Rolando Revagliatti
Corona de calor
"Corona de Calor", en una versión conformada por unos treinta textos, algunos de ellos ahora modificados, fue seleccionado como finalista en el 4º Concurso Nacional de Poesia "Ramón Plaza" de la Sociedad de los Poetas Vivos, en diciembre de 1997. Jurados: Máximo Simpson, Eugenio Mandrini, María del Carmen Colombo, Marcos Silber y Alberto Luis Ponzo.
Textos de este libro, a veces en otras versiones, se difundieron en periódicos, revistas, cuadernos y plaquetas de la Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Venezuela, Brasil, Italia y España. Algunos en portugués, traducidos por Iacyr Anderson Freitas; en esperanto, traducidos por Amerigo Iannacone; en italiano, traducidos por Dino Sileoni, Carlos Vitale, María Luz Loloy Marquina y Benito La Mantia; en maltés, traducidos por Oliver Friggieri.
Hacia la monogamia
Giro ahora con 8
como antes lo hiciera con 16
Mañana giraré con 4
pasado solamente con 2
Y por fin con UNA
saludaré
en el atrio.
Las 16 Mónicas
Las 16 Mónicas
en mi loft
comparten animadamente
sus respectivas historias conmigo
En mi ausencia examinan
sus recuerdos de mí
Las 16 Mónicas
luego
ríen
juramentadas
y en mi presencia
todo es derramar
lágrimas.
En este bonito anfiteatro
En este bonito anfiteatro
conmemoran
unas 435 ex-amantes
el agitado período
de mi existencia como fauno
Y ahora me aplauden.
No son muchísimas
No son muchísimas
las mujeres que conozco
ávidas de mí
Poquísimas
se atreverían
a asesinarme.
"Tu boca puede más que mi cordura"
Todas
son para mí
la tentación
que me tortura
¡Vaya!
¡Mi cordura!...
Las llamas
me llaman.
"El deseo nos une y el honor nos separa"
El deseo nos une
(el deseo, une)
el deseo que nos une
el deseo, ¿qué
nos une?
El honor nos separa
el honor no une
el honor que no une
no nos une
raja
hace escollo.
La flecha de Cupido
La flecha de Cupido que tan de lleno
en la garganta me dio
agarganto
¿Y qué naturaleza de poeta Cupido es?
¿Y qué género de poema
al darme
es esta flecha?
Géneros
El hambre es varón
Yo estaba que me comía las heces
devorado por los celos
y la sed
(que es mujer).
Vos & vos
Vos
porque sos vos:
sos vos
vos
& vos porque no sos
ella:
sos
la que no es ella
vos.
Ya tengo mis años
Así como
en mi
–forzosamente–
imperfecta juventud
si estabilizaba a una dama inestable
me estabilizaba yo más que si
desestabilizaba a una dama estable
en la actualidad
si desestabilizo a una dama estable
me estabilizo yo más que si
estabilizo a una dama inestable
Perfecta
madurez.
Los buñuelitos para la abuela
No soy objeto de deseo
ni oscuro ni claro
del lobo
Sólo me interceptan las niñas
en el bosque
y me tientan con el contenido de sus canastas
El lobo me tiene
muy bien conceptuado.
Agarrarla, además, con la mano
Agarrarla, además, con la mano
recuerdo que constituía
aproximadamente
la excelsitud
Supe de excelsitudes sin incluir manos
cómo no
Eso mucho antes
Y atado.
La muy lista
La teta lista me traspasaba
¡Y que esa teta lo diga!
La teta lista me compelía
a pasar a ella
a trasladarme en cuerpo y manos
(La notable notada
en total y en parcial)
La teta actuaba una escena de aquellas
donde se prueban Las Grandes
en sus transiciones
He sido cabalmente el espectador confund ido por el asedio
de esa Diva en el personaje
al filo de la corazonada
Soy demasiado excesivo
¡Y que esa teta lo diga!
Perro de presa en el coto de caza.
Soren
Al tipo ese con el que charlé
en la excursión de Pami a Chapadmalal
lo tengo remanyado:
no me costó nada
identificarme
Yo también salvé de mí
–de sus conyugalidades conmigo–
a no menos de cuatro
novias adorables.
Mi duplicador
Mi duplicador alcanzó el pubis aguerrido de Samanta
pero no conforme con el citado logro
alcanzó las acojonantes aréolas de Moira
y como no hay inconformista más rotundo que mi duplicador
alcanzó también la despojada nalga izquierda de Ingrid primero
y luego la derecha nalga tatuada con un caimán
de mi propia hermana:
Ana.
Altas cumbres
Al macanudo totem de la monogamia saludo
despego desde célibe sin par hasta amante esposo
de lo cual laboriosamente me impregno cada día
Pecador en el llano y en mi juventud
desde las altas cumbres de la madurez
yo me solazo
con picarona repugnancia.
En noches
Con gran bochorno de la primavera
las prostitutas reverberan
mofletudas y desabotonadas
En noches de pizarra
saturan los balcones amarillos
Y se arrojan por fin cuando paso
conspicuamente a las tinieblas.
Mercantil
Cuatro
las pájaras
de guardia en las aberturas de la bacanal
Mi ojo las retuvo al ofrecérseme
y sólo al ofrecérseme
Con mis ahorros en el pico
huí a mi nido.
Me hiciste, me diste
I
Me hiciste creer
que me necesitabas arriba
Me hiciste creer
que me necesitabas abajo
Arriba
y abajo
Y con suficiencia
Y con desparpajo
Arriba
y abajo:
rodemos
II
Me diste a entender que nada
tenías encima:
tenéme encima
Me diste a entender que nada
tenías debajo:
tenéme debajo
Encima
y debajo:
ofreciéndonos al regodeo
(no sólo)
de la contemplación.
Amarte
I
Amarte
va conmigo
Que me ames
me espera
II
Me cala
amarte
Que me ames
me autoriza
III
A la emoción
de amarte
la acústica
de tu amor.
"Los fracasos del amor"
I
Tienen los fracasos del amor
conquistada su fama
su implícita trascendencia
La intrascendencia de los fracasos
del "nunca nos amamos"
alcanzan a lo sumo alguna
popularidad de cuarto de hora
y la penosa eficacia
de lo explícito
II
No hay justa medida
para los fracasos del amor
y aunque para los fracasos
del "nunca nos amamos"
hay justa medida
lo que no hay
es consenso.
A J. Mario
"Desarmad un reloj. Ahora armadlo de nuevo. Esa
pieza que os sobra, ¿la veis?, es el nadaísmo."
J. Mario
Desamad a vuestro objeto amoroso
Ahora amadlo de nuevo
Y buscad
esa pieza que os falta.
Ayer y mañana
Hoy llueve
llueve desde ayer
desde ayer íntima la lluvia
desde la lluvia hasta quizá mañana
íntimos.
Dicen
Dicen
¿quiénes dicen?
¿cuántos dicen?
¿más de dos?
¿millones?
Dicen que dicen
susurraron
que era una mina
profirieron
toda ternura
silabearon
cuchichearon
musitaron
bellaca bella
dicen que dijeron
la que murió.
La mal amada
La mal amada
ama
mal
Endeudadas
dos descomunales e interesantísimas
tetas delante
de una aburridísima
persona.
Inestables
–¡Basta de amantes!–
explotó, retemblada
La Misma Chica Buena de Siempre
ayer
Y adujo hoy:
—Decí
que no sé
qué hacer
con vos
en mí
que si no...
Es después de todo
Es después de todo lo mucho
que no ha pasado entre ellos
que incrustan con rabia y desconfianza
tristes besos en tosco
pero reblandecido pan de jabón.
Ambos contrayentes
Ambos contrayentes
se vinieron
como alianza
al dedo:
larga vida unidos
neutralizándose recíprocamente
imbuídos de sus propios tufillos de familia
anegados
embargados
de vaginismos y precocidad.
Mucho gusto
Mucho
gusto a los emocionantes
otros cuerpos
exageraba
el hombre de la cama de arriba
penetrando
a la mujer de la cama de abajo
en el suelo.
De lo rosa y lo celeste
Ocupando el talle cien de un corpiño rosa de encaje
dejándose interceptar los labios por el filtro de un cigarrillo árabe
esperó que ese gigante
revestido con celeste estuche peneano
cálidamente
decidiera.
Con la venia
Una
a cada lado
tomando partido
Debajo
el ombligo neutral
Debajo
con la venia de Igor Stravinsky
ilíacamente
La Consagración de la Primavera.
Hacete
Hacete famoso y no te dejarán dormir:
así de minas
Si con todas
no con una
Pensá en tu viejita.
Polvos de un narrador
Polvo de pastillas
será el título de la prosa
que integrará un volumen
que incluirás –con mis demás libros–
en la bibliotequita
contigua a tus colchones
retro / trayéndote por siempre
cuando ya no esté yo
grosamente cuando ya esté del otro lado
ese otro nuestro
lado al que accedimos
juntos
simultáneos, símiles
simios.
"...pero tenerte, tenerte..."
Después de aquella noche de arrebato
sexual me hubiera gustado
volver a verte
No sólo volver a verte
me hubiera gustado después
de esa noche sexual
de arrebato.
Interferido
Había sido en soledad y adolescencia
cuando creando yo las delicadas condiciones
para que con la eyaculación
adviniera el orgasmo
te / me apareciste
y me / reconviniste
"En soledad, no", dijiste
y de mi adolescencia hiciste
lo que quisiste.
Pobre amor
Pobre amor
el mío
si muerto
capado
por tus ladinas
pestañas.
"Eras como una prima pero desnuda"
Alardeabas con tu cabellera violeta y esponjosa
de una laya calificable de furibunda
atiborrada por aritos y otros adminículos
prensores en zonas tiernas
y estabas, en efecto, robusta, impresionante
desnuda por completo
eras como una prima del poeta Rogelio Ramos Signes
pero mejor
ya que eras entonces lo que fuiste siempre
y para siempre
lo que siempre serás:
mi prima.
Jovenzuela mira a veterano
Mi espíritu se eleva porque
fijamente
estás mirando cómo
esto que yo tengo
todavía
se me eleva
Se me eleva por el cómo
me mirás
fijamente
Esta materialidad
traqueteada
que yo tengo por acá
me eleva
el espíritu
Le debo
a la transparencia de tu mirada
mi espesa
elevación
Esperaría que ya
mismo me permitas complacerme
y así despejarte alguna curiosidad
simplificándome el descenso
hipnopómpico a tu abismo
apretadito
o craso infierno.
Con tus muslos
Con tus muslos sobrenaturales
con tus muslos
con tus muslos ambiciosos
drásticos
retornando a mí te concebía
después de tanto de lo mismo
y tan
poco.
A priori
Amo a priori tu sexo tus pensamientos
amo tu juventud a priori
esa manera reminiscente que tendrás de ceder
la perspicacia que proviniendo de vos
me incluya amorosamente.
Evoque
Dejame que te evoque / morocha / en el salón
argentino y en el zaguán de los primeros besos
llegaba yo a caballo / me las picaba en motoneta
fuiste madre y aun serás las ramas de la encina
te cortejé de noche y de día me blindé
mullida mujer que me gustás en mi evocarte.
A partir de un poema de Pablo M. Albornoz
Cuando bailan
gitanas
tus tetas
te derrotan.
Obras
El arracimamiento de labios desautoriza
y no únicamente desbarata
la continencia
Por obra y punzante perspicacia de tus dos ojos
me hallé tuyo
Por obra y algo más (modestia)
de mi ser atravesado por tu mirada
te hallaste.
Curada
Curada de encanto:
¿qué te parecería si nos deseáramos?
¿la emprendo con tu cuerpo?
(Las asaltantes dudas
en pandemia)
Unidos hasta la queja
te querré siempre
(hasta que la queja nos separe).
Zahorí
Que te advertiría en la multitud
que te incluiría en violeta en mi agenda
que te cantaría en exclusiva el suave murmullo
que te dilapidaría en mi cama
que te obsequiaría un poemario de Bukowski
que te abandonaría
Que me moriría quince años después
atropellado por el subterráneo.
Cumpliendo décadas
Se necesitaba la inabarcabilidad
de tu brioso desprecio
por mí
para contraponerlo a la atávica
contumacia de mi depresión:
conyugicidio nuestro
cumpliendo cuatro exitosas décadas
justo hoy.
Si me querés
Si me querés
teneme paciencia
A la larga me voy a ir entregando, entregando
y a la corta
iré renunciando por vos y nada más que por vos a los placeres
del desorden, la novedad, la bisexualidad y el merequetengue
Si me querés
sacar bueno.
Yo no sigo con esto
Yo no sigo con esto
Jamás imaginé
que te amaría
Así que
¡basta!
Desnudeces
Me desnudaba
en mi cabeza
en mis pensamientos
tu desnudez
la idea
de tu desnudez.
Ya
Soliviantados
ya
tus grandes pechos
no dudan.
Muchos besos
Muchos besos querida muchos besos
o qué se yo
muchos besos querida muchos besos
Me rindo nupcial
afrodisíaco
turgente
Mucho te besaré querida mucho te besaré.
Sublimes, pero
Sublimes
pero escasos
nuestros goles
amor mío
Para disputar
el campeonato
no estamos
Coqueteamos
con el descenso.
Desayunaste conmigo
Desayunaste conmigo
Amaneciste en mi cama conmigo
Cojiste conmigo
Te divertiste conmigo en la fiesta
de cumpleaños de mi hermana:
es una alegría
y casi
un honor.
¿Recuerdas aquel detalle?
¿Recuerdas aquel detalle
mi afanosa vecina?:
previamente
me encapuchabas
Donde me besabas
a mis ocho años
nadie
me besaba.
Lo mío es total
Lo mío es total
¿Cómo expresarte la expandida intensidad
de mi expansivo
amor?
Te amo toda
toooooda
¿está claro?
En la agitación
En la agitación
de mi mente
te advertía
desnuda
de espaldas
penetrada
por mi enemigo
y clamando
por mí:
vos
me amabas.
A usted
Por más púberas que en su castillo
se me ofrezcan en cada siesta
sus enviadas de los latifundios
no ceso yo de desearla a usted
nocturna
no acabo de anhelar fagocitármela
a usted
con tanto predicamento
edad y castidad
y abundancia de carnes
Condesa von Herrendorf.
Ejes antitéticos
Ejes antitéticos:
¡no la trituréis!:
Su desprecio
me desea.
Estelas de la calle Argerich
La Estela varonera me trataba
de igual a igual
y que no se supiera que yo
le gustaba
La otra Estela me trataba
intrigante
haciéndome notar que portaba
una incógnita
¿Qué plus me da
hoy
nueve lustros más tarde
recordarme perturbado
por sus femineidades?
Tanguito del anciano
"...esos platos fuertes no son para vos..."
Vi cómo me miró
ese plato fuerte
Es para mí
su repudio.
Hasta le rogué
Hasta le rogué:
inaudito
Eleonora no quiso
reiterar su
–yo creía que maravillosa
por lo incomparable–
única encamada
conmigo
Inaudito:
no quiso.
El caballero
El caballero que soy
tras despedirse de la hermosa
jovencísima
e incauta Flora
se fue a dormir
solo
y entonces a soñarse
exento de caballerosidad
revolcándose en el heno
con la ávida
osada
y glamourosa madre
de Flora.
Superlativo
Con tres pares de hermanas
y con dos hijas y sus respectivas mad res
y hasta con una abuela y su única nieta
¿Lo superlativo?:
estos parentescos
me realzan
el registro
de lo imaginario
¡Qué tanto simbólico!
¡qué tanto real!
Todo en toda
Me luce más con una flaca
me luce más con una flaca no muy alta
me luce más con una flaca no muy alta
de enormes pechos
Aunque perderme todo yo
en una toda enorme
conlleva apabullante
vahído:
locura pasajera.
Antonia se desnudaba
Antonia se desnudaba ante mí
con desenvoltura y no sin pudor
al tiempo que yo hacía lo propio
con pudor y sin desenvoltura
Procedió Antonia con desenvoltura
y ya sin pudor
en las previsibles instancias subsiguientes
De mí, ¿qué quieren que les diga?:
fui un éxito.
Nado en la escasez
Nado en la escasez
(extenuante proeza)
Por lo demás
estoy orgulloso:
sé que me prefiere
mi mujer
a sus dos amantes.
Era la novia de Osvaldo
Era la novia de Osvaldo
rubia y bajita
Con él chapaba en el zaguán
y yo ahora la recreo en el diván
Me hice racinguista por influjo de su pad re
y por ella
–que a veces
en mi florescencia
cómo me besaba–
onanista.
Pelada la bombita
Pelada la bombita pendiendo
de un cable denodado
y equidistante
Y en mi primera vez
el deseo
de una mujer joven toda
desnuda maravillosamente.
Juramento
Nunca seré yo misma
me juraba llorosa sobre mi tumba
Soy un duro:
quedé
reconfortado.
Ella estaba verde
Ella estaba verde
la esperé
su maduración
me agarró ya
podrido.
Licenciosa
La ocupo
Me aborrece
No me condecora con su indiferencia
Jamás renunciaré
a sus estallidos.
No la conocí bien
No la conocí bien, pero en su caso
me sirvió para imaginarla perfectamente
tan resuelta, tan firme acercándose
en las oscuras noches de lluvia a mi cucha
reconociéndome hombre aun allí
y quedándose.
Más que nada la estimaba
Más que nada la estimaba
cuando no me besaba
Más que nada la estimaba
cuando ni
me besaba
Más que nada la estimaba
cuando acá
me besaba.
A la encargada
La encargada de la pensión de Villa Luro
en mi pieza
y en mi cama
me moni
toreaba
Fabuloso en mi desnudez
de pie
y con ella tendida entre mis piernas
santificándose con mis destellos seminales
declamaba transida un algo
como del registro de la beatitud
la muy bruta.
Reverdece muslos
Reverdece muslos
en la playa
esos
aquellos
Los reverdece con otros
(éstos impuestos por las circunstancias)
Fuma
y reverdece muslos
en la playa
Muslos, ¡ay!
por los que fui fumado.
Sueños son
Un seno de la mujer
de mis últimos sueños
se me acercó
y me quedó en la mano
Aunque lo besé
la mujer
ahora
confirma que no estábamos
aún disponibles
para esa ración
de realidad.
Aportes
Yo aporto
mohinamente
como le gusta a ella
todo mi saber
Ella aporta
ampulosamente
como me gusta a mí
conventillaje y genitalidad
Destacaríamos en filmes
de Vittorio De Sica
Ken Russell
Alain Jessua.
Un día me vio
Un día me vio
yo siempre había estado ahí
claro que
no para ella
Un día ella vio
por fin
que yo ya estaba
para ella.
Me vestí despreciándola
Me vestí despreciándola
a la desnuda Diana
y triste y victoriosa
Con otro en su cabeza.
A mi novia de Pompeya
Mi novia de Pompeya se queda conmigo en Balvanera
los fines de semana
Prepara ollas con arroz con leche
y encargamos pizzas y flancitos
Vamos a los cines del Centro
y a pequeños teatros
Nos tenemos afición
y nos va bien
Los fines de semana.
Sólo yo al borde
Sólo yo al borde de su cercanía
escribo
que cuando despierta me reconoce
No sabe que vigilo:
después de muchos besos
duerme a mi lado.
Ella titula
"Corona de Calor"
titula
mi mujer
lo aéreo
y abigarrado
antes de disiparse
cuando perdura
sostenido
en su cabeza.