En la Universidad privada San Jorge, en Villanueva de Gállego (Zaragoza),apareció el otro dÃa una culebra bastarda o de Montpellier. No se trataba de una serpiente de verano ni pretendÃa matricularse en una carrera, sino que se arrastraba perdida, tal vez en busca de una pareja, pues en abril y mayo es cuando copulan. Parece que la culebra murió aplastada por algún coche en el aparcamiento. La culebra no entiende del peligro de los automóviles. Matar a algunos animales tiene como consecuencia algún castigo penal, pero no por matar culebras, que gozan de una muy mala fama. Igual que los seres humanos invadimos con frecuencia el medio ambiente natural de los animales, estos se acercan a veces demasiado a nuestras casas, con el peligro que eso supone para unos y otros. Dicen que esa culebra es agresiva y venenosa, pero no para el hombre porque tiene muy atrás los colmillos. Su alimento son ratones y lagartijas. En la Universidad española existe otra especie de culebra, llamada Wert, que sà es peligrosa para los universitarios, profesores y alumnos, por sus recortes en los presupuestos, lo que da lugar al empobrecimiento de los medios y los resultados. No es extraño que ninguna Universidad española figure entre las cien del mundo con mayor impacto en la investigación. La culebra Wert derrama su veneno por todos los campus españoles, intoxica el ambiente, muerde a unos y a otros con su prepotencia, su intolerancia y su poder. Nadie hace nada para acabar con ella. Sólo el Gobierno podrÃa exterminarla, pero esa culebra es precisamente su herramienta ejecutora para acabar con las Universidades públicas.
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