Así te fui sintiendo la primera vez,
Cómo llaga... cómo furia... cómo el mar.
Así te sentí pura, cómo la nieve al final del invierno,
cómo el mar de la madrugada.
¡No se como se produjo el error!,
Pero bendigo a mi Dios por haber cerrado sus ojos por un instante.
Blasfeman aquellos que argumentan diciendo que Dios construyó
al mundo en siete días o que los mares se abrieron a orden suya, dejando vivir a unos... matando a otros.
¡Blasfemos¡ ¡Sólo esos son!
¿Cómo se atreven a insinuar que Dios mataría?.
Yo lo he visto, cuando por las mañanas, cómo incansable pintor, comienza dándole luz a la vida, lentamente va coloreando los rostros: a veces vivos, a veces muertos, a veces sólos.
Un día sus ojos se cerraron. Un día sus pensamientos se convirtieron en carne y apareciste tú.
Creada de aquel pincel que jamás volverá a pintar, de aquel trazo que jamás se repetirá.
Cómo quieres mujer que mis labios no sangren cuando te besan,
que mis manos no busquen tu ausencia en la cama.
Si fuiste hecha de esa tinta que mis dedos nunca tocaran,
que mi cuerpo jamas sentirá.