A pesar de su incapacidad cerebral, o por ello, los más próximos le concedÃan poseer una sensibilidad especial, incluso artÃstica. Le gustaba la música y el baile y éste lo practicaba de manera desastrosa, pero siempre habÃa quien creÃa que bailaba bien y se lo decÃa. Sus familiares más cercanos, madre y hermana, se preocupaban especialmente cuando fallecÃa algún ser próximo porque especulaban con la posibilidad de que sufriese mucho al enterarse. Durante dÃas le ocultaban la noticia por temor a su reacción, aunque luego quedaba impertérrita por la pérdida personal del ser querido. Lo que lamentaba era lo que esa pérdida representaba para su comodidad o su costumbre. Si se morÃa su abuela, sólo deseaba que le entregasen un anillo de ella que una vez le prometió. Si se morÃa su tÃo, padecÃa porque ya no le freirÃa esas patatas que tanto le gustaban. Si su tÃa se encontraba muy enferma, le acongojaba el retraso de la celebración de su cumpleaños, en el que esperaba divertirse, que brindasen por ella y le hiciesen bonitos regalos porque era feliz siendo la protagonista de todo acontecimiento. Si se morÃa un vecino con el que les unÃa una gran amistad, apenas se entristecÃa un momento. Si era su madre la enferma, temÃa perderse la fiesta del club de los sábados porque necesitaba que ella la llevase. Si morÃa el perro de su hermana, pensaba que se sustituÃa por otro igual y santas pascuas.
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