Portada del sitio > LITERATURA > Traducciones > OSCAR PORTELA TRADUCIDO AL CATALAN POR JOAN NAVARRO
{id_article} Imprimir este artculo Enviar este artculo a un amigo

OSCAR PORTELA TRADUCIDO AL CATALAN POR JOAN NAVARRO

Temor y Temblor en los poemas de Oscar Portela.

Oscar Portela

Argentina



Ahora que definitivamente me has abandonado.

Que las epifanías exigidas se han cumplido.

Ahora que las melancolías yacen en baldía tierra

Y sólo hierbas crecen sobre la nostalgia

De sueños y de sombras...... Oscar Portela

Antología Catalana de Oscar Portela por Joan Navarro

Oscar Portela y la juventud.
Visto por la camara de Osvaldo Bonomi.

El creciente interés internacional en la obra poética y filosófica del escritor Argentino Oscar Portela , traducido parcialmente al ingles, el hindi, el portugues, el fracés, el italiano, el gallego, se pone de manifiesto en ésta pequeña selección de poemas versionados al catalan por el escritor y pintor español Joan Navarro.
[Oscar Portela]

El Gólgota

[El Gólgota]

Claroscuro

[Clarobscur]

Punto Muerto (Dead End)

[Punt Mort (Dead End)]

Infancia

[Inf ncia]

El Gólgota

El azul que ayer poblaba

mis ojos y el infinito del azul del mar y el viento

la arena mezclada al roce del deseo

las lágrimas y los secretos demonios

que mantenían mi corazón en vilo y la danza coral

en la estación del aura primigenia, la inocente infancia

que se negaba a abandonarme y los dioses

con sus huellas dibujadas en mi sudorosa piel

todo ahora sucumbido y mirado con los ojos del cíclope

el desfiladero de la locura la pesadilla del vampiro,

el pavor de las sombras el insomnio que acecha

como un tigre agazapado tras las leyes inexorables de

la fragilidad humana el tiempo irredento las fuerzas

de los Daimones de la poesía que me mantenían despierto

la sueñera de mi alma el gólgota amaneciendo frente a mí,

la cruz negada y afirmada cien veces cien antes del canto

del gallo y la gota de sangre cayendo sobre mi frente

cayendo sobre mi frente...

Δ

[El Gólgota]

El blau que ahir poblava

els meus ulls i l’infinit del blau de la mar i el vent

l’arena mesclada al frec del desig

les ll grimes i els secrets dimonis

que mantenien el meu cor enlaire i la dansa coral

a l’estació de l’aura primigènia, l’innocent inf ncia

que es negava a abandonar-me i els déus

amb les seues petges dibuixades a la meua pell suada

tot ara desfet i mirat amb els ulls del cíclop

el congost de la follia el malson del vampir

la paüra de les ombres l’insomni que sotja

com un tigre agotnat darrere les lleis inexorables de

la fragilitat humana un temps irredempt les forces

dels Daimons de la poesia que em mantenien espavilat

la somnolència de la meua  nima el gólgota clarejant davant meu,

la creu negada i afirmada cent vegades cent abans del cant

del gall i la gota de sang que cau sobre el meu front

que cau sobre el meu front...

[Traducció de Joan Navarro]

Δ

Claroscuro

I

El duro pan de soledad

El zarpazo del tigre agazapado en la noche

El invisible en el día,

La sed del infinito que se agota

En el infierno del desierto,

La sangre coagulada vuelta

A sus orígenes, el sudor y el miedo

Y el cansancio que el trivial comercio

Con la efímera eternidad del verbo

Se hacen oscuras obsesiones,

El yo condenado a sabiendas y el cobre de la

Campana del crepúsculo

Que llama a reunión de vivos y de muertos

Y qué harás hoy sombra de sombras

Que finges no conversar con las augustas

Sombras de los muertos

Tú que sigues el camino que termina

En el corrupto círculo que se repite

Una y otra vez una y otra vez

Vox clamantis in deserto y la campana

Llamando al ángelus y la madre

Traslúcida mirando desde la luna

La soledad donde se acunan las mortales

Caricias de los sueños sigue sin embargo

Sigue muriendo que en tu principio esta tu fin

Aunque aquí no existan ni principio

Ni fin sino la corrupción que los segundos

Preparan en silencio para que el círculo

Se cierre y nada como el alud de las montañas

Se cierne sobre ti.

Difícil despertar, difícil entrar a la casa de

Las sombras donde los ángeles

Son los daimones que la obra puso

Para verter en ella el veneno que

El tímpano y los ojos la atávica memoria,

El gusto de la luz y todo aquello

Que extraviado está, hagan del duro pan

Errancia del nonato, los dientes del vampiro

Que lucen marfilíneos a la luz de las aguas.

II

Ahora que el camino es uno solo para muertos y vivos

Ahora, ahora, el asalto fatal

Pesa sobre las almas como el viento

Y la peste, como el beso y la llaga,

Que ignoran los que muriendo sueñan

Con la vida, enamorados del crepúsculo,

Enamorados de las hojas del verano.

III

Una rata en la nívea ingle de Jesús,

Un linchamiento en la esquina de París

Para Villón, un silencio cargado de presagios

Para el frágil Lenau, el duelo interminable de la suerte

Para quien lo ha perdido todo y ha muerto mil veces como

Rembrandt van Rijn,

Dos tiros súbitos para Kleist y su amante Retrato, la

Buhardilla y la vejez,

El tartajeo de Hölderlin,

Rabia, solitud, rayos, centellas para el último Dios

Que canta al universo y se llama Beethoven,

El si roto por demasiada luz de Nietszche,

Trino y uno demente Artaud y el tiro de Celan,

Espejos para mis manos y mi boca y el duro pan

De la agonía de ser el don, lo que se da,

El pez y el tiempo, el tiempo, el duro pan

Que los demonios han puesto en mi camino,

El lecho, la guillotina, la sangre convertida

En camino hacia un balbuciente abandonado

Niño en mitad de un jardín que nos conduciría

Al infierno de la vejez y el abandono.

IV

Cuándo, cuándo, madre, vendrás a mí

En luminosas mañanas

De praderas incendiadas por gritos

De monos y balidos de terneros

Tempranamente destetados como yo,

Tu Ángel deyectó aquí, en ésta tierra

De nadie, baldía de deseos y de imágenes,

Cómo no ser aquellas, fuera del tiempo,

Murmurando, murmurios de suiriries

En los esteros que se devoran las temblorosas

Ancas, los jadeantes belfos de los caballos

Ensillados para partir hacia auroras de oro.

Y las noches, a las noches madre, las abiertas

Madres cubiertas por las ubres de luz

Que titilan aquí en el alma, aún, fuera del tiempo,

Fuera de la incuria y la penuria de lo

Que nos devora penosamente como Cronos

A sus hijos, madre terrena, madre que nos levantas

Sobre la aurora y cuidas el torrente de la sangre

Que aún fluye, lentamente, lentamente,

Por las arterias donde el manantial ya seco

Se abandona a la muerte de la vida,

A la vida de la muerte que nos abría

Túneles, pasadizos radiantes, puertas de centelleantes

Cuerpos, manos, labios y grafías, cuando

Comenzábamos a partir en búsqueda de un

Absoluto que hoy, madre, es seca mar,

Salina de los ojos, y espera, espera, espera,

De un milagro, del prometido adviento,

Ya cerrado, ya amurado, y nosotros los presos

De aquellos luminosos jardines

Que fueron nuestros y sobre los que ahora

se cierne, sólo el desierto, sólo el desierto.

V

Y esperamos la muerte, ahora que dialogamos

Asiduamente con la muerte

Llevando la corona de los muertos

En la cruz del calvario del deseo de la vida,

de Eterna vida y gozo eterno- nosotros, crucificados

Por la palabra y en la palabra amor

Secos como la mar de muertos dioses-,

Fieles al designio de aquellos que se mueven

En nosotros, sigilosos, custodiando las horas

Y los días que asignados nos llegan a nosotros

Que seremos tasados como objetos

De un mercado macabro ; ¿cuánto cuesta la Eternidad

Y la corona de aquel que agonizaba por el hombre ?

Cuánto la locura que Zaratustra vertió en sus salmos

O las mudas cuerdas del piano de Hölderlin,

La cuerda de Villón, el tiro con que Van Gogh

Saldó su deuda con el arte, el derrumbe de Poe,

La soledad de un niño triste agonizante

Y solo en las perdidas Iluminaciones de un

interminable viaje, cuánto, cuánto, mercaderes

de llagas y luminosas mañanas, fariseos del templo

que conduce de este mundo a la quiebra de otros

paralelos que nos conducen a ser más hombres,

a ser intasables por los contadores de los frutos

del espíritu donde la abeja, la reina del Estío,

continúa libando más acá de la muerte, más allá de la vida.

Δ

[Clarobscur]

I

El pa dur de la soledat

L’urpada del tigre agotnat en la nit

L’invisible de dia

La set de l’infinit que s’esgota

A l’infern del desert

La sang coagulada de tornada

Als seus orígens, la suor i la por

I el cansament que el trivial comerç

Amb l’efímera eternitat del verb

Esdevenen fosques obsessions

El jo condemnat a posta i el coure de la

Campana del crepuscle

Que crida a reunir-se vius i morts

I què far s avui ombra d’ombres

Que fingeixes no conversar amb les augustes

Ombres dels morts

Tu que segueixes el camí que acaba

En el corrupte cercle que es repeteix

Una i una altra vegada una i una altra vegada

Vox clamantis in deserto i la campana

Que crida a l’ ngelus i la mare

Translúcida que mira des de la lluna

La soledat on es bressolen les mortals

Carícies dels somnis segueix no obstant

Segueix morint que en el teu principi és el teu final

Encara que no existesquen ni principi

Ni final sinó corrupció que els segons

Preparen en silenci perquè el cercle

Es tanque i res com l’allau de les muntanyes

Plana damunt teu.

Difícil despertar, difícil entrar a la casa de

Les ombres on els  ngels

Són els daimons que l’obra va posar

Per a vessar en ella el verí que

El timp i els ulls la at vica memòria,

El gust de la llum i tot allò

Que és extraviat, facen del pa dur

Vagareig del nonat, les dents del vampir

Que lluen ebúrnies a la llum de les aigües.

II

Ara que el camí és només un per a morts i vius

Ara, ara, l’assalt fatal

Pesa sobre les  nimes com el vent

I la pesta, com el bes i la nafra,

Que ignoren aquells que tot morint somien

Amb la vida, enamorats del crepuscle,

Enamorats de les fulles de l’estiu.

III

Una rata en la nívia engonal de Jesús,

Un linxament en el cantó de París,

Per a Villon, un silenci carregat de presagis

Per al fr gil Lenau, un duel interminable de la sort

Per a qui ho ha perdut tot i ha mort mil vegades com

Rembrandt van Rijn,

Dos trets sobtats per a Kleist i el seu amant Retrat, el

Sostremort i la vellesa,

L’embarbussament de Hölderlin,

R bia, solitud, llamps, centelles per a l’últim Déu

Que canta a l’univers i s’anomena Beethoven,

El si trencat per massa llum de Nietzsche,

Tri i un dement Artaud i el tret de Celan,

Espills per a les meues mans i la meua boca i el pa dur

De l’agonia d’ésser el do, allò que es dóna,

El peix i el temps, el temps, el pa dur

Que els dimonis han posat en el meu camí,

El llit, la guillotina, la sang convertida

En camí cap a un balbucejant abandonat

Infant al mig d’un jardí que ens menaria

A l’infern de la vellesa i de l’abandó.

IV

Quan, quan, mare, vindr s a mi,

En lluminosos matins

De prades incendiades per crits

De micos i bels de vedells

D’hora deslletats com jo,

El teu Àngel defec ací, en aquesta terra

De ningú, eixorca de desigs i d’imatges,

Com no ésser aquelles, fora del temps,

Mormolant murmuris dels  necs xiuladors

Als estuaris que es devoren les tremoloses

Anques, els esbufegants morros dels cavalls

Ensellats per a partir vers aurores d’or.

I les nits, a les nits, mare, les obertes

Mares cobertes per les mamelles de llum

Que titil·len ací a l’ nima, encara, fora del temps,

Fora de la incúria i la penúria d’allò

Que ens devora penosament com Cronos

Els seus fill, mare terrenal, mare que ens alces

Sobre l’aurora i tens cura del torrent de la sang

Que encara flueix, lentament, lentament,

Per les artèries on la font ja seca

S’abandona a la mort de la vida,

A la vida de la mort que ens obria

Túnels, passadissos radiants, portes de centellejants

Cossos, mans, llavis i grafies, quan

Començ vem a partir a la recerca d’un

Absolut que avui, mare, és seca mar,

Salina dels ulls, i espera, espera, espera,

D’un miracle, del promès advent,

Ja tancat, ja murallat, i nosaltres els presoners

D’aquells lluminosos jardins

Que van ser nostres i sobre els quals ara

planeja sols el desert, sols el desert.

V

I esperem la mort, ara que dialoguem

Assíduament amb la mort

Portant la corona dels morts

En la creu del calvari del desig de la vida,

­­-D’eterna vida i goig etern- nosaltres, crucificats

Per la paraula i en la paraula amor

Eixuts com la mar de déus morts-,

Fidels al designi d’aquells que es mouen

Dins nosaltres, silenciosos, custodiant les hores

I els dies que assignats ens arriben a nosaltres

Que serem taxats com objectes

D’un mercat macabre ; quant costa l’Eternitat

I la corona d’aquell que agonitzava per l’home ?

Quant, la follia que Zaratustra va vessar als seus salms

O les mudes cordes del piano de Hölderlin,

La corda de Villon, el tret amb que Van Gogh

Va saldar el seu deute amb l’art, l’ensorrament de Poe,

La soledat d’un infant trist que agonitza

I sols en les perdudes Il·luminacions d’un

Interminable viatge, quant, quant, mercaders

De nafres y lluminosos matins, fariseus del temple

Que porta d’aquest món al trenc d’altres

Paral·lels que ens porten a ser més homes,

A no poder ser taxats pels comptadors dels fruits

De l’esperit on l’abella, la reina de l’Estiu,

Continua libant més enç de la mort, més enç de la vida.

[Traducció de Joan Navarro]

Δ

Punto Muerto (Dead End)

A Víctor Zaza y Enrique Rebull

Era temprano, demasiado temprano.

La diana era blanca como la escarcha

del invierno, y migraban los días

como aves, llevadas por los vientos

de los faustos veranos. Luego grité :

abandóname infancia o descíframe tus

enigmas, pero todo fue en vano : aquí

estoy poseído por un país de dulces aguas

y garzas blancas o moras, ya abandonado

para siempre, para siempre descarnado

y sin sueños, quieto, inmóvil, sombra

de mi mismo, yo que estuve en toda

la oscuridad, y parte de la luz, o he

sido todo esto, Liza querida, ya para siempre,

sólo y a la intemperie de las bárbaras

imágenes que me poseen, en la vigilia

y en los sueños : Érase un pueblo (¡ay ! Loreto)

llegado desde la lejana Roma, y aupado por

los ángeles, lejano, inmóvil fuera de todo

todo tiempo, donde besé a mi madre,

tierna, tierna Marina, y al callado , casi

oscuro, casi silencio, Don Modesto Portela,

padres que me trajeron a estas tribales

tierras, donde pasé la infancia, adentrándome

en la infinitud del dios de los esteros,

y los libros que asolaron mi infancia

como varas de fuego : la sangre de ibérico león

corría por mis venas, toda ella poseída

por la magia, negra o azul, de las mezcladas

razas de mi América : luego, Oscar Ignacio

Portela Bofill, y Molina Gómez de Barreda.

Los punzantes estiletes grabados en la carne

del alma del asfalto, donde el amor, otras imágenes,

hicieron nido en mí, dolores y fracasos,

estigmas y entusiasmos, que poco a poco,

hicieron de un niño enfermo y custodiado por

las gracias, el luciferino adolescente de una

edad de oro, en el cual venían hacia

mi, nuevos padres, amigos que ya no están

y sin embargo sobreviven, y el exilio y la cárcel,

y los aplausos, y rebeldías o claudicaciones

de un alma que había bebido néctares y frutos

de un paraíso perdido -1950, y luego, y luego,

las espectrales sombras, los insomnios eternos

como el amor perdido, como la roja muerte que se

llevó a mis padres, yo tigre, yo tauro, y ahora

sólo poeta en tiempos de penuria,

re-escribiéndome a mi mismo, para borrar las

huellas que delatan mi huida, ¿hacia donde, cuando ?

Porque a pesar de todo aún respiro, aún mis manos

transpiran, y aún se posa en mi pecho el candor

del jilguero que me acunó de niño.

Δ

[Punt Mort (Dead End)] A

Víctor Zaza y Enrique Rebull

Era enjorn, massa enjorn.

La diana era blanca com el gebre

de l’hivern, i migraven els dies

com aus portades pels vents

dels fausts estius. Després vaig cridar :

abandona’m inf ncia o desxifra’m els teus

enigmes, però tot fou debades : ací

estic posseït per un país de dolces aigües

i agrons blancs o moros, ja abandonat

per a sempre, per a sempre descarnat

i sense somnis, quiet, immòbil, ombra

de mi mateix, jo que vaig ser en tota

la foscor, i part de la llum, o he

estat tot això, Liza estimada, ja per sempre,

sols i a la intempèrie de les b rbares

imatges que em posseeixen, en la vigília

i en els somnis : Això diu que era un poble (ai ! Loreto)

arribat des de la llunyana Roma, i ajudat pels

 ngels, lluny , immòbil, fora de tot

tot temps, on vaig besar la meua mare,

tendra, tendra marina, i al callat quasi

fosc, quasi silenci, En Modesto Portela,

pares que em van portar a aquestes tribals

terres, on vaig passar la inf ncia, endinsant-me

en la infinitud del déu dels estuaris,

i els llibres que van assolar la meua inf ncia

amb vares de foc : la sang d’ibèric lleó

corria per les meues venes, tota ella posseïda

per la m gia, negra o blava, de les mesclades

races de la meua Amèrica : després, Oscar Ignacio

Portela Bofill, i Molina Gómez de Barreda.

Els punxants estilets gravats en la carn

de l’ nima de l’asfalt, on l’amor, altres imatges,

van fer niu en mi, dolors i fracassos,

estigmes i entusiasmes, que poc a poc,

van fer d’un infant malalt i custodiat per

les gr cies, el sat nic adolescent d’una

edat d’or, en la qual venien cap a

mi nous pares, amics que ja no hi són

i no obstant sobreviuen, i l’exili i la presó,

i els aplaudiments, i rebel·lies o claudicacions

d’una  nima que havia begut nèctars i fruits

d’un paradís perdut -1950, i després, i després

les espectrals ombres, els insomnis eterns

com l’amor perdut, com la mort roja que es

va endur els meus pares, jo tigre, jo taure, i ara

sols poeta en temps de penúria,

reescrivint-me a mi mateix, per a esborrar les

petges que delaten la meua fugida, cap a on, quan ?

Perquè a pesar de tot encara respire, encara les meues mans

transpiren, i encara es posa al meu pit el candor

de la cadernera que em va bressolar d’infant.

[Traducció de Joan Navarro]

Δ

Infancia

A Ludovica Squirru y Joan Navarro

Ahora que definitivamente me has abandonado.

Que las epifanías exigidas se han cumplido.

Ahora que las melancolías yacen en baldía tierra

Y sólo hierbas crecen sobre la nostalgia

De sueños y de sombras, sé que definitivamente

Me has abandonado a la intemperie por la intemperie.

Yo soy el Dharma bajo lunas oscuras, yo soy la peste

Pero me acepto así y danzo aún el ritmo

de los lamentos solitarios que acompañan el no

Asombro y bebo aún de claridades

Aunque sea la noche el epitafio que cierra la ventura

De la vida, ahora que definitivamente yo estoy

Solo y sé que me has abandonado pues tus preguntas

Callan, casa, tierra de la lengua materna,

Ya abandono la caza, me fundo a la mar, tigre en el

Agua, postrer maullido de un gigante gato.

Δ

[Inf ncia]

A Joan Navarro

Ara que definitivament m’has abandonat,

Que las epifanies exigides s’han acomplert,

Ara que les malenconies reposen en terra eixorca

I tan sols creix l’herba damunt la nost lgia

De somnis i d’ombres, sé que definitivament

M’has abandonat a la intempèrie per la intempèrie.

Jo sóc el Dharma sota llunes fosques, jo sóc la pesta,

Però m’accepte així i danse encara al ritme

de les lamentacions solit ries que acompanyen el no

Esbalaïment i bec encara de claredats

Tot i que siga la nit l’epitafi que tanca la ventura

De la vida, ara que definitivament estic

Sol i sé que m’has abandonat ja que les teues preguntes

Callen, casa, terra de la llengua materna,

Abandone ja la caça, em fonc dins la mar, tigre dins

L’aigua, darrer miol d’un gat gegant.

[Traducció de Joan Navarro]

P.-S.

ahora que definitivamente yo estoy

Solo y sé que me has abandonado pues tus preguntas

Callan, casa, tierra de la lengua materna,

Ya abandono la caza, me fundo a la mar, tigre en el

Agua, postrer maullido de un gigante gato

Ver en línea : www.corrientesaldia.com.ar

Este artculo tiene del autor.

484

   © 2003- 2023 Mundo Cultural Hispano

 


Mundo Cultural Hispano es un medio plural, democrtico y abierto. No comparte, forzosamente, las opiniones vertidas en los artculos publicados y/o reproducidos en este portal y no se hace responsable de las mismas ni de sus consecuencias.


SPIP | esqueleto | | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0