-
En la dedicatoria de uno de tus libros me escribías:
... "por haberme abierto los brazos de tu amistad al llegar yo a Alicante"
No te conocía antes personalmente pero hacía algún tiempo habías conocido algún texto mío y lo publicaste en tu "PELIART " , un acrónimo del Periodismo, la Literatura y el Arte que ejercías a diario.
Y luego, "cuando lo del Círculo de Bellas Artes", gracias a la apretada lista de nombres importantes que llenaban tu Agenda pudimos contar, a lo largo de la Semana Inaugural con primerísimas figuras de las Letras, el Arte, la Música y el Cine.
Por todo ello y por haberme permitido disponer de tu amistad todos estos años, mi recuerdo y mi oración.
Hoy, aquellos brazos que se abrieron para ti en un abrazo de hermano sólo pueden abrazar el silencio y el dolor de tu partida.
Aunque después he caído en la cuenta de que los grandes hombres como tú no se van. Se quedan en sus libros, en sus obras y, sobre todo en la memoria y en el corazón de sus amigos.
Raimundo Escribano