Me he detenido en examinar lo que la Real Academia nos dice de los adjetivos que comentas; dices que prefieres a la persona juiciosa que a la racional. Veamos: la persona juiciosa es la que procede con madurez y cordura, es decir con prudencia, “buen seso” y juicio (siempre según el diccionario de la Real Academia). La persona racional es la que actúa conforme a la razón estando dotada de ella, es decir que discurre, argumenta, demuestra con orden y método su discurso. Es curiosa esta constatación puesto que en el primer caso aparece el rasgo de la prudencia, en tanto que en el segundo encontramos sólo la presencia de lo cognitivo, más aséptico, más fríamente intelectual.
Ahora bien, según tu discurso, el enamoramiento (1. m. Acción y efecto de enamorar o enamorarse) - estado del que se han escrito ríos de tinta, y del que en una ocasión te envié bibliografía - no es propio de un ser racional. ¿La razón y el amor están reñidos, Augus? Tal vez deberíamos hablar entonces de diferentes estados amorosos. ¿O estás hablando de la pasión? Ahí, si te doy la razón ... que cuando uno se apasiona pierde el seso, bendita pérdida por una vez en la vida ... amar así ocurre una sola vez en la vida (Gracias a Dios).
Nuestra mujer del trayecto tal vez desee ser racional, juiciosa, moderada, pero una sola imagen mental vale más que todo el buen juicio del mundo, retorna al lugar del crimen para volver a caer en la carnalidad, mientras ell cuerpo aguante ....
Un placer, siempre, nuestras pláticas ...
Diana
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