Al examinar las obras maestras de la Literatura se aprecia que, entre su gran diversidad, algunas se parecen a otras y presentan ciertos rasgos de parentesco, que permiten clasificarlas en ciertos grupos o géneros, v. gr.: Por razón de la materia: Literatura religiosa y literatura profana; por el modo de expresión: obras en prosa y obras en verso; y, por la escuela literaria: composiciones románticas, naturalistas, etc Pero, el punto de vista principal para hacer la clasificación se basa en la naturaleza íntima, en la tendencia fundamental de las mismas obras.

Desde la antigüedad greco-latina se han venido clasificando las obras literarias en diversos grupos. Así, Aristóteles distinguía entre la "epopeya", la "tragedia" y el "ditirambo". Pero en estas clasificaciones se seguían criterios muy diversos: el estar escritas las obras en prosa o en verso, su extensión, su tema, etc. Y cada género tenía unas reglas propias; incluso, en algunos casos, había de estar escrito en una forma métrica determinada. Con el tiempo, la cuestión se hizo más dificultosa, por la enorme diversidad de obras: surgían numerosos géneros nuevos, e inacabables discusiones. Como reacción, algunos estudiosos de la literatura han llegado a decir, en nuestros días, que no existen géneros literarios; puesto que cada obra es única e irrepetible, habría tantos géneros como obras.

Sin embargo, la teoría de los géneros literarios aún puede mantener una cierta validez, si nos olvidamos de reglas y aceptamos un criterio mucho más amplio.

Así, pues, genero literario, es un grupo de obras de la misma naturaleza y de la misma tendencia fundamental. Los principales géneros son: el didáctico, el poético, el oratorio y el epistolario. Esta clasificación que viene dada por la tradición, está bien fundada; pues la obra literaria por su naturaleza intrínseca, responde a alguna de estas cuatro finalidades: enseñar, deleitar con la emoción estética, persuadir y convencer con sus argumentos y, en fin, transmitir información o mensajes diversos en virtud de las relaciones sociales existentes.

Se habla también de subgéneros, pues, la división precedente es muy general y cada uno de los géneros antedichos se presta a varias ramificaciones o subdivisiones. El lenguaje corriente denomina también géneros a, estas subdivisiones, que más propiamente se deben llamarse subgéneros. Así el género poético abarca “el épico, el lírico y el dramático"; el género oratorio: la oratoria sagrada, política, forense, académica, etc. Pero, existen también los géneros mixtos que son una mezcla de los anteriormente expuestos. La literatura, como todas las cosas, se presta a múltiples combinaciones, v. gr.; la poesía didáctica participa del género didáctico y poético.

Por tanto, hablemos de los tres grandes géneros tradicionales:

Lírica: Es la obra que se presenta de manera subjetiva, personal, como expresión del "yo" hablante.

Épica: El modo de presentación objetivo, relativo a circunstancias no personales o a seres diferentes al "yo".

Dramática: modo de representación de la vida, en que se contraponen lo subjetivo y lo objetivo. Es la ficción del drama

Este esquema clasificativo responde a la raíz del lenguaje humano: El hablante que se expresa (lo subjetivo); el que se refiere a seres y circunstancias exteriores (objetivo); o presenta una relación entre hablante y oyente (contraste subjetivo-objetivo), para ver, oír y mirar.

La subjetividad de la lírica no hay que entenderla en sentido estricto, no se trata de que hable necesariamente un “yo” real, el autor; pueden existir en la obra lírica elementos objetivos: se puede describir un objeto, e incluso narrar hechos. En un poema lírico puede haber muchos elementos objetivos: se describen objetos, paisajes, personas, situaciones, etc... Lo importante es que esos elementos objetivos sean expresados como vividos y sentidos por un "yo".

No se trata, pues, de que la lírica tenga como tema específico los sentimientos del autor, sino de que presente cualquier tema como sentido por el autor. La actitud lírica se expresa normalmente en verso; pero también existe lírica en prosa.

La épica es de carácter objetivo y fundamentalmente narrativa. Manifiesta circunstancias y seres del mundo exterior o imaginarios presentados como existentes.

La dramática representa cuadros por medio del texto, los personajes, el escenario y el espectáculo. El autor queda oculto tras sus personajes. Se presenta en forma de diálogo.

Camilo Valverde Mudarra