba un alma en pena por el río Aqueronte hacia el Purgatorio, o hacia el Infierno, pero desviando por otros ríos acorde a la naturaleza del antivalor que pujaba por merecerlo según la gravedad del caso, Caronte, el Monje de los Huesos Huecos, mascullaba la profecía de Malaquías (3, 2-3) transcripta en el Antiguo Libro del Pueblo de Abraham; "¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién permanecerá de pie cuando aparezca? Porque Él (el Supremo Él) es como el fuego del fundidor y como la lejía de los lavanderos. Él se sentará para fundir y purificar: purificará a los hijos de Leví y los depurará como al oro y la plata; y ellos serán para el Señor los que presentan la ofrenda conforme a la Justicia".
 
  "De hecho que Caronte no se refería al mítico Hades como al fundidor -o a Satanás para los cristianos-, sino al verdadero Juez de Justicia y Misericordia: Aquél que tenía las llaves del Cielo (Olimpo para los griegos) y también las del Inframundo (o Reino de Hades para los helénicos) donde bufaba y trabajaba en clausura "El Invisible"... De hecho que Caronte, al remitirse a Aquél, se refería a Yosoy 12... Y también, de hecho, para comprender la maravillosa sentencia -no mítica sino mística- del profeta, había que saber que un fundidor de plata, por ejemplo, debe exponer su pieza sobre una base de fuego intenso -las pruebas de la existencia humana, que necesita también, como el acero, de las llamas de los sinsabores para templarse-, y poner sus ojos fijos en ella hasta que todas sus impurezas son eliminadas y el objeto alcanza su esplendor. Ahora, ¿cómo sabía el fundidor que había concluido el proceso? -pues un instante de exposición inadecuado de la pieza frente al fuego, la deteriora o destruye como tal-. Pues bien, el proceso culmina en el preciso instante en que la imagen del fundidor se refleja en el metal purificado. Así, cuando en el corazón del hombre se refleja la imagen de Yosoy, ese hombre ha alcanzado, en justicia y en verdad, la Santidad...
 
  "Por lo demás, y en cuanto al nombre de Yosoy, el mismo Caronte (único ser mitológico místico al mismo tiempo, pues su existencia pareciera confirmada por la aceptación popular varias culturas teístas y politeístas), estaba al tanto de que, dicho Nombre divino, fue revelado por Dios a Moisés, en tiempos en que todavía el hombre desconocía el Misterio de la Santísima Trinidad que implicaba. Por eso, en los Evangelios Cristianos, Jesús se lo aplicaría varias veces a sí mismo, y su predicación aclararía lo que funda ese Nombre: él es el Hijo único del Padre, el que tiene vida por sí mismo por la Gracia que los nutre...
 
  "Ahora bien, más allá de esas acotaciones, otra vez, purgando sus propios desatinos hasta el Día del Juicio Final cuando sería liberado por Yosoy, con soberbios, hastiados, desalmados e inmisericordes golpes de remo, Caronte -el temido remero del Más Allá- llevó la Barca y su carga liviana hasta un tercio del Mar de la Muerte, y se detuvo.
 
  "Mientras disolvía entre sus mandíbulas sin dientes pero ferrosas, las monedas-precio que arrancara de la garganta -perforada de cuencos sin ojos- de un aherrojado granjero avaro e impío que no dejaba de gemir y sollozar, y la filtraba entre los poros de sus huesos desnudos, el Barquero del Río de las Penas, escuchó que, aquella alma en desespero, recostada cuan larga era sobre el lecho de la nave, trataba de comunicarse con él... "¿Qué quieres, maldito reo de muerte? -dijo con voz trueno- ¿Es que los gusanos no han comido todavía tu lengua asquerosa de mentiroso negociante? ¿Te pesan los malditos pies de cartón piedra que luces ahora? Te diré, tus piedras preciosas encadenadas a ellos, ya no brillan. Por el contrario, irredento insecto muscular; el Candil de la Otra Orilla las ennegrece cuanto más nos acercamos al sitio de tu ahogo mortal..."; y emitió en seguida una cuan horrenda, sonora carcajada que, tapando el alarido de terror del desdichado pasajero, dejó escapar en ella toda la luz que se reflejaba en él, metro a metro de idas y vueltas por el río Estigia, vertida por la pura claridad del Gran Portal encendido, efectivamente, en la Otra Orilla... Reía de todos aquellos que, en vida, se preguntaban sobre el "gran tesoro" de monedas de todas clases y material valioso que estaría acumulando, recaudadas por cada una de las miles de ánimas que porteaba al cabo en su Barca de horrores... Reía ´viéndolos´ pensar en qué gastaría semejante fortuna un ser tan disoluto como él...
 
  ... Ahhh, malditos cobardes... Si supieran que, con eso, alimentaba las raíces de sus huesos oxidados y los fortalecía para la promesa de un nuevo Cuerpo Glorioso a la espera del Gran Signo de la Cruz en los cielos del Eterno Día Universal... Bastardos. Ignorantes. Necios. Impíos... No les bastaba con burlarse de su cruel Oficio, sino que hasta su alimento ambicionaban esos entes quebrados por la podredumbre de la concupiscencia que los había triturado, convenientemente, para el Abismo del furibundo Hades 13, el Invisible, donde serían desollados, desolados y desconsolados, por sus demonios y libélulas glotonas, como venganza del Dios de los Muertos contra la suerte, y cómoda y saludable vida de Zeus (Dios de los los Cielos) y Poseidón (Dios de los Mares), sus hermanos del Olimpo...
 
  "(...) "Enséñame...", balbuceó esa estela difusa que se estremecía de horror mientras Él, Caronte, impertérrito, desayunaba sus monedas antes de proseguir la marcha hacia el Lugar de la Nada... "¿Que te enseñe? Escoria insulsa y leño para el fuego del Temido... ¿Que te enseñe? ¿Que te enseñe, qué?, bramó el Huesudo atragantándose y vomitando polvo de metal hacia las impasibles aguas del Estigia... "Enséñame. Si alguien me lo hubiera explicado alguna vez, yo... Por favor...", rogó en lo que pareció un hilo de voz aquella menudencia etérea revolcada y hecha ovillos sobre el fondo de la Barca... ¿Yo qué?, demonio mendaz... Si hasta por los horizontes de tus estancias anduvo el Caminante, proclamando en toda la Galilea lo que debías haber aprendido junto al resto de tus fariseicos coterráneos... Zaqueo 14, tu socio de negocios y jefe de los publicanos, sí que fue astuto, o más sincero cuando, desde un sicomoro llamó la atención del Maestro venido de lo Alto, y éste aceptó su arrepentimiento y hasta se alojó en su casa... Todo lo charlaban cuando te arrimabas a Jericó a pactar inequidades con él para aumentar ganancias a costa de viudas y pobres... Eras un campesino tal como lo fuera Eliseo, Hijo de Safat, de Abel Mejolá, y podrías haber seguido el camino que Elías, el Gran Profeta, le propuso y que aquél consintió para bien suyo y de tu pueblo 15... En cambio, elegiste a don Dinero como dios 16; y "No se puede servir a dos señores" 17 -estará escrito-. Y también se dirá: "Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán su corazón" 18... Y ahora vienes y me dices que, si alguien, alguna vez... Cierra el pico, hijo de una serpiente arrastrada... Estoy tratando de mantener la paciencia y llevarte "sano" ante la presencia de Don Hades... Sus Inferi Dii no me perdonarían si agredo a tu augusta y miserable alma en desgracia... Así que... ¡Cállate! ¡Cállate y déjame tranquilo!"; y volvió con sorna su Rostro enjuto hacia el horizonte de la Otra Orilla donde un túnel luminoso mostraba su Portal embellecido de flores y ángeles custodios que calmaban a tres bestias cancerberas, mientras, a sus espaldas, un aullido de dolor inenarrable hacía formar círculos envolventes sobre la huella de espumas de la Barca del Monje de los Huesos Huecos...
 
 
DOS
 
  "(...) "Enséñame... Por... favor...", suplicó de nuevo el mercader. "Es mi última oportunidad, quizás...". "¿Tu última oportunidad?, carraspeó Caronte ya al borde de la ira). No sólo eres necio sino también verdaderamente bruto. Hay un tiempo de Misericordia y un tiempo de Juicio. Y tu fama y delirios están transitando el último recodo de tiempo del inexorable Juicio que se te avecina"... Y apretó temblando de rabia la madera musgosa de sus palas acuáticas. Indudablemente Caronte era consciente de que los hombres habían logrado atisbar muy superficialmente su existencia, pero qué poco sabían en general acerca del real funcionamiento del Más Allá y de sus luces y sombras... Era decepcionante... ¡Ni la resurrección de Lázaro los había convencido de la histórica presencia del Santo de Israel, del Dios de toda la tierra! 19 Por el contrario; agudizaron más su hipocresía y ansias de poder, y lo desfiguraron en forma alevosa para después clavarlo e inmolarlo en aquel salvaje y quejumbroso patíbulo... 20. "Mira, bestia infame: digo ´salvaje y quejumbroso patíbulo¨ al modo en que lo puede ver un tipo iracundo y tosco como yo, pero que los cristianos enarbolarán como estandarte de su fe, y venerarán en especial una vez al año en cada Viernes Santo cuando recuerden y memoren la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor de la Luz; maderos a los que dedicarán un Himno exultante como pocos he oído en mi pasar y en mi ser de lo que soy ahora: Oh, Cruz fiel, árbol único en nobleza! Jamás el bosque dio mejor tributo en hoja, en flor y en fruto! ¡Dulces clavos, dulce árbol donde la vida empieza, con un peso tan dulce en su corteza. // Cantemos la nobleza de esta guerra, el triunfo de la sangre y del madero: y un Redentor que en trance de Cordero, sacrificado en Cruz, salvó la tierra´. "Ah, hipócrita pulga de granero y de un toro mal nacido!; te diré también: ¡Qué pocos hombres, aún aquellos que se dirán cristianos, habrán comprendido en el curso de su existencia terrenal, el sentido grandioso de esa Cruz y el sufrimiento del Salvador Olímpico!: al respecto, habrá un Papa, un Petra nacido de la Petra, uno de los últimos vicarios de Cristo quien, en una Carta Encíclica llamada "Spe Salvi (nº 37), ilustrará a la Humanidad sobre cómo afrontar, en clave cristiana y en los tiempos finales, la injusticia y las agresiones al y del prójimo a Dios y a su semejante (a quien, por cierto y bajo discernimiento agustino, urgirá amar, en tanto arengará a aborrecer al pecado implícito en los comportamientos malsanos y equívocos, porque así nos lo ha pedido el Príncipe de la Paz: "Amad a vuestros enemigos; orad por quienes os persiguen..."). Dirá entonces aquel Sumo Pontífice:´Podemos tratar de limitar el sufrimiento, luchar contra él, pero no suprimirlo. Precisamente cuando los hombres, intentando evitar toda dolencia, tratan de alejarse de todo lo que podría significar aflicción, cuando quieren ahorrarse la fatiga y el dolor de la verdad, del amor y del bien, caen en una vida vacía en la que quizás ya no existe el dolor, pero en la que la oscura sensación de la falta de sentido y de la soledad es mucho mayor aún. Lo que cura al hombre no es esquivar el sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, que ha sufrido con amor infinito´...
 
  "Ah, mi estimada persona pero odiada osamenta lacrimosa, ¡qué pocos creerán, adorarán, esperarán e invocarán, en espíritu y en verdad, a Yosoy para que Él los escuche! (Salmo 17, 2-17). ¡Qué pocos, atenderán al llamado de unidad en el verdadero amor, el amor de un Dios Ecuménico que no dudó en abajarse al hombre en rigores y pesares, para demostrarle la cuantía y valía de su perfecta caridad! ¡Qué triste Mirada la de su Cristo oteando el porvenir de los hombres, y qué angustiosa su agónica declaración susurrada al evangelista Lucas (18,8), cuando preguntara: "Pero cuando el Hijo del hombre vuelva, ¿encontrará la fe sobre la tierra?", o Misterio de Apostasía dirigida con infinito dolor a su Mística Esposa, la Iglesia fundada y encomendada al Apóstol Pedro y sucesores para la extensión de su Reino de Misericordia, Justicia y Paz! ¡Misterio que comenzará a engendrarse como un rastrero gusano, el día del rechazo a la Unidad que protagonizarán los mismos cristianos por las argucias del Poder, al transformarse una parte de ellos en sarmientos separados de la viña, del tronco común; esto, sin contar a las demás religiones o impiedades renuentes a Aquél Que Es y Hace Ser en Trinidad de Gracia!....
 
  ... Misterio de ateos, agnósticos, judíos de dura cerviz, musulmanes, budistas, magos y un coro de profetas improvisados y milagreros que el Mesías, el Ungido, el Hijo del Hombre, el Señor de Todo y de todos, denunciara durante su breve encarnación terrena -cuando advirtiera incluso que un Profeta, no es bienvenido en su pueblo, y menos en su hogar-, alertando al mundo sobre el inexorable acontecer que describiría la evolución del Principio del Fin 21, si éste persistiera en su entrega irracional, insensible e impiadosa a las Tinieblas del pecado, la ignorancia y el error, para seguir el atajo -sin retorno- de un progresismo hedónico y consumista montado mordaz y sagazmente por el Príncipe de la Corrupción y de la Mentira.... ("... Porque habrá entonces una gran tribulación, como no la hubo desde el comienzo del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. Y si no fuera abreviado este tiempo nadie se salvaría; pero será abreviado, a causa de los Elegidos. Si alguien les dice entonces: ´Él Mesías está aquí o está allí´, no lo crean. Porque aparecerán falsos mesías y falsos profetas que harán milagros y prodigios asombrosos, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos Elegidos. Por eso les prevengo (...). Como el relámpago que sale del oriente y brilla hasta el occidente, así será la Venida del Hijo del hombre (...). En cuanto a ese día y esa hora, nadie lo conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre"...
 
  Así, y por lo que atisbo, mi execrable vecino de a bordo -pensó pero no dijo el gran Caronte-, sólo unos cuantos santos y mártires llevados a los altares para su veneración póstuma, entrelazados en la Ciudad de Dios junto a otra pequeña constelación de ignotos y devotos fieles al auténtico Camino, Verdad y Vida, habrán de ser iluminados -no por su propia inteligencia, sino por la directa asistencia de la Gracia o Santo Paráclito- con la exacta percepción del Juicio final y del futuro de los muertos vivientes; ya que muchos serán llamados y pocos los alertados en lúcida significación denotativa y connotativa del sitio "Paraíso" o Jerusalén celestial, del "Purgatorio" o Lugar de la Purificación, del "Cielo" o Santuario del Anciano y su Cordero Encendido, y del "Infierno" o Inframundo de las almas condenadas hacia donde, tras Lucifer y sus demonios, por tu atrevido prontuario, te diriges "amigo" mío... Todo, según los designios sobrenaturales de la Trinidad Santísima, del Dios Todopoderoso, Omnisciente y Omnipresente... ¿Nombres de los que...? Nombres me pedirías, estoy seguro. Y nombres -sólo algunos- te daría como ejercicio de memoria futurista: sí, algunos pocos nombres para nombrarlos y muchos -pero pocos si de estadística demográfica universal se trata- para pensarlos; y podrías apuntarlos, pero no lo harás porque mi boca está cerrada y bien ocupada mascando glorias ajenas en forma de metal redondeado...
 
  ... Y te los daría aunque nada entendieras acerca de su radical compromiso con la misión corredentora que realizaron para salvar almas desaguisadas como la tuya... En primer término, te nombraría a María Inmaculada y Siempre Virgen; luego al Justo y Venerable José, padre putativo del Cristo; y agregaría de inmediato a sus apóstoles -excepto al Judas traidor de cuya calaña provienes- y sus millares -como dije, pocos en realidad si de estadísticas hablara- de seguidores a través de la Historia, exaltados por el martirio muchos de ellos, y abonados a la Cruz de ese Cristo con sacrificios cruentos similares a los soportados por el Mesías... Todo por amor a Su Amor; Amor que no fue ni es amado, como tampoco comprendido su Mensaje... Y me regocijaría también citándote eminencias de la antropología y teología cristianas como Tomás de Aquino, Agustín de Hipona, Juan María Vianney, Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús, Pío de Pietralcina, etc., y tantos nombres de laicos atesorados por el perfume de los Jardines Edénicos; digo, como el de aquellos maravillosos pastorcitos testigos en Fátima de la abogada aparición de María Corredentora, o el de monjas visionarias como Sor María de Jesús de Ágreda 22, o el de aquellas santas laicas clarividentes, como Anna Catalina Emmerich 23, Luisa Picarreta 24, Catalina Rivas 25, Gladys Quiroga de Motta 26 y, en especial, María Valvorta 27, autora del -para mi gusto de frustrado poeta- exquisito "Poema del Hombre Dios", así como de impactantes relatos -que puedo corroborar- sobre la vida de Jesús y de María en la tierra... ¿Comprendes? Nada comprendes ni comprenderías si te hablara, y, sin embargo, me haces pronunciar palabras mentalmente como de un sordo a otro sordo... ¡Necio! ¡No habrá otra oportunidad para... 
  
  "Sólo ´ellos´ -meditó Caronte en la mudez de su actitud contemplativa del Misterio de los Misterios- parecen haber comprendido la gran novedad del tal Reino de Sabiduría y Pureza, personalizado en la figura de Jesucristo, Verdadero Dios y Verdadero Hombre, llevándolos a la acertada y pertinente reflexión que supone la gran diferencia entre la fe cristiana y la del resto de creencias, filosofías, mitologías -como la suya propia- o teologías humanas: Dios se encarna y entra en la historia de la Humanidad, y expone su realeza pero no a la manera opresora, corrupta y abusadora de los poderes terrenos -instados por los Principados y Potestades Espirituales Negativas del Inframundo, enfermos éstos de celos y violentados de ira ante la creación de un ser soñado y modelado a imagen y semejanza del Supremo Hacedor, y al que desean por envidia corromper y eliminar como habitante superior del Universo material, y con un destino sobrenatural superior al de ellos, pobres ángeles rebelados a la Voluntad Divina y caídos fuera de la órbita santificadora de su Gracia-, sino para hacerse como una de sus criaturas, y servirlas...
 
  ... ("El que es de la Verdad, escucha mi voz"), y edificar un Reino Sacerdotal (esto es, profético, apostólico y militante), una Comunidad Santa, "orante, servidora del bien común y misionera" 30 del Evangelio o Buena Noticia de que Dios es "Abbá", Padre, y es Hijo y es Espíritu Santo: tres personas distintas y un solo Dios verdadero; y, por lo tanto, eucarística (donde Dios no se queda sólo en su Olimpo o en sus Campos Elíseos, sino que se compromete -hasta el Fin de la HIstoria-, con su proyecto de Ser Humano). Y después de demostrarlo (en la persona hipostática de Jesús como Hijo predilecto de Dios Padre) mediante el Amor vuelto ofrenda redentora (donde el mismo Señor de Señores carga sobre sí los límites y pecados de la trama de la existencia humana), la testimonia hasta la muerte y muerte de Cruz, pero resucita para mostrar su Gloria y Poder Salvífico sobre el Pecado y la Nada; y, en un gesto sublime, no obstante retornar al seno del Único que Es y Hace Ser, opta por permanecer con el hombre, preso de un Sagrario y como Gracia sacramental, en las esencias del pan y el vino mediante la efusión de su propio y santo Espíritu (O Misterio de la Última Cena de Jesucristo con sus Apóstoles). ¡Sí! -exclama un silencioso Caronte evangelizado- ¡Dios vivo en el Cielo, y Dios vivo en la tierra y en los corazones de todos los hombres de buena voluntad! ¡Dios para la eternidad! ¡Y Dios en continua peregrinación hacia el destino trascendente planeado para esos hombres desde la eternidad! ¡Dios 31 siempre aliado y acompañando a su criatura vuelta ahora hija adoptiva, por los méritos de su Ungido y los dones singulares de su Espíritu de Amor!...
 
  Y allí fue cuando Caronte, como parte de una visión extraordinaria, dio por finalizado de improviso su extenso mascullar intelectual, escupiendo esquirlas de talentos de una boca acalambrada y absurda de tanto masticar...
 
  "Por favor...", creyó luego escuchar. Pero...
 
CONTINUARÁ CON PARTE III/V

P.-S.

1 ADRIÁN N. ESCUDERO – Santa Fe, 29-11-09 (1º Domingo de Adviento Año del Señor de 2009). T.a.: desde el 16-03-2010 al 22-07-2010.
Integra el libro “El Emperador ha muerto y Otras Historias” – Colección de Realismo Mágico. Inédito La Botica del Autor. Santa Fe (Argentina), 2005/2010.-
Su versión preliminar del 29-11-09, acotada en texto y referencias fue publicada el 01-01-10 en el Magazín GACETA LITERARIA VIRTUAL (Santa, Fe – Argentina, Nº 37 – Enero 2010 – Año IV – Nº 1) – Directora: Prof. Norma Segades Maniás.-

Continúan citas Parte II/V:

8 Pascua o “Paso” de la dimensión histórica a la dimensión eterna. Implica un renacimiento en lo temporal y también el momento en que el alma humana (cuya existencia fuera científicamente comprobada en el Hospital de Franksfurt – Alemania durante el Papado de Juan Pablo II), asciende y forma parte del Misterio de lo Trascendente.-

9 Jn. 3, 1-8.-

10 Significa: “Río de las penas”. Observación: para mayores referencias de la temática mitológica abordada por este trabajo, consultar el material especializado que provee Wikipedia, la Enciclopedia Libre (http://es.wikipedia.org/wiki), y modalizado atento a las características de la secuencia narrativa.-

11 En la mitología griega Hades alude tanto al antiguo Inframundo como al Dios de los Muertos (“El Invisible”). Temerosos de su nombre, fue también conocido por los romanos con la perífrasis Plutón (o Pllouton, en griego), “el rico” (en lágrimas y suspiros), “célebre” (Clímeno), “buen consejero” (Eubuleo) y “el que recibe a muchos” (Polidegmon) y nombrado, además como Dis Pater y Orcas. El dios etrusco equivalente fue Aita. Aunque temido y odiado, debido a la finalidad indeclinable de la Muerte, los mitógrafos subrayan que no era, sin embargo un dios malvado; pues, aunque tenido por severo, cruel y despiadado, era aceptado por justo: Hades no era la Muerte: “la personificación de ésta era Tánatos”. En general, la iconografía acerca de Hades en la cultura popular actual (filmes, series televisivas, videojuegos), asoció a este dios grecolatino con el concepto de Infierno y Satanás.-

12 Ex. 3, 13-15/22; Jn. 8, 21-24 y cc. -

13 Nota: Al Reino de Hades, custodiado según los romanos por los ‘Inferi Dii’, o dioses del Infierno, los muertos eran introducidos por Caronte en el cráter ‘Averno’ o agujero enorme cercano a Cumas; ruta que habría sido usada por el guerrero griego Eneas para penetrar hasta el Inframundo en misión de rescate (una figura pagana quizás de lo que luego el Mesías cristiano realizaría al bajar a los Infiernos para salvar a las almas justas del pueblo de Israel, que habían esperado la encarnación de su Divino Redentor –según lo predicho en la Torá o Antiguo Testamento Hebreo-). Sin embargo, cabe acotar que el rol acreditado a Hades, no sólo se remitía a su gobierno tenaz para lo que quedaban detenidos en el Abismo. Veamos: hijo de los Titanes Cronos y Rea (los otros eran las femeninas Hestia, Deméter y Hera; y los masculinos Poseidón y Zeus), después de la Ttitanomaquia o divina batalla librada y ganada por los seis jóvenes dioses contra sus padres, echada a las suertes los Reinos a gobernar, Zeus poseyó el Cielo, Poseidón los Mares y Hades el Inframundo al que los fallecidos se dirigen dejar este. Pero Hades, además de Rey del Abismo, era –entendemos- de algún modo, El Lacayo del Olimpo: ¿por qué decimos esto? Porque en el antepatio de su Palacio, funcionaba un Triunvirato de Jueces (Minos, Radamantis y Éaco), quienes tenían a su cargo juzgar a las Almas a las que, Hades , abandonando su trono de ébano, ornado con sus básicos atributos, el narciso y el ciprés, montando en su oscuro carro tirado por cuatro caballos” negros como el carbón” y enarbolando su Cetro de Dos Puntas y su Llave de los Reinos (figura que también rescatará Cristo cuando entregue a su discípulo Pedro la Llaves del Reino de los Cielos y el poder de atar y desatar en la tierra los pecados del hombre), conducía “a los Campos de Asfódelos –Purgatorio cristiano- si no eran virtuosas ni malvadas”, al “tenebroso Tártaro (Averno propiamente dicho, regido por su exclusiva soberanía) si eran si eran impías o malas” –Infierno cristiano-, “o al Elíseo” –Paraíso cristiano-, si eran heroicas o benditas.-

14 Lc. 19, 1-10.-

15 1 Rey. 19, 16. 19-21.-

16 Mt. 19, 16-22.-

17 Lc. 16, 13.-

18 Lc. 12, 34.-

19 Is. 54, 5-14.-

20 Jn. 3, 7b-15.-

21 Mt. 21-27, 36 y cc. - El Libro del Pueblo de Dios, ob. cit.-

22 España – Siglo XVII.-

23 Alemania, 1820.-

24 Italia, 1900.-

25 “El Milagro Perpetuo”.-

26 Argentina, 1985.-

27 Italia, 1897-1961.-

28 Mt. 7, 13-14 y cc. y Apocalipsis (Jn) - El Libro del Pueblo de Dios, ob. cit.-

29 Jn. 18-33-37; Apocalipsis, 21, 22 y Epílogo - El Libro del Pueblo de Dios, ob. cit.-

30 Mons. José Maria Arancedo – Arzobispo de Santa Fe, Argentina – Homilía de Cristo Rey – 22-11-09.-

31 Jn 3, 16-21.-

Este artculo tiene del autor.

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