¿Para qué quiere un vecino un calcetÃn que no es suyo, a no ser que sea cojo? Los calcetines tienen varias maneras de desaparecer del lugar al que pertenecen. Todo el mundo ha comprobado que un calcetÃn posee vida propia, que en la lavadora o en otra parte se pierde, huye, desaparece. En todas las casas hay calcetines desparejados que su dueño no puede ponerse porque tiene dos pies. No tira ese calcetÃn inservible porque siempre existe la esperanza de que el otro aparecerá un dÃa de la misma forma misteriosa en que desapareció, como si se hubiese ido de casa y un dÃa decidiera regresar. A veces ves que los calcetines se pierden, se caen a la calle o a la casa del vecino de abajo cuando tiendes la ropa en el exterior de casa para que se seque. Si cae a la casa del vecino de abajo con el que no te hablas, no llamas a su puerta y esperas a que deje el calcetÃn en la escalera para que su dueño lo recupere. Si no es asÃ, él tiene un calcetÃn inútil y yo otro igual. De ser una prenda necesaria para una persona, se convierte en doble prenda innecesaria para dos personas, por insuficiente. Pero el caso más extraño referente al calcetÃn me sucedió el otro dÃa, cuando por la mañana intenté ponerme los dos calcetines que dejé la noche anterior en el suelo junto a las zapatillas. Encontré uno, pero el otro no hubo manera, hasta que lo descubrà entre la cubierta y la sábana de arriba al hacer la cama. Lo lógico es que se encontrara entre las dos sábanas, que es por donde me meto en la cama, no debajo de la cubierta. Parce como si del suelo hubiese subido a la cama y se metiera debajo de la primera pieza para refugiarse, como suelen hacer los gatos caseros.
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