“VENTANAS ROTAS”
(poesÃa)
Prólogo
En el presente poemario el sentir, a través del decir, crepita en llamaradas lánguidas. AnamarÃa Mayol conoce a plenitud la naturaleza de las cosas; por eso las palpa, las sopesa, las trastoca. Y el silencio vibra en la misma cadencia, en la misma frecuencia. El silencio, ciertamente, expresa más que la misma palabra: constituye un valor sonoro y determina el horizonte semántico, lo amplifica, como ocurre en las pausas, las cesuras y, sobre todo, en los encabalgamientos. El silencio como ámbito oracular, como un valor de sentido, de significado primordial, provoca una imagen sonora, que contiene un valor de sentido y, por lo mismo, de significado. Ventanas rotas mantiene esa tónica, la misma y reveladora contundencia. A través de sus lÃneas, la poetisa certifica la intensidad de aquellos momentos en que el contacto con cosas mÃnimas despierta el asombro, y da fe de ello, pero con la conciencia plena de que tales emociones no se transmiten a través del lenguaje, sino a pesar de él. Por eso visualiza, con intenciones neocreacionistas, su entorno: el atardecer con su alarido de horizonte.
Esto, obviamente alude a la relación entre sonido y palabra; la cualidad de la resonancia y la pertenencia de éstos a los elementos objetivos o formal de la palabra., como si la artÃfice luchara contra la variedad o monotonÃa acústica o articulativa. Ventanas rotas recupera la visión del mundo de AnamarÃa Mayol a través de la acentuación silábica; la aparente naturalidad del discurso pretende ocultar la multiplicidad de planos significativos, pese a sus ritmos sencillos, como si fuese un enunciado rÃtmico. La poesÃa de AnamarÃa Mayol se reencuentra en el colorido que prevalece, pese a todo, como un presagio, como un futuro que se vislumbra. La escritora expresa de manera contundente:
encender el arcoÃris
cuando el sol se descuelgue
en las montañas
El manejo metonÃmico es preciso porque después de todo la metáfora no es más que una necesidad de expresión, no un recurso vacuo, retórico, de embellecimiento lingüÃstico, como refiere la vieja preceptiva que aún se maneja en algunas escuelas y en diversos cenáculos talleriles. Afortunadamente AnamarÃa Mayol conoce el uso de estas expresiones. Y las utiliza con intuitiva sabidurÃa.. De ahà viene su fortaleza, su vigor, su locución lÃrica., antecedentes que van a repercutir en este poemario denominado Ventanas rotas.
Lina Zerón
Tlalnepantla, Estado de México, Agosto 2004