UBERRIMA FIDES
“Puente tendido”:
Balaustres de dientes
de fauces de saurio
viejo y enfermo
de fétido aliento.
“Túnel abierto”:
Laringe, faringe;
dragón de improperios;
garganta de monstruo
despierto.
“Mano extendida”:
Trampa mortal.
¡Tenazas y garfios
se cierran!
Capturan,
empuñan,
aprietan,
arañan,
desgarran
perdón y amistad.
ETERNO ENIGMA
Tiempo que abarcas / todo / y nada.
Que ocultas y evidencias / al Dios infinito.
Que haces visible lo invisible
con el paso del tiempo.
Tiempo que mueres
en el instante preciso / de tu medida,
de acumulados minutos, siglos
que no descansan jamás.
Eterno noviazgo
de Tanatos y Eros coqueteando,
devorándose /
mutuamente.
“Coitus“ Ergo sum;
no lo Descartes.
Pero todo a su tiempo…
¿Qué es la muerte, entonces,
sino el dolor de un “hasta luego”?
¿Y un retoñar cualquiera / el bautizo de la vida?
Inmóvil contemplo los cambios;
marcado soy al mirarlos.
¿Por qué, entonces, oculta su rostro
la eternidad /
cuando me veo en su espejo?
Pierdo el tiempo
haciendo este poema.
Inútil obsesión / de atrapar el concepto
y el concepto me atrapa.
La luz es restaurada
en el instante que lo decreto,
a 365,000 / kilómetros de nada.
Alfa y omega de la herejía,
barro ancestral
que se endurece y agrieta
al contacto de mi mano.
Relativo, sediento de vida,
recurro a Einstein,
quien me revela / que los astros flotan
en líquido universo;
que dejan a su paso
estelas en el firmamento,
que se eclipsan /
y alargan su sombra.
La palabra me limita.
Los contornos de la imagen
no definen la verdad.
¡Exijo, pues, una reparación!:
¡Fui estafado / por la cárcel de las horas!
Agua, luz, calor:
¿Por qué tanto dolor?
Eterno enigma de lo eterno.
Tengo la edad de mis angustias.
En mi olvido existencial,
recupero el asombro.
Reconozco, recuerdo
que dos mas dos son cuatro
en el éter de lo abstracto.
Se mezclan los idiomas / en esta Babel
que prologó mi existencia.
¿El epílogo?
Lo dejó a la intemperie
de mis dudas y mi suerte…