Gracias, don Ricardo, por su atento comentario. Como defensor de la dignidad de la persona (la muejr lo es pese a que en no recuerdo qué concilio se la anatematizó asegurando que carecía de alma), considero necesario, al menos de vez en cuando, salir en su defensa; no porque sea mujer sino, insisto, porque, como persona, merece el apoyo que los varones le hemos negado durante milenios, y aún, pese a la parafernalia que la rodea, se sigue haciendo algo parecido. Esperemos que el tiempo ponga las cosas en su sitio, aunque me temo que el asunto va para largo.
Un saludo cordial.
augustus