LOS INOLVIDABLES AMANECERES DE VARSOVIA
La imagen de una urbe europea, moderna, y avanzada, es lo primero que percibe el visitante nada más llegar a Varsovia; elevados rascacielos despuntan con procacidad sus elevadas estructuras, junto al emblemático edificio del Palacio de Cultura y de las Ciencias, una construcción mastodóntica (con reminiscencias del Empire State Building neoyorquino), regalo de la extinta Unión Sovietica a Polonia, desde su trigésimo piso las vistas panorámicas eran espectaculares, desde alli se vislumbraba la serpenteante secuencia del caudaloso Vistula a su paso por la capital polaca, los puentes que unen la ciudad vieja con la ciudad nueva, la Iglesia Ortodoxa Rusa de Santa Maria Magdalena, la arteria siempre bulliciosa, la Avenida Jerusalem, y todo un elenco de construcciones menores, que forman la trama de esta reconstruida ciudad europea.
Tras un fantástico paseo por el barrio de las embajadas, y el Palacio de la Isla, junto al maravilloso parque Lazienki, de extraordinaria belleza, tuvimos ocasión de recorrer el corazón de la Ciudad Vieja, atestada siempre por cientos de turistas a los que gusta admirar esta reconstruida parte de la ciudad, la cual, tristemente quedó devastada tras los destructivos bombardeos registrados durante la Segunda Guerra Mundial; asÃ, mientras paseabamos por el Kamienne Schodkj, (pasos de piedra), escuchamos los armónicos acordes de un piano, instintivamente aquellas notas musicales me recordaron algunas de las escenas de la pelÃcula “El Pianista” de Roman Polanski, cuya acción se desarrollaba en estos mismos lugares.Allà es facil asistir a improvisados espectáculos nocturnos de artistas del fuego, asà como degustar la exquisita gastronomÃa local, dar agradables paseos en coches de caballos, o disfrutar de un ambiente nocherniego francamente cautivador; las estrechas y adoquinadas calles reciben un flujo constante de turistas, ya sea de dÃa, o de noche, movidos por la curiosidad de descubrir una zona de la capital, que goza de uno de los mayores atractivos para ser visitada, pues no en vano, fue declarada por la Unesco Bien Cultural Mundial.
No obstante, si la Ciudad Vieja enamora nada más vislumbrar el rojizo Castillo Real o las copadas torres de la Barbacana, el resto de la ciudad en si misma es maravillosa, con sus imponentes e históricos monumentos como el dedicado a los Héroes del Ghetto, la orbicular Iglesia de San Alejandro, la Tumba dedicada al Soldado Desconocido, el monumental edificio de la Opera, y tantos y tantos otros, que convierten esta capital en un autentico museo.
De Varsovia también recuerdo... la leyenda de las sirenas, según la cual dos bellisimas hermanas que surcaban las aguas del Báltico decidieron quedarse en el lugar más hermoso que encontraran, asà la primera de ellas al visitar Copenhague, quedó deslumbrada por el atractivo de la ciudad escandinava, y decidió permanecer allà para siempre, sin embargo su hermana en su afán por encontrar un emplazamiento que al menos igualara en belleza al lugar donde quedó varada su coláctea, llegó hasta Gdansk en el norte de Polonia, y tras surcar el VÃstula finalizó su travesÃa en Varsovia, allà al emerger de las aguas y ver la belleza de la Ciudad Vieja, no dudó en permanecer en aquel lugar, hoy esta nereida es el sÃmbolo de la ciudad, donde la precocidad de sus resplandecientes amaneceres resulta inolvidable ...(...)
Do widzenia Warsawa