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Neologismos, Extranjerismos y Cyberismos

Valentín Justel Tejedor

España



El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, define el término "extranjerismo" como aquella voz, frase o giro que un idioma toma de otro extranjero.

Así, la era de las nuevas tecnologías, las frecuentes migraciones sociales, motivadas por alcanzar un mayor nivel de bienestar, o por causas políticas, o de catástrofes humanitarias, junto con un mayor dinamismo en las comunicaciones están consiguiendo que lenguas que gozan de una tradición más que milenaria, constantemente se transformen, a una velocidad mucho mayor que antes de la existencia de estos fenómenos, con nuevos matices de expresión procedentes de otros idiomas, que en ocasiones pueden enriquecer sus léxicos, pero que también pueden degradarlos.

En particular, el idioma que más esta interfiriendo en todas las demás lenguas, quizá por su carácter de mayor universalidad es el ingles, si bien el castellano le sigue a corta distancia, pues en la actualidad es hablado en el mundo por más de cuatrocientos millones de personas. En palabras de Lázaro Carreter, el español de América es más permeable que el de España a la incorporación de neologismos y anglicismos. Pero no hay que olvidar que el préstamo de vocablos entre lenguas es un proceso de intercambio recíproco, pues el "splanglish" utilizado principalmente en la península de Florida en los Estados Unidos de América, es un claro ejemplo de ello, con una mezcla casi al cincuenta por ciento de palabras de ambos idiomas. A modo de ejemplo, en algunos establecimientos allí ubicados se pueden leer frases como esta:  "Only aceptamos cash", "Aquí puede pagar sus bills".

Ahora bien, es el grado de utilización de los extranjerismos por una comunidad idiomática determinada, lo que provoca su permanencia o desuso en la propia lengua, al margen del refrendo otorgado por instituciones como en España, la Real Academia de la Lengua Española cuya función esencial es la de limpiar, fijar y dar esplendor a la lengua de Cervantes.

Así, en el caso concreto de nuestro idioma existen determinadas palabras que son usadas con habitualidad, como si originariamente fueran castellanas, teniendo su génesis etimológica en otras lenguas; a modo de ejemplo, entre los galicismos que podemos emplear de un modo frecuente en la vida cotidiana nos encontramos términos como menú, parquet, dossier; entre los italianismos encontramos vocablos como melodrama, escudería, cappuccino, entre los anglicismos voces como footing, aerobic, kleenex, rimmel, destacando que estos dos últimos en su origen eran marcas comerciales que identificaban un producto, en un caso los pañuelos de papel y en el otro la tintura para pestañas, y que mediante un proceso de vulgarización lingüística en la actualidad el producto es designado con el nombre de su marca comercial.

Incluso podemos encontrar variedades exóticas procedentes del Suajili africano como safari, o palabras procedentes del Islandés o del Ruso como saga y belluga respectivamente.   

De este modo, vocablos con una larga tradición etimológica son abandonados, en su uso por términos fonéticamente más sonoros y que son aceptados de forma unánime por la colectividad. Este fenómeno es conocido con el nombre de calco lingüístico, es decir, existe un término en el propio idioma que designa ese significado, sin embargo se prefiere utilizar el extranjerismo. A modo de ejemplo, podemos citar términos tan comunes en la vida cotidiana como "Self service" con su correspondiente vocablo en castellano "autoservicio", entendido como aquella modalidad comercial en la que el cliente se sirve a si mismo; de igual modo "jacuzzi" en lugar de "hidromasaje", o incluso "OK"  sustituyendo a la expresión  "de acuerdo".

Por otra parte, también existen extranjerismos que no disponen de su correspondiente vocablo en castellano, como por ejemplo: "burguer" para designar un establecimiento de comida rápida, "stop" para referirnos a una parada o detención, "disc-man" aparato musical portátil, incluso palabras menos comunes que se abren paso dentro del idioma como ocurre con la expresión "loft" que tampoco tiene un significado equivalente en castellano.

Por su parte, la cuestión de si este flujo enriquece o no al idioma es una reflexión que dejamos en manos del lector, lo cierto es que no todos los neologismos desvirtúan un idioma, sino más bien los llamados barbarismos, que según el sociólogo Amando de Miguel se producen porque la persona que introduce la palabra no conoce su propia lengua y por lo tanto castellaniza el extranjerismo ignorando que pueda existir una expresión para designar eso mismo, un ejemplo es la utilización de la palabra zoomear, (de zoom) en lugar del término aumentar, estas importaciones fraudulentas son poco afortunadas para cualquier idioma.

 

Además de estos fenómenos la utilización cada vez más frecuente de acrónimos, esta añadiendo un elemento dual sobre el lenguaje, pues el manejo de estos puede simplificar la comprensión del mensaje al receptor o por el contrario, situar al destinatario en una posición que calificaríamos de interferencia por desconocimiento, en el primer caso hacemos alusión a términos ampliamente divulgados y conocidos tales como I.P.C. (Indice de Precios al Consumo), B.O.E. (Boletín Oficial del Estado), U.C.I. (Unidad de Cuidados Intensivos). En el segundo caso, nos referimos a términos que no se encuentran tan ampliamente difundidos, y que principalmente son conocidos dentro de registros o jergas profesionales muy concretas, así podríamos citar acrónimos tales como L.O.L.I.S. (Ley Orgánica de Libertad Sindical), C.G.P.J.(Consejo General del Poder Judicial), F.E.V. (Federación Española de Vela).

Es curioso como convivimos diariamente con los extranjerismos, y en ocasiones apenas nos damos cuenta de ello, así a modo de ejemplo decir, que nos levantamos por la mañana para desayunar un cappucino y un croissant camino del trabajo escuchamos en la radio del taxi que el índice Dow Jones de Wall Street esta bajando, ya en el trabajo son numerosos los términos informáticos que nos aparecen disquette, megabyte, homepage, etc;  a la hora del almuerzo podemos degustar un sugerente menú en un self service, y ya por la tarde podemos jugar unos sets de squash, para una vez en casa escuchar antes de dormirnos un compat - disc de alguna diva del bel- canto.

Por otra parte, con el espectacular desarrollo de las nuevas tecnologías esta apareciendo un nuevo lenguaje, creado de una forma bastante espontánea, y para ser utilizado en un ámbito muy concreto, nos referimos por supuesto a internet y a los mensajes SMS, es curioso observar como cuando nos envían un mensaje de texto a través del teléfono móvil aparecen en él una serie de palabras muy similares a vocablos castellanos, pero mutilados, es decir, carentes de raíz, o despojados de sufijo, e incluso se produce la utilización de consonantes que fonéticamente tienen el mismo sonido; hablamos por ejemplo, del uso en estos ámbitos anteriormente descritos de la letra "K" por la letra "Q" o a la inversa, pues si bien,  ambas consonantes representan un mismo sonido de articulación velar, oclusiva y sorda, su grafía es muy diferente.  

Además la utilización de este lenguaje de signos anteriormente descrito incluye una variante, la incorporación del lenguaje de símbolos o "emoticones" con los que se puede expresar una amplia gama de estados de animo del emisor, o bien identificar por medio del símbolo un significado sin utilizar el significante gramatical correspondiente.

Es evidente que la practicidad de este lenguaje es innegable, y quizá no podría tacharse de perjudicial para nuestro idioma, siempre y cuando su uso se halle limitado exclusivamente al ámbito de referencia enunciado.

A modo de ejemplo, vamos a reproducir un pequeño texto para que observemos como realmente hablamos de "un nuevo idioma".

Mañana keda kmg, pq mis padres no stán, salu2 .

Esta combinación de palabras y símbolos, es facilmente comprensible por el receptor, pero existen combinaciones complejas que nos acercan más al mundo de la criptografía que al de la lingüística.

En suma, nos estamos refiriendo a un tipo de lenguaje utilizado mayoritariamente por los jóvenes, que esta fundamentado en varias razones, por un lado el manejo de un teclado incómodo (en el caso de los teléfonos móviles) con tres o más letras por función; por otro lado la necesidad de acortar el contenido del mensaje para no pagar una tarifa más elevada, y en último término, la posibilidad de ofrecer un rasgo de originalidad propio, tan buscado por los adolescentes son factores que llevan a su utilización.

En último termino, señalar que la incorporación de neologismos proporciona fecundidad al idioma, siempre y cuando no estemos hablando de aquellos considerados como barbarismos, o de extranjerismos que consiguen "anular" los correspondientes vocablos que existen en la propia lengua para designar la misma idea o significado, ya que este último fenómeno se puede calificar, como la extranjerización del castellano.

Este artículo tiene © del autor.

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1 Mensaje

  • Neologismos, Extranjerismos y Cyberismos 15 de febrero de 2008 12:46

    Ole, ole y ole, esto es un escritor y lo demás tonterías. Que cunda el ejemplo y se extienda la preocupación por el lenguaje por parte de la gente, evitemos mancillar nuestro ilustre castellano con palabras adoptadas sin sencillo.
    Mi más sincera enhorabuena, siga así. Es un regalopara los lectores.

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