¿Alguien lo conoce? ¿Quién puede descifrar el enigma que puede esperarnos mañana? ¿Qué es el mañana sino un arcano que aguarda las diferentes circunstancias para aprisionarlas en un enmarañado baúl y agitarlas a su antojo.
Mañana es un acertijo, el oráculo con el que debemos cargar hasta que ese mismo mañana, se diluya al final de la espera. El mañana vale menos que el ayer que ya se vivió y puede ser la esperanza de los incautos que al margen de la oportunidad de vivir a plenitud, se pliegan a un marasmo existencial, sumidos en la inagotable rutina de un hacer que los encasilla como obreros de la abulia mas espantosa.
El mañana puede ser el abismo al que caen los inadaptados, los que ignoran que es más valioso vivir una experiencia que los llene, que acumular tesoros o fama para disfrutarlos un mañana que puede extraviarse en el camino y no llegar nunca.
Mañana es el oro apetecido de los mezquinos, o el ansiado frescor en un ardiente desierto que entre calcinantes arenas, seca los sueños y diluye esperanzas.
Mañana es un hito que señala lo que puede ser un laberinto, un camino sin regreso, o la etiqueta de un producto anhelado por su fama, pero tan desconocido, que puede gradar o defraudar.
El mañana es una atalaya a la que se supone que se debe arribar con abultado equipaje de prosperidad, donde muchos, basados en un materialismo que los hace víctimas de la avaricia, o desmedidos afanes de gloria, los convierte en esclavos de sus caudales, o de lo que ellos interpretan como méritos.
Mañana es el día después de hoy, quien puede saber que pasará, peor aún ¿Llegará ese mañana? Ese es un misterio que muchos han tratado de sondear, pero continúa siendo desconocido, aún así sin embargo, todos ansían un mañana y muchos desdeñan la oportunidad de vivir hoy la aventura que puede hacer que la vida deje en ellos una huella, para entregarse con optimista avaricia a acumular honores y fortuna, creyéndose poseedores del don de la inmortalidad.
Mañana puede ser una idea fija que obnubila la mente de los que pretenden ser eternos paradigmas, porque se sienten tan superiores, que no se dan cuenta de que es precisamente en el mañana donde existe una cualidad que los hace semejantes a toda la humanidad, es el único mañana del cual nadie escapará e igualará las condiciones del género humano. A ese mañana solo llegan sonrientes y ligeros de equipaje aquellos que llevan dentro de ellos todo su tesoro, los que no precisan de bóvedas en bancos para preservarlo, porque cabe en su conciencia.
El mañana puede ser hoy, solo que es inadvertido para los que cegados por las luces fatuas del triunfalismo son reos de si mismos.
El mañana lo viven hoy a plenitud los “excluídos”, desarrollando una filosofía muy propia que practican sin abstenerse más que de lo que saben les está vedado. Mañana es ahora, pero solo es avistado por los que disfrutan hoy, viven hoy, son felices hoy, sin dejar para tomar mañana la copa de satisfacción que se habrá evaporado, pero solo lo notarán cuando ya sea demasiado tarde y a muchos no les dará ni tiempo de enterarse de que su tan esperado mañana, se lleva su último aliento.
¡Que tontos!
Miuris Rivas
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