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7: “Izquierda” tilinga en América Latina

Carlos O. Antognazzi

Argentina



Hay un engaño en la intelectualidad y ciudadanía, en general, de Latinoamérica: se confunde rechazo u oposición a Estados Unidos con adhesión a regímenes totalitarios y antidemocráticos. Venezuela circula por el ambiguo filo de la navaja, y despierta suspicacias: Hugo Chávez apoya abiertamente a Irán para provocar a Estados Unidos (curiosamente, su principal comprador de petróleo).

En Argentina se autoproclaman de “izquierda” grupos que reniegan del disenso y los mecanismos democráticos para expresarse. Quebracho, por ejemplo, y los que boicotean sistemáticamente las elecciones en la principal universidad del país.

7:

“Izquierda” tilinga en América Latina

Hay un engaño en la intelectualidad y ciudadanía, en general, de Latinoamérica: se confunde rechazo u oposición a Estados Unidos con adhesión a regímenes totalitarios y antidemocráticos. Venezuela circula por el ambiguo filo de la navaja, y despierta suspicacias: Hugo Chávez apoya abiertamente a Irán para provocar a Estados Unidos (curiosamente, su principal comprador de petróleo).

En Argentina se autoproclaman de “izquierda” grupos que reniegan del disenso y los mecanismos democráticos para expresarse. Quebracho, por ejemplo, y los que boicotean sistemáticamente las elecciones en la principal universidad del país.

La UBA

Cinco intentos fallidos suma la elección de nuevo rector en la UBA. En todos los casos se debió al boicot de grupos minúsculos, sin representatividad: la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) está compuesta por el Partido Obrero (PO), el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), identificado con el trotskismo, y la Corriente Estudiantil Popular Antiiemperialista (CEPA), identificada con el maoísmo. Como hace notar Pepe Eliachev, «León Trotsky fue asesinado por Moscú en 1940 y Mao Tsé-tung murió en 1976» (Tierra arrasada. Perfil, El Observador, 23/07/06). Los nombres mágicos, de índole fetichista (como Perón o Evita para el peronismo) siguen a la orden del día. En otras palabras: hay muertos que siguen dirigiendo a personas que ni siquiera habían nacido cuando aquellos ya habían entrado en un piadoso cono de sombra.

La primera elección fue boicoteada porque estas agrupaciones adujeron que el decano que se postulaba para rector era “de derecha”. Si la rotulación da que pensar, más dio que pensar la forma: fue tomada la UBA y la elección se impidió por la fuerza. En las cuatro elecciones que siguieron ocurrió lo mismo, sea en la UBA o en el Colegio Nacional. Alterini ya no era candidato al rectorado, pero los argumentos para el boicot fueron variando, incorporándose nuevas exigencias. El pretexto cambia pero no la intención subyacente: sembrar el caos para ver qué rédito nos puede dar; imponer las ideas por la fuerza, no por las urnas.

Lo que llama la atención es que toda agrupación progresista debería pugnar por elecciones libres, que garanticen la participación ordenada y equitativa de las partes, no porque la democracia sea un sistema perfecto, sino porque hasta ahora no se ha inventado uno mejor. ¿Qué más “de izquierda” que la democracia, que garantiza la representatividad de los votantes? Lo contrario es el mesianismo de ciertos “iluminados”, que se enquistan en el poder y hacen y deshacen a voluntad.

En las fallidas elecciones de la UBA se transparenta el resentimiento de la minoría: si nadie nos apoya y nos vota, impedimos que otros voten. Es la maniobra del perro del hortelano. Nada más alejado del progresismo que estos grupos que procuran esconder en “la izquierda” verbal la conducta más reaccionaria y fascista del que golpea primero.

Lo grave es que el Gobierno, en su “objetiva inacción”, ampara al sector antidemocrático. Cuando el vicerrector Aníbal Franco solicitó al ministro del Interior, Aníbal Fernández, que enviara fuerzas de seguridad para garantizar la quinta elección, Fernández adujo que «la UBA está partida y si no encuentra una solución dentro de sus claustros, no será la Policía la que dirima esa cuestión». La falacia es evidente: para que la UBA pueda sesionar hace falta que se garantice la libertad para sesionar.

La UBA no tiene poder de policía, y si un grupo minoritario apela a la violencia y el delito para impedir la elección, es el Gobierno quien debe garantizarla. Esto está explícitamente contemplado en la Constitución, por lo que Fernández debería ser procesado por incumplimiento de los deberes del funcionario público, y los violentos por delito de sedición, como hizo notar Jorge Vanossi (cfr. La crisis de la UBA, una preocupación de todos. La Nación, 23/07/06, p. 17). Nada es casual, y la inacción de Fernández es favorable al Gobierno que, llegado el caso, podría intervenir la UBA o hacer nombrar un rector kirchnerista.

¿Derechos humanos?

En otro artículo (La dictadura consentida de América. Castellanos, 07/01/2005) hice notar la violación de los derechos humanos en Cuba. Sin embargo cierta “izquierda” sigue vitoreando a Fidel Castro. Cuba viola los artículos 13, 21 y 30 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ningún partido autodenominado de “izquierda” menciona estos artículos. ¿Qué puede llevar a una persona a ignorar esos derechos en ciertos casos, y a clamar por ellos en otros?

El odio a Estados Unidos no es pretexto. Los derechos humanos sirven para criticar la base de Guantánamo y, simultáneamente, criticar la falta de libertad en Cuba. La declaración es universal, no de acuerdo a quien desee interpretarla. Castro viola los derechos humanos desde mucho antes de la era Bush (padre e hijo). Castro bloqueó la condena a la dictadura en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra cuando Argentina se ahogaba con Videla. ¿Nadie lo recuerda?

Hubo un gesto importante de Kirchner al aprovechar la cuarta visita de Castro al país para entregarle una segunda carta pidiendo por la doctora Hilda Molina. La primera carta fue entregada en diciembre de 2004, y nunca fue respondida. Kirchner acusó el desprecio y postergó indefinidamente su proyectado viaje a Cuba. Tampoco viajó su esposa. Ahora hay una nueva misiva, que en sólo tres párrafos manuscritos pide a Castro que atienda a los derechos humanos de dos niños argentinos y deje salir a Molina. Cuenta Joaquín Morales Solá que Kirchner le ordenó al canciller Taiana: «Advertile a Castro que si no me recibe la carta, yo hablaré de Hilda Molina delante del Mercosur y que no firmaré el convenio del Mercosur con Cuba» (Entre duros encontronazos y fáciles distensiones. La Nación, 23/07/06, p. 23). Castro recibió la carta. Pero el gesto, obviamente, no implica más que eso.

Su actitud quedó expuesta cuando un periodista cubano radicado en Miami le preguntó porqué no dejaba salir de la isla a Molina. Castro retrucó: «¿Y a ti quién te paga para que vengas a hacer este desorden?». Castro no respondió lo que se le preguntaba, y fue retirado rápidamente por su guardia personal. Pero quedó la imagen televisiva: un Castro viejo y fácil de sacar de sus casillas, obcecado con el poder y ciertas cuestiones “de principios”: libertad es sólo lo que yo entiendo por tal.

La AMIA

Al cumplirse el 12º aniversario del atentado a la AMIA Luis Czyzewski, padre de una de las víctimas, dijo que sería deseable que los legisladores pongan para la sanción de una ley que castigue el financiamiento a los terroristas «la misma fogosidad y empeño que ponen en discutir si se necesita o no una ley de superpoderes». La frase tiene su razón de ser, atendiendo que en doce años no se avanzó en la causa, y que la mayor parte de la responsabilidad le cabe al Gobierno. No al de Kirchner, sino al de Menem. Pero se trata de personas pertenecientes a un mismo partido político, y además se trata del Gobierno, no de alguna entelequia privada.

Kirchner respondió con inusual dureza: «Yo no tengo la culpa de los acuerdos de allá, del daño que hicieron dirigentes que los representaban a ustedes con aquel gobierno menemista. No es mi culpa. Yo estaba allá, era gobernador de Santa Cruz y no participaba ni conocía ni sabía cuáles eran los entuertos». Lo que el Presidente olvidó decir es que él, como gobernador de Santa Cruz, integró siete listas del menemismo, y que incluso llegó a declararlo a Menem «el mejor presidente que ha tenido la Argentina» cuando consiguió que el resto de las provincias destinara un porcentaje de sus ingresos a su provincia natal: el 6 ‰ de las facturas de la luz, para una obra que Santa Cruz jamás realizó.

También dijo el Presidente que «durante mucho tiempo Cristina (su esposa) les dijo a los familiares e integrantes de las organizaciones AMIA y DAIA que ese juicio que llevaba Galeano se hacía para entretener, pero que nunca iba a llegar a la verdad y que el juez Galeano no quería la verdad». Lo que el Presidente calló, sin embargo, es que en diciembre de 1997 su esposa firmó un dictamen manifestando que «si bien los resultados no son hasta el momento los esperados, atento a que no se ha logrado aún el esclarecimiento del atentado, debe reconocerse la labor desarrollada por el señor juez federal Juan José Galeano» (Los elogios de Cristina Kirchner al juez Galeano. La Nación, 20/07/06, p. 08).

La importancia de estas palabras es que el informe fue particular, en solitario (los otros dos informes correspondieron al PJ y a la Alianza), y que consideraba «prioritario garantizar la seguridad» de Galeano y los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia. Hoy todos están acusados por encubrimiento. Cabe destacar que en su defensa Galeano mencionó este informe de Cristina Kirchner, haciendo notar que fue favorable a su gestión. También calló el Presidente el exiguo avance de la investigación en los últimos tres años, durante su propia gestión.

Kirchner pidió «humildad» y «solidaridad» a los damnificados, convirtiendo a las víctimas en responsables de las trabas en la investigación. La maniobra es artera. Los “entuertos” que Kirchner dijo no conocer se estructuran, entre otras formas, con la memoria parcial. Esa que el Presidente, su esposa y los palafreneros que los secundan ostentan a diario con cívico desprecio y bochornosa algarabía.

© Carlos O. Antognazzi

Escritor.

Santo Tomé, julio de 2006.

Publicado en el periódico “El Santotomesino” (Santo Tomé, Santa Fe) de agosto de 2006. Publicado en el mensuario “El Tábano” Nº 2 (Rafaela, Santa Fe), de agosto de 2006. Copyright: Carlos O. Antognazzi, 2006.

Este artículo tiene © del autor.

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