Cuando el Hada le vio correr y retozar por la habitación, listo, y alegre como un pajarillo escapado de la jaula, le dijo:
– ¿De modo que mi medicina te ha sentado muy bien?
Pinocho
Carlo Collodi
El hombre no podÃa caminar porque, de pronto, sus zapatos le pesaban mucho, como si fueran de hierro fundido. Por caroso confortables que fueran, no lograba dar un paso, a pesar de que querÃa comenzar la búsqueda de un baúl lleno de valiosos documentos de sus antepasados, sueño largo tiempo planificado y para el cual se creÃa listo, tras acumular una pequeña fortuna.
Se hallaba triste, suplicando por un milagro cuando,frente a él, apareció un hada. A pesar de que no creÃa en las hadas, estaba tan desesperado que le contó de su tiempo detenido. Ella lo miró compasiva.
“¿No sabes que para ir en pos de un sueño, antes debes regresar a la infancia, porque solo los niños pueden reconocer lo que buscan cuando lo encuentran?”…Y convirtió sus zapatos en patines.
Ahora el hombre rueda por la ciudad, y se siente tan liviano, tan ágil, tan alegre, que ha olvidado todo lo que no sea patinar y patinar… Ha reencontrado la felicidad, y rÃe sin importarle que le llamen loco, inmaduro, irresponsable, o que sus antepasados no le perdonen los documentos olvidados.
Marié Rojas Tamayo
Dibujos: Ray Respall Rojas