ArtÃculo publicado por Vicenç Navarro en el diario digital EL PLURAL, 27 de noviembre de 2013
Este artÃculo muestra la falta de credibilidad de los argumentos que utiliza la Administración Rajoy para llevar a cabo sus polÃticas públicas regresivas.
La sabidurÃa convencional del pensamiento económico neoliberal alcanza su máxima expresión en España en las polÃticas económicas del gobierno del Partido Popular, bien reflejadas en los pronunciamientos de su Presidente Rajoy. Predeciblemente, los medios de mayor difusión del paÃs proveen las cajas de resonancia para que tales posturas se promuevan, habiendo alcanzado un nivel de aceptación generalizada, que es sumamente preocupante, pues cada una de sus posturas tiene en su contra una enorme cantidad de evidencia que las cuestiona. Veamos tales posturas expresadas en varias formas y ocasiones y la evidencia que señala su error.
España no puede vivir por encima de lo que uno tiene, postura de la que se deriva que hay que recortar el gasto público y bajar los salarios a fin de reducir el consumo. Vayamos por partes. En cuanto al gasto público, España tiene uno de los gastos públicos por habitante más bajos de la Unión Europea de los Quince (UE-15), el grupo de paÃses europeos de desarrollo semejante al español. En realidad, dicho gasto está muy por debajo del que le corresponderÃa por el nivel de desarrollo de riqueza que tiene. Su gasto público social por habitante es solo el 74% del promedio de la UE-15, cuando el PIB por habitante es ya el 94% del promedio de la UE-15. Si fuera el 94% en lugar del 74%, el Estado español se gastarÃa 66.000 millones de euros más al año de lo que se gasta ahora. España los tiene, lo que ocurre es que el Estado no los recoge. Un análisis de las polÃticas fiscales del paÃs muestra la enorme regresividad y fraude fiscal existente en España.
En cuanto al sector privado, el hecho de que las familias estén endeudadas no se debe a su derroche, como Rajoy indica, sino al hecho de que las rentas salariales han ido bajando en España, con lo cual la población (cuya mayorÃa deriva sus ingresos de las rentas del trabajo) ha tenido que ir endeudándose. Es más, contribuyó a este endeudamiento la bajada del precio del dinero, resultado del euro y de la altamente rentable inversión de la banca alemana en actividades especulativas, que, en maridaje con la española, fue responsable de la burbuja inmobiliaria.
El gobierno no puede gastar el dinero que no tiene, lo cual ignora que el Estado puede tenerlo si hay voluntad polÃtica para tenerlo. El Estado puede recoger dinero de impuestos y tasas, los cuales en el Estado español, incluyendo el central y las autonomÃas, lo recogÃan en mucha menor cantidad (equivalente al 34% del PIB) que en el promedio de la UE-15 (el 44% del PIB) en 2009, y ello se debe, en gran parte, como he indicado antes, a la enorme regresividad de las polÃticas fiscales del Estado y de sus CCAA. AsÃ, mientras la mayorÃa de la ciudadanÃa que trabaja y está en nómina paga en impuestos cantidades similares (ligeramente inferiores) a las que pagan sus homólogos en la UE-15, los súper ricos que derivan sus ingresos de la propiedad de capital pagan mucho, mucho menos (un 20% nominalmente) de lo que pagan sus homólogos en la UE-15.
La deuda es una rémora para las generaciones futuras a las cuales se les pasa la carga de tener que pagar por esta deuda. Este argumento tergiversa la realidad, pues el gasto público en inversiones significa que las futuras generaciones podrán gozar de unas infraestructuras que no tendrÃan si no existieran dichas estructuras. Si se invierte, por ejemplo, en educación u otros servicios públicos del Estado del Bienestar, o en infraestructuras fÃsicas, como transporte, ello mejora la calidad y bienestar de la sociedad presente y futura. Es más, esta mejora se está consiguiendo a un coste menor, pues los precios son más bajos ahora que en el futuro, con lo cual las generaciones futuras ahorrarán dinero en lugar de derrocharlo. En realidad, el punto clave no es el tamaño de la deuda, sino la naturaleza de esta deuda. En España el problema mayor de la deuda no es su tamaño, sino el elevado porcentaje de dicha deuda derivado de tener que pagar sus intereses hipertróficos y elevados, consecuencia del diseño del sistema financiero centrado en el Banco Central Europeo (BCE), el cual no es un Banco Central, como he mostrado en muchos artÃculos (ver páginas económicas de mi blog www.vnavarro.org) sino que es un lobby de la banca privada, la cual es constantemente favorecida a costa de los Estados. El gobierno Rajoy y sus polÃticas han favorecido enormemente a la banca, que ha aprovechado el dinero que le ha transferido el BCE no para ofrecer crédito, sino para comprar deuda pública del Estado a unos intereses desorbitados. Otras polÃticas alternativas podrÃan haber sido implementadas. Asà de claro.
Ver artÃculo en PDF