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TRES POEMAS ESENCIALES DE OSCAR PORTELA A ABEL POSSE Y GRACIELA MATURO

La despiadada despedida de los años, la soledad, el abandono y el renacimiento del amor. Oscar Portela

Oscar Portela

Argentina



"Nada conduce hacia ninguna parte y buscamos

El todo más los caminos todos llevan a lugares

Que ya viviste en anteriores vidas". Oscar Portela


EL ABANDONO

a Graciela Maturo

Poema de Oscar Portela

El cuerpo me abandona lentamente.

Los ardores de fragua del verano.

El tortuoso invierno. La recelosa cobra

Del deseo oculta en madriguera.

Los colores minados por la ausencia

De la piel renovada en staccato de cada primavera.

El oro en las arenas y el sueño, el sueño

De quien entra a la presencia como a un bosque de

Símbolos donde no estabas tú. No es un arca mi cuerpo.

No es chalupa siquiera: siniestrado por las tormentas

Y huracanes, siempre en desiertos, ¿como podría

Salvar algo de lo queda en la memoria de aquel

Pajaro Azul que ayer cantaba en mis ventanas?

Ah, llévame contigo hacia el poniente donde nada

Se pone, traspone el horizonte, piérdete entre las nubes

Más lejanas, atisba entre las cifras donde tal vez

Los ángeles arrullen el silencio de Dios.

¿Volverás a la tierra? Tal vez el pino enhiesto en la colina

Te espere como el rayo y el amor que te abandona ahora

O que nuca tuviste encuentre asilo entre sus ramas

Cuando lo yermo cede y en tus ojos vuelve el lapacho

A florecer serenamente.

Carta a

Abel POSSE

El Odio Poema

Por Oscar PORTELA

Nada conduce hacia ninguna parte y buscamos

El todo más los caminos todos llevan a lugares

Que ya viviste en anteriores vidas. Odio y rencor

A toda luz que cubra la vida del planeta. Odio al

Hielo denudo. Odio el odio de los desiertos dátiles y vientos.

Odio al final todo espejo del alma.

Odio el mar calmo con sus mareas constrictoras

Que devuelven a tierra el detritus de las noches del Caos.

Odio el calor del odio y el desprecio que desprecia el desprecio.

Odio el Olor de la Pobreza

Y el lujo asiático de los mandarines

Que cultivan naranjos en Palmira. Odio el odio trivial.

La truculencia de las carnestolendas de la Historia.

E l "gran-guiñol" desde teatro en llamas

Que tiembla sobre trivialidades y enfermos ecos

Del alma estéril del mortal que canta.

Odio al crucificado del madero. El tiempo- el limonero y

Los recuerdos. Odio con todo mi odio aquello

Que nos llama al olvido del huerto invitándonos a internarnos

En el bosque del olvido renuente.

Pues solo amo la eternidad del verbo ausente.

El Corazón o la espera del Adamita

un poema de Oscar Portela

a Friedrich Nietzsche y Jean Arthur Rimbaud

Escucha el corazón de la piedra. La estalactita

Escucha. Escucha los lamentos del viento.

El corazón de Nada escucha. Escucha: es corazón.

Y vértigo. El pino en las alturas mira el abismo

Sin temer lo oscuro. Escucha. El corazón escucha.

Asimismo se ausculta el corazón y advierte

La intemperie. La incuria. La soledad que espanta.

El incubo que nace. La muerte que despierta.

La soledad que asfixia las cometas de un cuerpo

Que fue consagración de primavera. Y escucha corazón

Las plañideras flechas del deseo.

No es este el corazón que siente.

Es grafía del cuerpo y del espanto. Escucha

Tierra el corazón que nace de tus

Propias entrañas y asciende hacia lo mudo.

Hacia el azur profano. El corazón que mira

El cuerpo de Afrodita y se convierte en llanto.

Es este el corazón llagado. La lengua es su destino.

Los labios, las plegarias, las promesas.

El proemio de una historia de amor y de un

Cuerpo sin penas. Escucha corazón. El corazón

Escucha. ¿Recuerdas las tardes del estío,

El río que no vuelve, las riberas, los árboles,

La soledad sin fin y nosotros apenas desnudos

Y sin nombres para el libro que viene?

Aquí estas corazón. Aquí tú escucha.

Tu final sin historias ni quejas ni llamados.

Escucha corazón y dime las plegarias

De una pregunta apenas. El Adamita espera.

Desnudo corazón tu escucha y pena.

El agua escucha.

Pasa y escucha las endechas del tiempo.

Las flechas con que Apolo hirió a Marcias y el canto

Con que florece el loto en las aguas del lago.

Escucha corazón. Escucha. Y dime todo. Todo.

Dame su joven cuerpo. Desnúdalo de nuevo y entrégalo

A mis cantos. A la oración primera. A las albas que Eros

Vió nacer en mi pecho. El corazón escucha. Escucha

El corazón escucha y tañe la amapola.

El lirio y la azucena. Así torno a vigilar lo pleno.

Construyo sobre escombros como Abel Posse quisiera.

Y allá en la luz astral de otro sangral poniente

Lisa sonríe a solas para siempre.

Escucho corazón. Yo escucho. Soy tuyo aún.

Aun soy primavera. Escucha en la sonata de la luna

Que llama a todos y aún espera. Espera

La vigilia de un hombre que está solo y espera.

P.-S.

"Escucho corazón. Yo escucho. Soy tuyo aún.

Aun soy primavera. Escucha en la sonata de la luna

Que llama a todos y aún espera. Espera

La vigilia de un hombre que está solo y espera".

Oscar Portela

Ver en línea : www.corrientesaldia.com.ar

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Ave de un Paraiso Perdido Entonces ten?amos la piel. Efat?dico Jard?n de las Hesperides

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