¿Cómo no se iba a aprovechar Rajoy para atacar a Zapatero y echarle la culpa de todos los males de España aunque para eso se tenga que subir al carro de un posible golpista? El discurso desafortunado del teniente general Mena, de cuyo contenido no parecÃa ser muy consciente porque declaró que no esperaba tanta repercusión, hablando de una posible intervención del ejército si el Estatuto catalán vulneraba la Constitución Española está fuera de lugar y resucita el fantasma del ruido de sables. El Estatut está aún en fase de negociación y tiene que pasar por el Parlamento. El ejército está a las órdenes del poder civil para asegurar la paz y la democracia, no para tomar iniciativas ilegales porque algo no le guste. El PP comprendió el discurso de Mena y lo consideró inevitable; luego, al cabo de cuarenta y ocho horas, para despejar dudas que no le convenÃa, Rajoy lo criticó tibiamente pero culpó a Zapatero por crear este ambiente de inquietud. Con esta actitud sólo se puede pensar que el PP serÃa capaz de pactar con una revuelta militar si eso le llevase al poder, para lo que contarÃa con algunos poderosos medios de comunicación que están en la mente de todos y con la bendición y el palio de la Iglesia.
Este artículo tiene © del autor.
282