DEL LIBRO
“RECETAS PARA AMAR Y DESAMAR”,
ensayo sobre la magia amorosa en reflejada en distintas culturas.

Autores, Marié Rojas Tamayo y Raimundo Respall Fina.

- Agustín de Amezúa, en la obra Edición Crítica a El Coloquio de los Perros, menciona un conjuro, que fue dado a conocer en la causa contra el supuesto hechicero Francisco González:

(Zenén Vizcaíno)

Con cinco te miro,

con cinco te ato,

la sangre te bebo,

el corazón te arrebato.

Tan humilde vengas a mí

Como las suelas de mis zapatos

Arre, borrico,

Que muy bien te ato.

Te juro a Dios y en esta cruz

Que has de andar tras de Mí

Como el alba tras la luz.

- J. G. Frazer, en su libro La Roma Dorada, nos dice que “quizá en ningún lugar de la tierra está el arte de secuestrar almas humanas tan cuidadosamente cultivado y llevado a tan alta perfección como en la Península Malaya”. Cuando quiera conseguir el amor de una bella joven, el enamorado intentará rendirla a través del siguiente ensalmo:

“Precisamente cuando la luna acaba de salir y se ve roja sobre el horizonte oriental, a la intemperie, poniéndose a la luz de la luna, con el dedo gordo el pie derecho sobre el dedo gordo del izquierdo y haciendo una bocina con la mano derecha, recítase lo siguiente:

(José Gómez Fresquet - FREMEZ)

¡OM! Disparo mi flecha, la disparo y la luna se anubla,

la disparo y el sol se extingue,

la disparo y las estrellas palidece.

Pero no disparo al sol ni a la luna ni a las estrellas,

sino al corazón de aquella hija del clan, fulanita del tal.

¡Clo, clo, clo, alma de fulanita, ven a pasear conmigo,

ven a sentarte conmigo, ven a dormir y compartir mi almohada!

¡Clo, clo, clo, alma!”

Este sortilegio se repite tres veces y a cada repetición soplan por la bocina hecha con la mano.

- En el Tratado de la Doncella Blanca - China - encontramos la siguiente receta:

(Carlos del Toro Orihuela)

Pulverizar con cuidado en un mortero una piedra de crisantemo, así llamada porque sus vetas imitan la flor de esta planta. Se le añaden al polvo alas de mariposas y se pone al fuego, con un poco de agua, hasta hacer una suerte de puré. Luego lo deja en reposo varios días hasta que se evapore por completo todo el líquido. El resultado se reduce de nuevo a polvo. Bastará con introducir una pequeña cantidad de éste en la manga de su pretendida, para que ella le responda ardientemente.

Para unir a una pareja para toda la vida. 

- Y de nuestras religiones, un “amarre”:

(José Omar Torres)

La Ceiba es un árbol milenario, se tiene por planta sagrada, morada de  almas y de dioses.  Por eso vemos que con frecuencia se acude a este “Arbol Madre de la Flora Cubana”, para depositar o enterrar entre sus raíces poderosos hechizos.

Se preparan dos muñequitos de tela, se viste uno de hombre y el otro con atuendo femenino, representando  a la pareja.  Se guardan en una caja de tabacos vacía.

En un papel se escriben los nombres de quienes se va a amarrar,  sobre él se colocan cabellos de las dos personas.  Encima de estos irá una Piedra Imán con tres clavos adheridos y un trocito de las siguientes plantas: Paramí, que domina; Amansa Guapo, que desarma; Vencedor, que asegura el éxito y Yamao, que atrae.  Se derraman unas gotas de miel sobre el contenido del papel, se le asperja aguardiente y se le sopla humo de tabaco.  Se cubre con algodón y se ata fuertemente con hilo blanco.

Se coloca el atado en la caja, junto con las figuritas, se cierra ésta con clavos y se entierra bajo una Ceiba, tocando en su tronco como en una puerta, se ruega a los difuntos y Orishas que en ella habitan.  Sobre la tierra recién removida se deja una vela ardiendo.