Al conmemorar 513 años de la llegada de los españoles a esta tierra americana habitada por aztecas, mayas, caribes, muiscas, incas, taironas y al contemplar nuevamente el caminar de los gigantes o pueblos desarrollados que van engullendo poco apoco nuestra economÃa, nuestra cultura y nuestro idioma, nos obliga a todos los hispano americanos a reflexionar y a despertar de la indolencia para tomar las armas del juicio y flamear la bandera de la unión y de la paz antes de que seamos arrasados por los vientos de la globalización que entran por las ventanas de los medios de comunicación a los hogares.
Ya no podemos ser pueblos que duermen en los laureles de la libertad y que esperan el huracán como árboles frondosos pero con las hojas secas como consecuencia de los odios sembrados y alimentados desde la conquista por intereses internacionales. Es hora del reencuentro para afrontar con fuerza y dignidad las tormentas que se aproximan; es tiempo de darnos cuenta que la desunión nos mantendrá cada dÃa más en la esclavitud polÃtica, económica y social con las cadenas del hambre, la desnutrición y la ignorancia atadas a los intestinos y a la mente.
Es deber urgente de todos acabar con la corrupción, con la dependencia asfixiante y elegir a los más capacitados que busquen por todos los medios la integración y que no estén confabulados con los intereses internacionales que pretenden su expansión por todo el continente. Los polÃticos exóticos y serviles preparados por las multinacionales o bancos internacionales, que solo saben como se gobierna en los paÃses desarrollados, deben ser remplazados por polÃticos nacionalistas que conozcan las necesidades y las angustias de su pueblo. Los pueblos deben tener una picota para quienes azuzan odios inútiles y otra para los incapaces de aportar ideas para salir de esta mediocracia. La juventud debe entender que la imitación y transplante de culturas es perjudicial para la salud de los paÃses y que la salvación del subdesarrollo es la utilización de la mente mediante la creación.
Creación y unión son palabras claves de los hispanoamericanos, en este momento, para abrir caminos a través de los medios, para despertar el sentimiento patrio en todos los paÃses, para rescatar valores, para regar nuestra cultura e idioma en todo el universo, para acabar con las guerras internas entre hermanos y poder ver germinar las semillas de la paz y el desarrollo en el paraÃso que Dios nos dio para vivir.
En los siguientes versos, que a nadie los pedà prestados, encierran mis visiones las cuales he echado a volar por medios virtuales para que vayan al mundo como lava despertando el amor por nuestra raza y por nuestra lengua castellana para lograr la hermandad de todos los que tuvimos el privilegio de nacer en Hispano América.
HIMNO HISPANOAMERICANO
CORO
¡Cantemos hispanos! ¡Cantemos unidos!
lancemos al viento notas de amistad
para que se acaben guerras sin sentido
y brille en el mundo paz y libertad.
I
No importa que el cielo nublado aparezca
que duelan espinas en el corazón
si existen hispanos que con entereza
defiendan la lengua y logren la unión.
II
Tratemos que vaya nuestro castellano
por toda la tierra como un gran ciclón;
que se oigan guitarras, castañuelas, piano
con ritmos alegres de dulce acordeón.
III
Hagamos que salga el sol de esperanza,
que llueva concordia en gotas de amor,
para que en el suelo germine confianza
y crezcan los niños sin ningún temor.