NOTA DE SUICIDIO
Cuando reciban esta carta ya se habrán enterado de la noticia de mi muerte. Ya me habré suicidado -¡al fin!- sin que nadie pudiera impedÃrmelo, como se que después de muerta llevarán sobre mi tumba montañas de inculpaciones. Que querrán presentarme como «la única culpable» de la desgracia Familiar. Y no niego mis errores ni mi culpabilidad; lo que sà niego es que fuera «la única culpable». Culpables fuimos todos, en mayor o menor grado de responsabilidad.
Mis padres, mis amigas, mis hermanas y mi marido. Llenaban mi vida de mentiras, y lo único que necesité siempre es un ¡te quiero y conmigo podes estar segura! Quizás algo aniñado lo que digo pero no necesitaba aplausos para satisfacer mi ego ante las personas ni sentirme halagada por la aprobación de ellos. también fue No soy mas que el resultado de un estallido en mi cabeza donde no comparto ni la soledad ni la insensatez.
Todos fuimos culpables. Todos. Por acción u omisión. Muero asqueada. Sola. Traicionada y abandonada por amigos a quienes brindé generosamente mi apoyo moral en dÃas muy difÃciles.
Ojalá mi muerte sea fecunda. Y obligue a la meditación. Fui cegada por el odio y vÃctima de esa ceguera. Hace mucho tiempo que no me emociono con nada.
Pienso en la muerte hace años y es por la gran ansiedad que me da pensar en mi futuro.
Y no quisiera que mis hijos vivan en el contexto familiar que yo vivÃ. Los amo mucho...
Adiós. Este es mi último adiós y pido a mis hijos, que están llenos de amor y alegrÃa, que vean que el mundo es bueno, y no se hagan daño y pido perdón por todo el mal que les he hecho. No puedo seguir engañándolos. No serÃa justo. Créanme que lo intenté, pero no puedo superar la frustración, la culpa y la hipersensibilidad.