La vida en el cine es distinta a la vida real en algunos aspectos, aunque la pelÃcula pretenda retratar la realidad. Por ejemplo, el tiempo cinematográfico es muy distinto al real, está concentrado, a veces demasiado porque hay pelÃculas que te cuentan la vida de una familia en varias generaciones, lo que se llama una saga. Una escena de amor de cinco minutos se hace larga en el cine, mientras que en la realidad es un tiempo corto. Los conductores de un coche suelen prestar poca atención a lo que tienen por delante, pues conversan con el de al lado girando la cabeza hacia ellos y desatendiendo por dónde van. Cuando sus personajes sufren una pesadilla, se incorporan violentamente en la cama doblando el cuerpo y a veces gritando de manera escandalosa. Si asà fuese en la vida real, los compañeros de cama sufrirÃan del corazón. Distinto sucede en las series televisivas, que permiten alargar el tiempo y los protagonistas se demoran en largas conversaciones que muchas veces son paja para estirar la duración del capÃtulo. Cuando un personaje sale de una habitación después de haber conversado con otro, cuando llega a la puerta. y antes de salir, su interlocutor siempre tiene algo que añadir. Los paisajes en el cine son maravillosos, en la vida real no lo son tanto, te encuentras con inconvenientes como el calor, el frÃo, los mosquitos que no se perciben en la pelÃcula, y no los puedes contemplar con detalle. Tampoco disfrutamos las personas de una banda sonora con una deliciosa música que acompañe cada uno de nuestros movimientos o remarque experiencias intensas.
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