La complicación es que estamos tratando de ser competitivos frente a otros países y, por tanto, deberíamos estar muy apegados a las convenciones internacionales. Que se siga perpetuando estilos no admitidos por el concierto internacional, genera mayores gastos a las empresas que incursionan en la exportación, rechazo de candidatos que pretendan prestar sus servicios en empresas extranjeras o imprecisiones en las transacciones comerciales.
El único signo no numeral admitido en cifras es el decimal. Es decir, no debe haber rasgo, registro o signo alguno para millones y para miles. El signo decimal puede ser una coma (,) o un punto (.). Aunque ambos están admitidos, la preferencia internacional es la coma. Esto no solo lo indica el libro de Ortografía de las Academias de la lengua; también lo establece el sistema de normalización internacional ISO y en la norma mexicana NOM-008-SCOFI-2002 (publicada en el Diario Oficial de la Federación el 27 de noviembre de 2002 y actualizada el 24 de septiembre de 2009).
Ello significa que dos millones quinientos veintiocho mil trescientos cuarenta y siete unidades punto veinticuatro debe enunciarse así: 2 528 347.24. Es inapropiado 2,528,347.24 y tampoco 2’528,347.24.
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