– Dónde, cuándo, cómo, quién.
Mientes, tiemblas, no has dormido;
tus ojeras te delatan,
no hay remedio, ¿qué pasó?
– Fue tan largo el soliloquio
del silencio con mi ayer...
No preguntes por mi muerte,
resucita y vive en paz.
Paz de lánguidas ausencias,
sombras, líquenes, matraces
donde fermenta el olvido,
rayo de pálida luz.
Duele el amor, sangra el beso,
gimen las hojas caducas,
mientras la paloma herida
abandona el palomar.
Grato aroma de tomillo,
amargura de retama,
mil canciones, mil promesas,
dónde, cuándo, cómo, quién.
Augustus.
Primer Anterior Sin respuesta Siguiente Último