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MI GETSEMANÍ (1)

Adrián N. Escudero

Argentina



Al inefable San Pablo Apóstol, en su año Jubilar (2008-2009), con devota admiración...

En especial, y en la Epifanía del Señor, para los amigos del alma y hermanos en la fe, los Poetas Místicos, Norma Segades Maniás (CRÓNICA DE LAS HUELLAS), César Actis Brú (MYSTAGOGIA POÉTICA) y Gregorio Echeverría (SEÑOR DE TODO), compartiendo junto al Portal de Belén y los Reyes de Oriente, el Maná de la Palabra…

Asimismo, en agradecimiento sustantivo a los amigos Oscar A. Agú, Alfredo Di Bernardo, Marcos Ana, P. Germán Saksonoff (C.O.), Marcelo Juan Valenti, Marcelo A. Murúa, y al recordado Rainer María Rilke (in memoriam), cuya sabiduría reflexiva abonó, como semilla dialéctica, el terreno mystagogo de este relato metafísico...

CAPÍTULO 1 – Perdido en el Templo

I - En el Templo, estoy solo: “Súbete a una montaña elevada, tú que llevas la buena noticia a Sión; levanta con fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia a Jerusalén. Levántala sin temor, di a las ciudades de Judá; ¡Aquí está su Dios!” (Is. 40. 9.)

"Felices los que dan la vida por los demás.

(...)

... Y me detengo: porque Mi Roca observa. Tiene sus Ojos puestos en mí. Pronto dirá: “Éste es mi hijo muy querido. ¡Escúchenlo!”. Y las aguas del Jordán se agitarán de gozo y estupor. Sin embargo, me detengo...

… Ahora, interrumpo la lectura del Poema de mi amigo “Marcelo” y detengo los pensamientos que brotan de ellos, encapullados en una visión extraordinaria que dibuja mi lánguida figura, más adulta y barbada, sobre el perfil de una adusta Montaña; allí, una multitud me acoge con ansias, y memoro dicho Poema para proclamarles felices Bienaventuranzas...

… Sin embargo, en el Templo estoy solo (como Moisés, cuando mi Quien vino sobre su plataforma de lapislázuli (2) al Sinaí, brilló para ellos desde Seir; resplandeció desde el monte Parán y llegó a Meribá de Cades, desde el sur hasta las pendientes (3) ... Y permitió que Moisés bendijera a mis doce hermanos y tribus de Israel, antes de morir: las de Judá, Gad, Aser, Nefatalí, Manasés, Simeón, Leví, Isacar, Zabulón, José y Benjamín)... (4)

… Sí, me siento solo aún rodeado de mis hermanos de raza; y cansado (como Moisés cuando subió de las estepas de Moab al monte Nebo, a la cima del Pisgá, frente a Jericó, y mi Quien le mostró todo el país en herencia: desde Galaad hasta Dan, todo Nefatalí, el territorio de Efraím y Manasés, el territorio de Judá hasta el mar Occidental, el Négueb, el Distrito y el valle de Jericó –la Ciudad de las Palmeras- hasta Soar). Solo y cansado pero lleno de esperanza en Quien todo lo puede y me conforta... Y doce, como las tribus de Israel, también serán mis discípulos cuando, después de hoy, unos 6.500 soles se prendan y apaguen, dando color y sombra a todo lo viviente. Pero reservo sus nombres fuera de mi futura memoria, pues todavía falta para que mi hora llegue, y cambie el curso del tiempo y de la historia...

… Pero no ceso mis pensamientos y sentires porque sí. Mi reflexión se acota cuando la mente asoma, por la nocturna oscuridad de un Jueves lejano (que yo he transformado en Santo y Pascual), al umbral de otro Monte elegido: el de los Olivos, el de los perfumes con vapores de eternidad y vuelo de ángeles custodios. El de la cuarta tentación. La tentación final donde deberé, finalmente, ante la irónica y maliciosa Mirada del Otro, tomar la decisión para la cual me he de venir preparando hasta entonces, ya transpuesto el umbral de Getsemaní, al otro lado del torrente Cedrón… (Y después, sólo horas después, ausente la Puerta de las Ovejas y la Puerta de los Peces, abierta de par en par la Puerta del Vía Crucis y de Efraín, subiendo por peñascos amoldados y envuelto en un paño tibio de sangre de cordero derramada, a estrenar el Gólgota para voces e imágenes, basílicas, pinturas y cielorrasos, cúpulas y naves, ensayos y narraciones, filmografía y televisión sobre lo que fue, y seguirá siendo, desde el principio y por el lento carril de las edades, hasta el fin de los tiempos...).

… Nadie lo sabrá. Nunca nadie sabrá que será ya en Getsemaní donde cargaré sobre mis espaldas todos los pecados, todos los errores, todos los horrores, la ignorancia, la violencia y la muerte del mundo… Dirán que fui el León de Judá y el retoño de David (5) ; y todos hablarán del peso de mi Cruz. Muchos pensarán también que, en ese peso, yacía el dolor de todos los tiempos que Yo tendría que asumir para “hacer nuevas todas las cosas”.(6) Pero la Cruz sólo sería el medio de transporte, el Cósmico Trasladador que me enviaría hasta el propio Infierno a rescatar a los que venían esperándome, y con los cuales subiré nuevamente a la vida, engarzados ellos en mi corona de espinas (7) , para darles Vida Eterna (8) … Y, a partir de aquel gesto iterativo de transfiguración, ellos verán mi Gloria Resurrecta encarnada en nueva carne de inmortal, ya abierto el Portal del Belén de la Tierra y Cielos nuevos (9) ; pues, como una joya brillante, la Jerusalén trascendente (10) se mostrará -por un instante- a mis amigos, cuando Yo deba ascender al Padre (11) para atraerlos, en tiempo y forma, hacia Mí y hasta el seno de la Trinidad, hacia el fin de los tiempos... (12) Porque está escrito: “En la Casa de mi Padre hay muchas moradas. Yo voy a prepararles una. Si no fuera así, Yo se los habría dicho”.(13) Pero ese consuelo en la Verdad, vendría luego. Hasta Yo debería entenderlo así. Desde Mí, todos tendrían que subir, alguna que otra vez en su existencia, al monte de los Olivos para vivir su intransferible Getsemaní… Porque ellos tendrán mi suerte. En sus vidas se repetirá mi historia. Ellos deberán negarse a sí mismos, cargar la Cruz y seguirme como Yo he de seguir al Padre… También a ellos tocará orar, como a Mí, frente a las incontables situaciones de pruebas a las serán –necesariamente- sometidos para su libre santificación; orar al Padre, diciéndole, con lágrimas en los ojos y el corazón partido por la angustia del dolor justo (purificador) o injusto (de conversión): “Padre, si quieres aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”… Algunos notarán el silbo de los ángeles custodios confortándolos; a otros, la ceguera del sufrimiento los arrebatará en ira, furia o desesperanza, y tendrán que orar más intensamente: “Padre, si quieres aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”… Pero igualmente su sudor será como el de gotas de sangre que correrán hasta el suelo… Sólo así, ellos, mis amigos, cuando abra Yo los brazos en el Trasladador, y les infunda mi Espíritu con el aliento del último suspiro (14) , sabrán que, así como con libertad se los participó de la vida, también con libertad deberán aspirar a la Eternidad (15) (Así, Yo, Jesucristo, el Cordero que quita los pecados del mundo, seré su Pastor y los conduciré “hacia los manantiales de agua viva. Y Dios secará toda lágrima de sus ojos”)(16) . Entretanto, deberán estar alertas, y seguir orando para no caer en la tentación… (17)

… Así hoy, ahora, hasta que el Templo se llene de murmullos extraños y de otros rezos, como aquel día, puesto de rodillas, meditaré parcelas de mi Misión y su Sentido. Meditaré cosas que, por primera vez soy llamado, tensamente, a meditar… Porque atrás habrá quedado, a partir de ahora, la serena y dichosa niñez en Nazaret junto a mis padres… Meditaciones que, luego, y año tras año, seguiré profundizando como atento carpintero de papá, hasta el momento en que me toque afirmar: “Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”(18) , y confirmar que: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por Mí”. (19)

II – Dios hace hijos de las piedras: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hechos 9, 1-9)

“Felices los que trabajan duro
por la justicia anhelada.
(…)

… El monte anochecido y enramado, pero con una bóveda celeste abierta y estrellada es otra visión que atemoriza y se vuelve, de pronto, figura del Templo Judaico por excelencia donde oro, junto al clamor de los rezos de los doctores de la Ley y sacerdotes judíos liderados por Gamaliel…

… Dicen que Gamaliel es un gran sabio y quien adoctrina, en los preceptos de la Antigua Alianza, a las almas de la secta farisaica con más prosapia de los tiempos de esclavitud romana. Dicen que despierta en sus escuchas, curiosos o entendidos, un fervor religioso especial, y libera soberano a todos los ecos del Templo con su vozarrón acústico y sentencioso. Su prédica, firme y solemne, atemoriza; arredra, amedrenta, amilana e intimida, al mismo tiempo que eriza –de ese modo- los sentidos de todos sus oyentes; en especial de los otros niños, como yo, que oran, más que por el celo amoroso al Señor de los Ejércitos, por lo que luego sería un odio asesino hacia Mi y hacia los hijos de mi Rebaño…

… Dicen que eres el preferido de Gamaliel, oh pequeño niño grande, inteligente, celoso, arrogante y arrojado Saulo, venido de Tarso y sentado a mi izquierda y puesto de pie y retirado hacia fuera cada vez que mi boca tomaba la palabra –como después lo haría el impetuoso y confundido Judas en la Última Cena Pascual…-. La soberbia de tu estilo será más fuerte que la sabiduría de ser humilde ante la verdad del otro…

… Dicen que no me conociste ni reconociste aquel largo día en el Templo de Quien todo lo puede y lo conforta, antes que mis padres me encontraran… Tampoco Gamaliel. Dicen que no creías en Quien fuera “acontecimiento” primero –Dios que te visitaba en el mundo- y luego “proclamación” –kerygma, anuncio gozoso de su Reino de Salvación en y por el Amor -, más no a través de una crónica o mera biografía, sino de una historia puesta en “realidad siempre presente y actuante”(20) para los que cree(rá)n en mí…

… Dicen que tampoco estuviste como testigo el día en que, comenzando mi vida como el Mesías de Quien me había dado vida para dar Vida, leyendo al Profeta Isaías en una augusta Sinagoga de Cafarnaún, a orillas del mar de Galilea -en los confines de Zabulón y Neptalí-, supe decir –porque así debía hacerlo-: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres… Hoy se ha cumplido esta Escritura en Mí”(21) (Aunque más tarde, con las primicias del Reino, camino a Damasco, serías testigo de lo que tú mismo explicarías después a otros y a tu heroico Timoteo, y que éste enseñaría a los demás otros y otros, afirmando que: “Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, para argüir y para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer el bien”)… (22)

… También dicen que no fuiste a provocarme y a arrestarme en Getsemaní…. Getsemaní… (Sin embargo…)… Sí, dicen que tampoco me viste colgado del patíbulo, humillado como un espantapájaros de carne, sangre y huesos, desollado, para al cabo resucitar y ser glorificado, uniendo el Alfa y el Omega de lo visible con lo invisible, de la finitud con la infinitud, de la debilidad con la omnipotencia, de la estacionalidad con la omnipresencia y de la increencia con la trascendencia, volviendo –hacia mi Quien- todo en todos por toda la eternidad…

… Sin embargo, dolorido lo avizoro, tu rencor siniestro se vería confirmado con el martirio impiadoso y lapidario de mi amado Esteban, en tanto cuidabas las ropas de sus apedreadores (23) … Pero también dicen –cuando glorioso lo constaté, vuelto tú Pablo, ya por mi causa y aparición, en apóstol de los gentiles, previo camino de ceguera luminosa hacia Damasco-, que no olvidarías aquella primera huida nocturna –de las tantas que tendrías a causa de mi Nombre-, como el niño grande, que así eras – como un Moisés recién nacido redivivo y abandonado a su suerte de guía espiritual en una cestilla lagunera-, casi como el niño rugiente que eres ahora, ya converso y adulto, vuelto severo, y adusto Pablo de Tarso, descolgado por tus amigos en un canasto derrapado por las murallas de la ciudad, para escapar con vida y marchar hacia Arabia, para luego regresar y comenzar a comprender en cuerpo y alma, cómo el dolor y el sufrimiento ofrendado por el Bien Común, resultan la medida del Amor; medida que tan bien definirías en tu primera y consagratoria Carta a los Cristianos de Corinto… Sí, oh pequeño niño grande, inteligente, celoso, arrogante y arrojado Saulo, venido de Tarso y sentado a mi izquierda…

… Sí, mi querido y sanguinario Saulo, niño grande como yo ahora que rezo al Padre, sabiendo que ellos, mis padres terrenales, me buscarán afuera pronto, ansiosos, preocupados, te saludo ahora, sin que te des cuenta de Quien Soy y para que estoy, como perdido en esta Jerusalén antigua, sino para orar por Mi mismo y por Ustedes, los que están en el Mundo sin ser del Mundo; te saludo ahora, ahora te saludo y te proyecto en el tiempo de los perseguidos con las Gracias de tu proyectada misión…

… Pero “¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden” , así les diré, así les será dicho cuando llegue la hora, cuando llegue mi hora… Y, en un momento de gozo, movido por el Espíritu Santo, proclamaré delante de ustedes. “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar… ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”. (25)

CAPÍTULO 2 – Del Amor, suprema entrega

III – Dios es Amor: “Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida Eterna” (Juan 3, 16)

Los que construyen el Reino desde lugares remotos.
(…)

... Pero sin dejar de advertir entonces la cruda realidad de aquellas súplicas: unas, coléricas otras, veraces; las más, mendaces..., y me clavo de rodillas sobre la roca cristalina que viste la luna, en Getsemaní, con traje de novia y promesas de eternidad... De un Jueves Santo por venir. De un terror ajeno coronado por Ángeles del Consuelo, que vienen trayendo –entre lágrimas- las cuerdas, los látigos, las espinas, el madero y el oprobio de un temido Viernes de Calvario, bajo la atenta, siniestra, astuta mirada del Otro que dirige sus mentes, sus palos, espadas y conciencias...

… ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!, dirán al Alba, cuando Venus deje de titilar sumiéndose al duelo por estrenar... Los veo. No suben esta vez a la Montaña para ver al Mensajero de la Paz. No me siguen, como antaño y en muchedumbre, desde la Galilea, la Decápolis, Jerusalén y toda la Judea, y hasta del otro lado del Jordán, a fin de que yo pueda revelarles el código de mis Bienaventuranzas... Los secretos que, ni el dolor, ni la pobreza, ni las calumnias, ni nada malo que les pueda suceder en este peregrinar, a excepción del pecado, podrán destruir, ni tan siquiera, resquebrajar… Porque no se quebrará ante Mí la vara doblada por el viento...

… No obstante, enardecidos ahora por los demonios del Otro, librarán políticamente a Barrabás y, sin darse cuenta –culpa feliz, dirá mi hermano amado, san Agustín-, creerán sacar la piedra de sus sandalias enlodadas de sangre y barro, pues este Templo crujirá, y su velo se rasgará, y algunos me reconocerán, porque en tres días de cuarenta y seis años volverá a ser, por Mí, reconstruido...

…. Sí tal vez fueran aquellos pensamientos los que, quizás, impiden darme cuenta que ya todo comienza a cumplirse y, en el remolino del tiempo sin tiempo, todavía no percibo la roja sustancia rastrillándome el rostro; tampoco desflorarse a cada uno de mis poros como intrépidas espinas de angustia y de zozobra, ahora, que todavía soy completa, enteramente humano...

Los que, anónimos y sin primeras planas,
entregan su vida para que otros
vivan más y mejor.
(…)

Quien, ha hecho silencio, y el miedo me ha provocado, a su vez, para proponer a Quien, me lo permita. Me permita evadirme, huir de aquello para lo cual he venido a nacer en parto de mujer; proponerle lo que mi Adversario desea: apartarme de su Voluntad… Con ese acto, el cordón se rompería, y, por unos momentos, terribles y sin medida, me abandonaría la divinidad...

… Finalmente, instalado en mis entrañas el pecado de la Humanidad sin tiempo, mis poros también explotarían, y orinarían sangre... Pronto mi blanco manto –con el que familiares, vecinos y amigos, habrán envuelto mi supuesta locura, se volverá rojo, y la Verónica pintará en él mi faz desfigurada de cordero llevado al...

… Y ya no sería yo, Yo, y uno en Quien, sino la sombra temblorosa y desdibujada de su Verbo dispuesto a reescribir derecho, pero con líneas torcidas, la historia de esas criaturas creada por Él en Nuestro Amor, y cuya naturaleza decidimos asumir en todo, menos en el desliz, y que, luego (ahora), Yo le entregaría voluntariamente...

Los que con su diario sacrificio
abren huellas de Humanidad Nueva
en un mundo mellado por el egoísmo neoliberal
del dios - mercado.
(…)

.... Y PIENSO: ahora; Quien no descansa nunca y yo (Yo) tampoco. Y PIENSO: ahora, cuidado, completa y enteramente humano, si vas a hablar del prójimo, habla bien; sino, calla. Más bien, habla de ti mismo, si en algo has aprendido en conocerte. Doce años puede ser poco o bastante para inferirlo. ¿Quién lo mide?

.... Y PIENSO: ahora, Yo trabajo hasta que me rompo; eso PIENSO y me lo DIGO, “porque mi Padre no descansa nunca, y yo tampoco”. Pienso y se los digo. A Ellos (los de la Manada Errante; los sin Buen Pastor). Nominados de ese modo sin agravio, lo juro (y Soy el único que puede hacerlo) por Quien me ha dado mandato para ofrecerme, libre, en sacrificio autónomo para la liberación de muchos... Pienso y digo, la Manada, con la misma compasión y misericordia que no permitirá falsedad o incoherencia en la pureza de mi dicha humana: porque HOY es la vida. MAÑANA, mañana es de Quien todo lo puede y lo conforta. Míos los esfuerzos. Suyos los resultados... Por eso pienso y me lo digo, y se los digo: Yo trabajaré, cuando llegue la hora, hasta que me rompa. Al cabo comprenderán. Mientras tanto, les hablaré en parábolas…

... Y entonces, PIENSO, ahora, oh sabios del camino ancho, idos en reverso de Quien les dirá (ha dicho): "Luchad por el Reino de Amor y su Justicia, por cuanto todo lo demás añadido será. Luchad por entrar en Él por la puerta estrecha; porque muchos serán llamados; pocos los elegidos", decidme: ¿es acaso prudente la imprudencia de mi osadía? ¿Arrojo o necedad? Caliente o frío: jamás tibio o timorato. Incapaz de especular cuando del Bien Común se trate: lo demande quien me lo demande, sin dudas, allí estaré; o procuraré estar, como un escudero al servicio de Quien calza su armadura de Quijote en todos los que arremeten, con la locura del amor a cuestas, contra los molinos de viento; alucinados por utopías circunvaladas en un horizonte redondo y perfecto, donde el Alfa y la Omega se unen, y forjan la textura del Alba y del Ocaso de ese Bien sin espejos ni ataduras (aunque luego, cuando se quite la armadura, sólo sea –como yo (Yo), ahora- una frágil criatura; compulsivo pecador e irreverente peregrino de Sueños y buscador del Camino, la Verdad y la Vida....

IV – Del Amor y otras incomprensiones: “El que me ama será fiel a mi Palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él” (Juan 14, 23)

…. Y PIENSO, entonces, que algunos hombres afirmarán: "Creemos que lo que sucede al hastío no es el crepúsculo sino el renacimiento. Comprendemos que ciertos matices del cansancio son, más allá de angustia y mudo desencanto, la posibilidad de reavivar una llama que se agota y sin cuyo abrazo protector nada podría continuar erguido con el resplandor exacto. Queremos cambiar la ruta, desviar la mirada hacia el justo paisaje de la compensación, reintegrar las palabras nutricias que también son víctimas y nueva horda desplazada. Sabemos que para urdir un milagro no hay sino que dar el primer paso, emprender la ambiciosa cacería de lo que nos ha sido arrancado con sorda violencia. Creemos en el llamado secreto que está siempre próximo, presencia de neblina que nos emplaza y que llevamos como una antigua reliquia sin cuya influencia estamos derrotados". (26)

… Y es por eso que, tal vez, desde una Botica de Autor, Alguien, en arrebato metafísico, se sentará a mi lado, se perderá Conmigo en un banco del Templo de Jerusalén, y se atreverá también a PENSAR y a PENSARME, al modo en que venía haciéndolo Yo, el Cristo Orante, el Dios Viviente y desconocido aún por las tinieblas del mundo, y responderá por Mí a tan dolida y maravillosa prosa, trenzada inteligentemente por aquellos hombres que desean discernir el eterno paradigma del bien y del mal…

…“Diría que, Alguien (Algunos), sin proponérselo (s) quizá, ha(n) poetizado maravillosamente el Misterio de la fe en Dios. Pues dice(n): ese "llamado secreto que está siempre próximo, presencia de neblina que nos emplaza" (Lucas 11, 23 – “El que no esta Conmigo, está contra Mí; y el que no recoge Conmigo, desparrama”); y dice (n): o esa "antigua reliquia sin cuya influencia estamos derrotados". O un enfoque desde un corazón enamorado del Amor, porque, también dice (n): o esa "posibilidad de reavivar una llama que se agota y sin cuyo abrazo protector nada podría continuar erguido con el resplandor exacto". (27)

… Y sigo escuchándolo PENSAR y PENSÁNDOME, y me estremezco de gozo, porque él ha buscado estar en Mí, y Yo he querido estar en él, cuando ha dicho, murmurando a la hoja en blanco de su blanco papel, de Narrador del futuro…: “Es que así como ese (único) Dios escribe derecho con líneas torcidas, el trayecto liminar de la Historia Humana, encriptado en la palma genética de la mano de cada hombre venido al Mundo, así pareció que la vida de Jesús fue marcada por el recto encefalo-cardiograma que señalaba la ruta vertebrada por el río Jordán uniendo al Mar de Galilea (y su pléyade de estrellas, para quien sería Luz del Mundo: Nazareth, Caná, Cafarnaum, Betsaida, Magdala y Tiberíades, Tabor y Naim), con el Mar Muerto (28): símbolo del Gólgota de su mesianismo redentor, pues Jerusalén, Jericó, Betania, y Belén -oh Belén que desde el polvo occidental de aquella lengua salobre y estéril, arrancarías el llanto bendecido del Salvador del Mundo-, penetrando la región de Samaria -surgente del Agua Viva y sendero donde el concepto de prójimo sería revertido por el de hacerse prójimo-, bordeando la Perea con su Betania Transjordánica, para ocupar todo el espacio Judaico donde, aquellas aguas muertas en el Alfa, levantarían al cabo -como una confirmación de que dentro de la semilla de la muerte vive la Vida- el Omega de sus manantiales terapeúticos en minerales, como una líquida surgente torrencial que la uniría al Cielo, y, purificadas por Quien todo lo conforta, lavarían la afrenta voluntaria aceptada por Amor cuando su Hijo fuera elevado en cruz, atrayéndonos hacia Él”…

… “Allí el grano de trigo sería sepultado para dar frutos de Vida Eterna, porque “Dentro de poco, ya no verán, y poco después, me volverán a ver” (29), y nos sería obsequiado un mandamiento nuevo: ‘Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. (Porque) No hay Amor más grande que dar la vida por los amigos´(30), les recordaré dos mil años después de su Ascensión a quienes deseen escucharlo... Y Él me responderá también con un susurro estremecido, que su gozo crece como crece en cada alma que lo siente y lo presiente, ya desde Belén o Nazaret, desde una Sinagoga en Judea o desde un pueblito en Tiro o Sidón, desde Betsaida o Cafarnaúm, desde Gerasa o Genesaret, ya desde sus montañas y lagos palestinos o desde su asno triunfal, ya desde su Cruz agónica o desde su Tumba semental, ya desde su Resurrección gloriosa o… Pero hoy, sólo por hoy, Niño Dios perdido en el Templo de Jerusalén”…

De pronto, mi nuevo Apóstol me descubre, y, vencido el estupor de sentirme tan cerca, temblando me comenta al oído: “¿Y sabes mi Niño Orante que un colega escritor y amigo del alma (31), informado tal vez por un sabio pero, en cierto modo, contradictorio pensador que, Tú sabes, se llamará Rilke (32), me hará llegar cierto día un acercamiento poético suyo sobre el Amor?, que dirá: “Del Amor – Delicada materia la del amor. (duda: ¿o mansa y humilde, como el mismo Dios, que es Amor?) / Iluminados por él, cruzamos el día / toda su vastedad e incertidumbre. / Cuenco donde bebemos sin saciedad... (duda: ¿porque no es, sino el Amor lo único que sacia sin medida?) / Argamasa a moldear en los días por venir. (cierto, porque como una plantita necesita de agua buena todos los días para crecer indefinidamente; o como la brasa del Pan Eucarístico que no deja apagar el fuego del Espíritu Santo con que somos ungidos en dignidad de Hijos del Amor) / Somos crónica del amor y de su contracara / somos el lugar donde se refugia / donde crece y muere (cierto: porque esta escrito: “El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de su maldad, porque de la abundancia del corazón habla la boca” (33);) / Delicada materia la del amor” (duda: ¿o mansa y humilde, como el mismo Dios, que es Amor?)…

… ¿Y sabes mi Niño perdido en el Templo -porque nobleza obliga- de cómo he respondido e interrogado –al mismo tiempo, y, por supuesto que lo sabes, pero necesito confiártelo-, a su ensayo en versos sobre el Amor?. Franco le he sido, lo sabes: “Querido Cacho: una joyita poética. Pero... hablaste del amor sólo como continente. O eso me pareció. ¿Y si le agregaras a tus versos algo de la esencia de esa "delicada" (difícil-Rilke) materia (contenido), el amor? (¿o la pura ofrenda por hacer del hacer, hacer feliz al otro, haciéndome su prójimo, sin exigirle nada a cambio porque el amor sabe lo que hace haciendo amor del amor?); tal vez, sólo tal vez, la joyita brille más todavía. ¿O la idea era que, justamente, nos quedara el interrogante? ... Si así fuera, disculpá el bocadillo crítico colaborador (o la tolva del Horacio C. Rossi, q.e.p.d.), propio de un viejo tallerista literario (digo, como para que ni la obsecuencia ni la adulación, den ladrillos a la vanidad para edificar su sarcasmo; de paso le demostramos a algunos, que los de (nuestro) querido grupo (de Alephianos) no nos vivimos alabando unos a otros; ¿porque no es así, verdad? Porque, aunque nos equivoquemos en nuestros juicios o apreciaciones -meras apreciaciones, en definitiva-, lo importante es la persona del Poeta y ejercitar frente a ella, con sinceridad, nuestro desafío frente a la Palabra…” (34)

… ¿Y sabes mi Niño extraviado en el Templo, discutiendo con los doctores de la Ley y atendiendo los asuntos de tu Padre, qué responderá el amigo al que PIENSA y reflexiona hoy (ahora) sobre la actividad humana, en clave de Ti, Cristo Jesús? Pues dirá: “Querido amigo: Adrián gracias por tus observaciones. Siempre vienen bien para seguir reflexionando y compartiendo esas reflexiones. Recuerdo un pequeño hecho: aún estaba con nosotros Oreste Abiate. El me pidió, en un panel improvisado, si podría definir la palabra AMOR, o lo que ello significa. Claro, era un requerimiento filosófico sobre el tema. Y no es fácil. Pude decir dos o tres cuestiones y más no. Aún hoy, me sigue resultando difícil. Por eso el poema. Esa es la gracia de la poesía: sugiere, señala, abre puertas, puertitas, genera emociones. Y es lo que intento. La poesía no define. Definir algo, es fijarlo y hacer que pierda dinamismo en las nuevas hechuras sobre lo definido. En esto soy medio taoísta: todo lo que puedo decir del Tao no es el Tao. Creo, además, y avanzando sobre el tema: contenido y continente se identifican. Los único que podemos hablar del Amor, realizarlo y plenificarnos en él, somos los humanos, al menos en esta dimensión. Y puedo estar equivocado: no sé nada sobre las emociones de las otras especies que nos acompañan en este planeta. Delicada materia la del amor... Es entrega y es también, encuentro. Lo que sí sé, es que no es posesión. Eso está más ligado al egoísmo. "Poseer" nada tiene que ver con el "Amor". Por eso, a veces, me resulta difícil decir: "MI hijo", "MI esposa", "MI amigo". Como diría Rilke (35): "el amor que consista en que dos soledades se protejan, se deslinden y se saluden mutuamente...". Lo cito a él, porque antes de abrir tu correo estaba releyendo (su) Carta VII (a) Kapus, el joven poeta. Algo, dentro de poco, te va a llegar. Y, por último: el poema sirvió porque, al menos, estamos ambos metidos en esto. Y nos segui(re)mos preguntando. Ya es todo un logro…”. (36)

… Y será amarrado de los brazos de ese abrazo que, sabes Niño de Belén, crecido en Nazaret y orando en el Templo de Jerusalén, volverá el que PIENSA sobre lo que OTROS PIENSAN, a aclarar –motivante- a un perplejo y noble Vate amigo: “Querido Cacho: sabes que no soy poeta (simplemente, narrador), aunque me alimento de sus caricias para hacer de la Prosa, poesía en acción... Pasa que, como cristiano, tengo en Cristo -El Mandamiento del Amor- y en San Pablo, uno de sus conspicuos Apóstoles, de quien celebramos su Año Jubilar -Carta a los Corintios-, la verdad revelada acerca de la esencia del Amor. Actis Brú y Gregorio Echeverría, son dos poetas místicos cercanos que han explorado su Esencia y, a partir de dicha Verdad revelada (la Absoluta, digo; porque la otra, la con minúscula -la del hombre que busca salvarse por sí mismo, entre luces y sombras, a veces con desespero y trastabillando, sin el báculo ni el bastón del Buen Pastor, y desviando rumbos y horizontes hasta perderse en círculos, es como la lluvia: lo moja por partes; ergo, en vano intento creatural de captar la esencia del Amor (la Verdad y la Vida), pero no desde Dios, con la impronta inexorable de lo eternamente perfectible-. De hecho, al ser la Poesía un medio para vislumbrar y alcanzar las esencias, ¡qué hermoso desafío entonces para un hombre-Poeta, definir la materia del Amor, nadando contra la corriente para beber las mejores aguas, las que vienen de lo Alto, y completarse en Él en la Unidad de la diversidad... Pero la vida es aprendizaje para el que desee aprender: de no, como expresa un personaje del filme "La fuente de la vida", algunas personas se van de este mundo, como llegaron: chillando y pataleando. Acepto, sin embargo, desde tu prudente perspectiva, que el poema ha abierto una puertita: la de las emociones y la de los interrogantes. Como todo buen poema. Un abrazo fraterno y admirativo…”. (37)

… Entonces, mientras me sonríe, PIENSO –creo- con los sentimientos de Aquel que me unge los huesos y las carnes del cuerpo y del alma, y me conduce hacia “la locura de Dios” (San Pablo) que, si Alguien, llamado –por otros- Poeta, desea serlo en verdad, y no sólo llamarse sino alcanzar la estatura de tal, deberá ser capaz de definir con propiedad la Esencia que informa la vida de Todo y a todos: el Amor… De hecho, sólo aquella criatura humana capaz de Encontrarlo en su corazón, -porque es el Amor-, y para Quien nada es imposible, aquello que, para el hombre -desde su prudencia o sana ignorancia-, ha sido conceptuado “difícil o delicada materia”, se volverá sencilla y llana hondura (como la deseaba el Bautista), aunque sólo al alcance y llaves de las virtudes de la mansedumbre y la humildad espiritual, sólo con las cuales es posible develar los misterios que El Enigma ha negado a los sabios y prudentes, y confiado a Sí Mismo en la sagrada persona del Poeta de Belén, crecido en Nazaret…

…. De no, bastará leer el desasosiego del que busca, aún a través de la belleza, salvarse a sí mismo; cuando casi con soberbia intelectual, expresara: "Los documentos se pierden con el tiempo. Terminan siendo materiales de los polvorientos archivos y las bibliotecas oficiales. En cambio los poemas habitan una perpetua vitalidad, son una llama inextinguible, la voz ansiosa del deseo que aletea en la memoria colectiva y se niegan tanto a la petrificación como al olvido". (38)

… Por eso, quien PIENSA y escribe con el dedo de Dios, pero con duda razonable desde su humanidad, contestará: “Lo siento, Marcos Ana. ´¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet, hijo de David, rey en Jerusalén´ (Eclesiastés 1, 1-2). Sin Dios no hay Poeta ni Poemas. Sólo famélicos y babélicos hombres sin amor verdadero, deslumbrándose a sí mismos y a otros en igual condición de orfandad divina, por sus propios y efímeros fuegos artificiales... Tal vez. Sólo tal vez. Es cierto, usted puede pensar distinto, porque todo es relativo, al menos, en este Mundo -donde dicho Amor, permanece sin Rostro para millones de intelectuales que intentan salvarse adulando lo creado, pero no adorando y honrando con sus vidas auténticas al Creador. Al menos, eso pienso y siento yo. Intelectuales que, incluso, niegan la posibilidad de definir concretamente al Amor; sin embargo, aquel Poeta que ha tenido la experiencia del Dios Persona, no ha dudado en hacerlo. Así, Agustín de Hipona dijo del Amor: "Dar desde el corazón... hasta dar el corazón mismo". Sólo el Maná de la Palabra pudo haber despertado y dar sentido en las abismales entrañas humanas donde habita el Misterio, a tan bellísima mirada comunicativa sobre el Amor. Es que la palabra, cuando trasciende y trasunta su única e inefable esencia, se unifica con el Verbo, haciéndose Palabra –con mayúsculas- ("Al Principio era el Verbo" - San Juan 1, 1). Por eso, dolido muchas veces, y ante el desprecio del Mundo, Jesús repetía: "El que pueda entender, que entienda" (inteligencia, voluntad y libertad responsable, a nuestro cargo: no somos títeres del Padre, ni del Hijo, ni del Espíritu Santo. Pero deberemos hacernos cargo de cada uno de nuestros pensamientos, sentimientos y obras. "Vanidad, todo es vanidad...", severa advertencia para quienes, comiendo del Árbol de la Vida, llevamos impresa en nuestra conciencia la noción de bondad y maldad, de verdad y mentira, de belleza (armonía) y fealdad (caos irredento)...(39)

… Eso pienso. Y san Agustín lo había logrado; había logrado, con la mirada del Poeta de Belén, crecido en Nazaret, con dos acertados pinceladas en verso libre, definir al Amor: “Dar desde el corazón..., hasta dar el corazón mismo”; sí, para mí, eso sería su Esencia o El Amor Mismo…

… Y entonces, vuelto en soledad de Mí, me despido por un instante del omnisciente narrador del futuro, hasta que mamá y papá vengan al tercer día, prefigurando así en esta estancia voluntaria y contemplativa con los doctores de la Ley (“Destruyan este Templo, y en tres días lo volveré a construir”) (40) , lo que sería mi destierro abrupto y voluntario del mundo de los vivos hasta una gloriosa Resurrección, pero sólo al cabo de superar, necesaria y mansamente –me doy cuenta- la cuarta tentación experimentada en el Huerto de Getsemaní; donde, al precio y pluma de un punzante sudor de la sangre con el que, entre latigazos, clavos y lanzas acabaría entero por derramar, suscribiría ante Quien la derrota del astuto Enemigo escondido en el Pecado y la Muerte de la Humanidad…

CAPÍTULO 3 – De Lágrimas de Amor no escritas

V – Amar hasta que duela: “Y su madre conservaba estas cosas en su corazón” (Lucas 2, 51)

.... Ahora soy yo, de vuelta a mi escritorio y a mis cosas. Y aquello de Juan y Lucas, pienso, como pienso que las primeras lágrimas de amor y compasión de Jesús, no fueron las comentadas en los Evangelios; sino aquellas que, con disimulado gesto logró borrar de su rostro de hombre niño Dios esa misma tarde, en el Templo de la Jerusalén: y unas de las primeras gotas del Agua de la Vida que discurrirían mansamente por su rostro dulce y bellísimo, enlujado de amor infinito, desprendido, generoso y paciente, lo serían frente a su madre, en este mismo Templo cuando, por ser primogénito, fuera para ser consagrado al Señor; y un anciano, justo y piadoso, Simeón, de noble faz, luego de acariciarlo como sólo sus padres podrían hacerlo y de testimoniar lo que el Espíritu le rebelaba a gritos de conciencia, la presencia del Mesías, advirtió a María, en suave pero grave tono de voz: “Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos”… (41)

… Aquella fue la primera vez en que, secretamente –y ya nacido-, dejaste escapar lágrimas de compasión y misericordia: lo fue por tu Madre, niño sin Madre en el Cielo y sin padre en la Tierra. Frente a la Sagrada Familia que habías consumado, haciendo de toda familia humana, “no, sin más, un hecho natural, sino una emanación, por decirlo de algún modo, o imagen de la Familia Divina Trinitaria”… (42) Y lo hiciste por Ella, ahora conturbada pero firme, conmocionada pero confiada; porque de las manos de san Juan Evangelista la convertirías en la nueva Eva que protegería, bajo el manto de su fe, a tu verdadera Iglesia…

… Lo hiciste por Ella, como lo hiciste por aquellos niños lejanos, en cada pecho hundido por el acero, en cada cabecilla cortada por el filo de la espada, gimiendo en brazos de tu madre –aunque Ella creyera que de hambre o frío era- cuando, refugiado en Egipto, fuiste testigo a la distancia de la muerte de aquellos inocentes de Belén y alrededores, menores de dos años, como tú, fríamente asesinados por el ira implacable de quien temía dejar de ser Rey –aquel irredento Herodes enfurecido y poseído por el Malo-, cumpliéndose así lo anunciado, gravemente, por el profeta Jeremías: “En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen”… (43)

… Ya más grande, también las ocultaste por otras veces más a los ojos de tus apóstoles. Fue aquella jornada a orillas del mar de Galilea, cuando después de sanar a una muchedumbre de mendigos de Dios, expresaste. “Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo –tres días que después serían los cimientos de tu Iglesia hasta el fin de los tiempos- y no tienen que comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque podrían desfallecer en el camino”… E hiciste el milagro de la multiplicación de los panes y los pescados, anticipando theofánicamente que serías, para todos los que te buscaran de verdad en la Verdad -acercándose a tu Luz, para ser de la Luz-, Pan de Vida para la Vida del Mundo…

… O como cuando en similar ocasión, mientras enseñabas en aquel monte las bienaventuranzas y asumías poco a poco en tu corazón, sus (nuestros) dolores y pecados que, en Getsemaní, colmarían tu Divino y humano Corazón (corazón), se cuenta que: “Al ver la multitud, (tuviste) compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor”, y dirías, entonces, a quien deseara seguirte, negándose a sí mismo y cargando la cruz cotidiana: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha” ... (44)

... Porque, ¡Señor, aumenta nuestra fe! Y “Ay de tí Jerusalén... La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular” (45)- antes de que sus padres irrumpieran en el Templo para devolverlo a lo cotidiano de sus vidas simples, y Él dejara de pensar... Dejara de pensar en tantas cosas; y olvidaras, por un instante siquiera, aquel secreto llanto que habías venido derramando al transponer el negro fango, ancho y profundo, que separaba a la Humanidad del Reino de los Cielos... (46) (“Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! ... ¡Ay de ti Cafarnaún!) (47) , y que alcanzara su cúlmen de cósmica angustia al ver, claramente, como su primo hermano Juan, el Bautista, si sería el primer protomártir a causa de su mesianismo redentor, ya que para Ti estaría tan claro como el alba universal, de que no serían los que te dicen “Señor, Señor, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de (tu) Padre que está en el Cielo”(48) , y nos mandarías a edificar nuestras casas sobre la roca firme del Amor a Dios, observando siempre Su Voluntad, y, al prójimo –haciéndonos próximos-, privilegiando al Bien Común 49) , haciendo de la fe y las obras de misericordia “un tesoro para toda la eternidad"...(50)

(El que pueda entender que entienda, pues el mismo Jesús lo dijo: afirmó claramente que no venía a traer la paz -de los cementerios- sino la espada -de la Verdad-; porque Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Signo de contradicción ante los valores que proclamaba, vería en el seno de nuestras mismas familias juntar algunos con Él y a otros desparramar… Y pienso, entre tantas cosas que podría pensar, que hasta que "los hermanos mayores" de Juan Pablo II, no se conviertan, no habrá Patria para ellos, pues hace 2.000 años fueron despojados de toda tierra prometida... Pero son un pueblo de dura cerviz. Los palestinos, al menos, nunca creyeron en el Dios de Israel, que hasta un tipo asesino como Saulo -después san Pablo Apóstol), acogió en santidad de vida misionando en los pueblos gentiles y llevando a todo el mundo la Buena Noticia del Reino de Dios y de la Vida Eterna… Entretanto, podemos entrever, por ejemplo, que la Franja de Gaza es un enorme Getsemaní, que sintetiza hoy (ahora), en este tiempo de los Años del Señor de 2008 y 2009, todo el absurdo de un mundo gobernado por el Poder y el Dinero, y al que no le fueron satisfechas corrupciones Sodomitas, Egipcias, Babilónicas, Medievales, Modernas, Postmodernas y Contemporáneas, ni Guerras Mundiales, Regionales y locales, frías o calientes)…

VI – Una voz grita en el desierto: “Éste es aquel del que yo dije: El que viene después de mí, me ha precedido, porque existía antes que yo” (Juan 2, 27-28)

… De hecho, estoy seguro que, si hubo realmente primicias en tus primeras lágrimas, fueron las que vertiste, invisibles y gozosas, mezcladas con el fructuoso líquido amniótico del vientre de tu (nuestra) madre y bajo la diminuta forma de feto por alumbrar, precisamente cuando Ella –muestrario de la misericordia y grandeza de Dios, esplendor de la Gracia y magnificencia del alma divinizada- partió desde Nazaret (51), en tiempos de Herodes, a visitar –en un pueblo de la montaña de Judá- y servir a su prima Isabel (52) -descendiente de Aarón y casada con Zacarías, de la clase sacerdotal de Abías- quien concebiría, y seis meses antes, a Juan Bautista (53): hijo de la vejez y de la esterilidad; milagro impredecible del Dios Bueno. Sí, dirías más tarde, refiriéndose a tu primo ante la multitud que abrazaba -con expectación- su mensaje de amor: “Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos, es más grande que él. Desde su época hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente, y los violentos –los que odian, practican la egolatría y la soberbia- intentan arrebatarlo... Y si ustedes quieren creerme, él es aquél Elías quien debe volver. ¡El que tenga oídos que oiga!”… (54)

… Juan (55), el primero en comprender, fuera de María y José, el futuro pensamiento Santa María Maravillas, virgen, cuando ésta afirmara en éxtasis: “Veo al Señor –de quien no soy digno de atarle las correas de sus sandalias- cargado de los tesoros de su amor y necesitando almas vacías donde poder depositarlos” (56) ; Juan (57), de quien el Mesías advertiría: “Qué fueron a ver al desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué fueron a ver? ¿Un hombre vestido con refinamiento? Los que visten de esa manera viven en los palacios de los reyes. ¿Qué fueron a ver entonces? ¿Un profeta? Les aseguro que sí, y más que un profeta. El es aquel de quien está escrito: Yo envío a mi mensajero delante de Ti, para prepararte el camino”. Juan (58), su gran amigo de la infancia, luego extraviado por esas cosas de la vida, hasta que, desde la cárcel –donde al poco perdería su cabeza en manos de Herodes y Herodías-, volvería a encontrarlo para construir los dos la Gran Ygriega: dos hombres dirigidos hacia el mismo tiempo, y encolumnados luego en la más grande de los acontecimientos de la Historia del linaje humano: Dios visitando a su pueblo; Dios visitando a su Humanidad...

… Juan, y el inolvidable recuerdo de las travesuras urdidas, cuando, a los diez años, escabulléndose de todos, parientes y amigos, imaginaron un plan para dejar la Jerusalén Judía y Pascual, y visitar, intensamente, el “lugar” donde todo había comenzado para el nuevo mundo, para ellos en especial, para Él más singularmente aún (¡Madre, he aquí que vengo a hacer nuevas todas las cosas!), hombre niño Dios nacido en Bélén... ¡Belén de Judea! (59) (“Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel”) (60)

… Y pienso en aquellas otras lágrimas, sumadas a las anteriores derramadas junto a su primo Juan, cuando visitara su Pesebre en Belén; lágrimas pero de gozo, rocío de alegría y expansión espiritual, y que nadie descubriría ni relataría en evangelio alguno, como al prever la grandeza de su misión salvífica (al respecto, pienso también que, con tu Ayuda, quizás pueda escribir otro relato y basarlo en aquella emocionante visita; te propongo un título: le llamaría, en principio, (…)...

VII – El Amor no tiene fronteras: “Que caiga el rocío del cielo! ¡Que las nubes lluevan al justo! (Isaías 45, 8)

… Pero ahora pienso, en esos especiales cristales de agua viva que inundaron tus ojos de una Piedad tan intensa, que supiste que la Buena Noticia del Reino, que habría de ser predicada a todas las naciones, después de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés (61) , tuvo que ser anticipada a los paganos, como en una primicia irrenunciable, en tu encuentro fenicio –en país de Tiro y Sidón- con la Mujer Cananea; ello, inmediatamente después de la muerte de Juan, de tu primera multiplicación de los panes, de tu caminata por el Mar de Galilea y de tus curaciones y enseñanzas acerca de lo puro e impuro en tu paso por aquella localidad situada al noroeste del lago de Genesaret… ¿Lo recuerdas? Siempre lo recordarás… Fueron las esencias más tiernas y dulces de tu intimidad la que se volcaron después de escucharla pedir socorro a gritos entre los mantos revueltos de tus apóstoles, y superar la barrera que te alzaras en tu propia predestinación y determinación cuando dijiste: “Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel”. Pero la mujer, postrada ante Ti, suplicó:“¡Señor, socórreme!”. Y le respondiste, ya estremecido porque sabías lo que vendría después: “No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros”. Y ella, en una lección que no recibirías de ningún Profeta ni Levita, sino del propio Espíritu que te habitaba, empujada por la fe y el amor a anticiparte los planes ancestrales del Padre, razonaría como ni Salomón lo hubiera hecho: “¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!”. Y desde aquel momento, pienso, ya no hubo Pueblo Elegido sino Universo Elegido a redimir…

… Por eso, todas esas lágrimas no escritas que brotaron mientras orabas, niño aún, en el místico Templo de Jerusalén, conmovido hasta el alfa y omega de tu ser humano y divino aquella tarde en que serías buscado y encontrado por la Esposa y Guardián del Paráclito que te fortalecía, día a día, en inteligencia y sabiduría delante de los hombres; lágrimas de fe y esperanza firmes que te turbaban hasta erizar tu piel de leche y miel como un millón de pétalos de flor de león, al comprobar que la semilla de la Gracia, aunque con esfuerzo, sacaría hijos de las piedras: “Señor –dirá más luego aquel digno soldado romano, al rendirse a tus pies-, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente sanará. Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: Ve, él va, y a otro: Ven, él viene; y cuando digo a mi sirviente: Tienes que hacer esto, él lo hace...”... Claro que sí; y allí será cuando recuerdes, precisamente, a la Mujer Cananea, para afirmar a todo quien desee escucharte en la Judea acorralada por las sandalias romanas y la incredulidad fariseica: “Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe. Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos” 62); lágrimas de emoción que se perpetuarían con la minúscula y desprendida ofrenda que la viuda pobre haría, y que tu poder cognitivo y omnisciente te preanunciaría, una y otra vez, como cuando debieras recriminar, severo, al Mundo y a su Poderoso Caballero, Don Dinero, con aquella sentencia de hierro: “Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que en el día que éste les falte, ellos -los pobres, los maltratados, los sufrientes, los desalentados, los explotados, los marginados- los reciban en las moradas eterna. (63) (...) Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero" (64) . Y en tanto los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban, Tú les dirías: "Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios". (65) “(...) Sí, les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie. Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía que dar...” (66);

CAPÍTULO 4 – El reencuentro con sus padres

VIII – Hacia una Mystagogia encarnada: “Todos los hombres somos mistóforos, todos llevamos una porción del Misterio dentro nuestro y participamos del Misterio. No se puede ser mistagogo si uno no es mistóforo; yo creo que todos llevamos Misterios”. (67)

“¡Eh, Contador! ¿En qué anda tan perdido?”, dijo Raúl, el guardia, irrumpiendo en mi oficina, oscurecida como la cueva de Platón por el atardecer apenas filtrado entre las ranuras de los viejos ventanales del Tribunal de Cuentas. “¿Quiere que le pida a Vicente otro mate para usted?”. Y nota mi semblante cabizbajo y circunspecto. “La muerte es el camino a lo reverencial”, le espeto recordando una frase inolvidable puesta en boca de uno de los personajes del filme “La fuente de la vida”. De hecho, Raúl no entenderá nada. Menos aún cuando le entono los versos del pibe Marcelo Valenti (68): “Bienvenida al lecho de tus padres. / Ninguna diferencia / entre orgasmo y espada. / Dadora de sentido, la muerte está a tu lado / en el acierto del puñal”. Y se queda quieto, mirándome absorto a los ojos cuando los alzo para encontrarme con su amable figura y servicial persona. “No hay problemas, Raulito. Sí, decile al Vice que me traiga un mate… Pasa que en estas Navidades se me cruzó adelantado el Getsemaní por la cabeza, y me dejó pensando mucho, ¿sabés?”.

Pero Raúl no comprendería nada por el momento; fruncirá el entrecejo, y, al mismo tiempo que ensaya una sonrisa, se irá diciéndome: “Voy a avisarle a Vicente, Contador; pero no se preocupe por nada. Mire que hoy es viernes, y dentro de un rato televisan al Ciclón de Boedo…”. Y lo amé profundamente. Tanto como puede amarse a un ángel de la guarda… Y volví al silencio destemplado del Templo de Jerusalén: porque allí estaba todavía, Quien, creciendo en estatura y sabiduría, oraba y suplicaba… Porque el Unigénito, también pensaba en aquellos instantes infantiles en su destino de Getsemaní: la oscura noche donde el Misterio Pascual –una delicadeza teológica para nombrar a la Muerte-, lo miraría a los ojos haciéndole sudar sangre como primicia del martirio necesario, voluntario e inexorable que…

… También a él –pensaba, mientras sorbía el último mate vespertino de Vicente-, como a cualquier mortal, Ella lo había mirado a los ojos muy especialmente en los últimos meses, y muy especialmente en los últimos días… Y no hubo máscaras de Carnaval que la detuviera en su acertada misión: sí, antes que ellos: la joven y jovial Chochi, amiga del alma y hermana en la fe, agente de la Mesa de Entradas del Organismo; después, como un lento goteo de angustias presentidas, primero, la pérdida de un consuegro (don Neder Chara), luego, la de un joven Poeta local (el enorme Horacio C. Rossi), después, una brillante profesora de matemáticas y consejera de vida (Blanquita Quirelli) y, casi por último, el santo sacerdote que lo había formado y templado para las pruebas que, cotidianamente, venía afrontando desde muy joven: don Edelmiro Gasparotto. Y, por si fuera poco, en el último fin de semana, una trilogía de eventos que lo habían derramado en desconsuelos agónicos y tumbado terca y literalmente en esa angustia depresiva que su terapeuta llamaba “hacer el duelo”, y que lo arrojaba hasta un abismo de nadas y de nadies, con cada pregunta formulada por sus dolientes compañeros y amigos de trabajo…: “¿Che, qué te pasa, viejo?…

… Trípode de amargas situaciones que principiara cuando Mavel S. –como María frente al cuerpo yacente de su Hijo, en el Monte Gólgota- cayera de rodillas al comulgar el Pan de Vida en aquella Misa de cuerpo presente -como Él, antes, ahora, sobre la roca del Huerto cuando comulgara con libertad el Pan de la Voluntad de Quien le había elegido para el trabajo más difícil del Universo-, frente al féretro de su hijo mayor de 27 años, muerto de muerte súbita bajo la mortaja nocturna y primaveral de un imprevisto camposanto verde local de fútbol amateur…

… Trípode que continuara porque, a la hora en que el llanto y el desespero ahogaba rezos esperanzadores, cerca de las cuatro de la mañana de aquel sábado fatídico, en tanto unos y otros se condolían ante lo irreparable, un accidente terrible obturaba la autovía Rincón-Santa Fe, y le era –mediante susurros- anoticiada: gracias a Dios, esta vez con piadoso desenlace, pues tanto el cuerpo de Fernando L. –el novio de su hija- disparado inerte a la ruta desde su antiguo Citroen 3 CV, al ser expulsado de un golpe frontal por la insensata camioneta 4 x 4 desviada de carril y tripulada por jóvenes alcoholizados que la empuñaban a velocidad incontrolable, saldría ileso, así como también aquellos imberbes habitantes de la noche fácil, desechados –quizás- por doña Mamma Guadaña, demasiado ocupada en ofrecer sus últimos toques de horror a los trabajos completados en varias (en una) salas (sala) de velatorios (velatorio) de la ciudad… Lo nombra y lo honra: Leandro Gabriel Ackard; uno de esos santos soldados que perdía la Pastoral Juvenil de su Parroquia Agustina Recoleta, para ganarse un ángel custodio, y a cuyo padre él había conocido trabajando para la misma oficina en que, quince años después, se reeditaría, junto a su memoria de hombre bueno y joven, la inesperada partida de uno de los suyos… El más parecido a su rostro enjuto y cetrino, que se durmió completo, eso sí, pues su vida no acabó como proyecto inconcluso, como el de aquellos que se van de este mundo como vinieron, “pataleando y a los gritos”, sino como los que alcanzaron a descifrar la esencia del Amor Total en la Palabra y en la acción llamada “servicio”…

… Trípode que, en ominosa saga, vino a coronarse al otro día –domingo- de aquel oscuro noviembre de año bisiesto, en el que uno de sus hijos, (casi) muerto en vida, pródigo hijo menor, festejaría –por vez primera- sin su familia, aquellos –ojalá, Dios mío, oró- sus primeros jóvenes (ahora; sólo por ahora, por favor, Dios mío…:volvió a orar) y alterados 31 años de edad…

Sí, claro que se le cruzó el Getsemaní por la cabeza –y eso que, para Cuaresma y Pascua, falta todavía-, y lo dejó pensando mucho, ¿sabés, Raúl?… O como diría su amigo César, parafraseando al monje Diego de Jesús: “Hoy la disyuntiva es permanecer en el Misterio o perecer, y en tanto testigos del Misterio, el poeta –el narrador, el escribidor, el trabajador de la Palabra, el Palabrero- comparte con el creyente la misión de ser mistagogo o mistóforo”…

Pero Raúl, como les dije, no podía comprender nada todavía; así que frunció el entrecejo, y, al mismo tiempo que esbozaba una sonrisa bondadosa, se iría diciéndole: “Voy a avisarle a Vicente, Contador; pero no se preocupe por nada. Mire que hoy es viernes, y dentro de un rato televisan al Ciclón de Boedo”…

IX – Reencuentros “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Marcos 3, 31-35; Mateo 12, 46-50 y Lucas 8, 19-21)

… Después, mi amigo Lucas dirá, evangélicamente –pensó Jesús, ya con el templo nuevamente solitario-, que mis padres (¿mis padres?: sí, mamá María, mi Madre esposa del Espíritu Santo, inmaculada antes, durante y después del parto: la primera que cumplió con la Voluntad de mi Padre; sí, papá José, adoptado libremente por Mí y del linaje de David, como estaba escrito) “iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua”. Yo tenía (tengo) doce años por entonces, cuando ellos subieron hasta la ciudad “como de costumbre” para dicha fiesta. Y cuando la fiesta acabó, fueron bajando la cuesta y “volviendo el rico a su riqueza y el pobre a su pobreza” – porque, algún día, también Joan Manuel Serrat creerá en Quien le ha dado su talento -, ellos no dieron cuenta de mí, sumergidos en la nube de polvo que alzaba la agitada muchedumbre de gentes y dromedarios que componían la compleja caravana peregrina que, a modo de tronco común, reunía a todos a la salida de la ciudad, y luego de desgajaría hacia los tantos villorrios de la bíblica Galilea...

… Y les tardó todo un día, entre arreglos de bártulos y comentarios y discusiones vecinales, darse cuenta que yo no estaba con (ni entre) ellos... Parientes y conocidos alarmados, mis padres (¿mis padres?) volvieron a Jerusalén y, recién al tercer día –como muchos veintiún años después lo harían, y para siempre- me hallaron en el Templo, en medio de los doctores de la Ley, “escuchándolos y haciéndoles preguntas”, porque de algún modo debía responder sobre todo a los ruegos mendaces de algunos hipócritas fariseos que se burlaban de Quien me había dado la vida… Y dicen que Lucas afirmaría, entonces: “... Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres (¿mis padres?) quedaron maravillados y su madre –o aquellos que escuchan la Palabra de Quien y la ponen en práctica- le espetó: Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados”. Y como ellos no entenderían, sino sólo veintiún años después, tuve que responderles: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?” 69). Me dolió su dolor, pues, en efecto, no comprendieron lo que les decía, aunque mi madre conservaría “estas cosas en su corazón”, hasta que juntos comenzáramos –ya sin el justo de José- a traspasar los umbrales de Getsemaní... Y a ella, las tres veces espada traidora de Pedro, mis tres caídas en el Calvario, mis tres balbuceos colgado de la Cruz y mis tres días ajeno a la Judea de los Vivientes, le atravesarían, como a mí las burlas, el vinagre y la lanza que me punzarían el corazón hasta escurrirlo con las últimas gotas de sangre y agua (leche y miel) que edificarían la Nueva Tierra Celeste Prometida… Así de clara fue la visión que tuve al verlos ingresar, desesperados, al templo de Jerusalén, donde me habían extraviado aquella rutinaria, aunque aciaga y premonitoria jornada pascual...

X – Brevitatis causa: “Raúl, muchacho. Vení. Pasá, viejo. Que, ¿qué pasa? Nada. Sólo pensaba. Pensaba nomás... Tomá, esto te lo manda mi señora: masitas crocantes y caseras...”.

“Gracias Contador. Mire que se viene el fin de semana largo, así que deje las tensiones atrás y, si va a pensar, piense en la familia, y en eso que tanto le gustar hacer: escribir...”.

“Tenés razón, Raúl. Sólo que los ojos del cuerpo no ven lo que ven los ojos del alma, ¿viste? No, en realidad no podés ver... Pero te entiendo, claro que te entiendo... Sólo un poquito más, y luego ficho y me voy a casa. ¿Ok?”.

“Pero claro, Contador; que soldado muerto no sirve para otra guerra... Si me necesita, ando por aquí nomás...”.

“Gracias, muchacho. Gracias por estar... En un rato ficho, y voy para casa...”.

“Felices los que caminan juntos,
en búsqueda comunitaria del Reino de Vida Nueva
y fraternidad realizada.
(…)

... Y PIENSA: ahora, aunque Ellos –en su hogar, en su oficina, en su barrio, en su ciudad, en su Nación y el Universo todo, pues nadie es Profeta en su tierra- lo difamen y murmuren, coronando en coágulos sanguinolentos de impiedad su frente vencida, y sus espaldas débiles - pero siempre anchas; como la de un nadador nadando siempre contra la corriente para beber las mejores aguas del torrente existencial; primicias de la vida eterna y de su vida en Quien -, y sus rodillas llagadas sobre la roca del Huerto de una última súplica, y sus pies descalzos y heridos por el ayuno y el destierro -Poeta al fin, ¿verdad Marcelo? (70) ¿No es cierto Horacio?- (71). Todo (todo) a pesar de los acertados consejos de aquellos –quizás- bien intencionados terapeutas del pánico y de la fatiga crónica, y de otros astutos consejeros cosmogónicos, hijos acomodados de este mundo, pero tan mortales e infelices - para siempre - bajo la mórbida carga de la ambición desmedida....

Los que ayudan en las buenas y en las malas,
los que aprenden
que más pueden dos juntos que uno solo.
(...)

.... Y PIENSA: ahora, antes que lo consuma el llanto gemido por la impudicia de la miseria humana que, ahora, completa y enteramente humano encarna y observa, como de moda, también en Ellos (Los de La Manada), falsamente encarnada...

y que encuentran su alegría y el gozo y el
sentido de la vida
en trabajar por los demás
y por el Reino
(…)

... Y PIENSA: ahora, después, siempre, como sus espaldas anchas y sus mejillas golpeadas, y sus rodillas llagadas y sus pies gastados, a Usted y a Ellos (la Manada), que debe ofrecerles mil disculpas. Porque quizás –sólo quizás- ni Usted ni Ellos, sepan lo que hacen... Y sólo Quien puede revelárselos, en tanto lo amen y amen de verdad. Pero Usted, quizás, y para Ellos (tantos quizás), puede (Pueden) tomarlas como quiera (n). Hablo de esas disculpas. Tomarlas como un acto de sinceridad o de desquicio. Como un arrebato de Quien clamando en el desierto pulposo de la amargura, supurado por la insensatez e incomprensión de una fraternidad negada o, al menos, soslayada, traicionada... Del amar sin ser amado. Del comprender sin ser comprendido. Del socorrer sin ser socorrido, cuando, al vernos hundido y humillado por los azotes y sentires ominosos del Otro Quien, el que ha jurado exterminar –por soberbia y celos- a la especie humana, rompe su alma en un Pedido de Auxilio no escuchado, en un clamor de ira justa, de puro encierro en el corral hediondo -quizás, sólo quizás; y, para Ellos, tantos quizás: ¿o acaso Quien soy yo para juzgarlos, ahora, que soy entera, imperfectamente humano?- de inconscientes e involuntarios fariseos; ciegos idólatras de la Sra. Envidia Vanidosa, esposada y seducida -desde la Caída en la Creación de lo Creado, del Otro malvado Quien-, con vana idolatría, hacia el querido don Soberbio Hipócrita Dinero...

… Vale. Conste (tras él, un contador, como yo, o un abogado –brevitatis causa-, como Usted, como Ellos...).-

Y por el SEÑOR VIVO en medio nuestro.
(...)

.... Y PIENSA: ahora, aunque después duela más todavía, cuando, en un torbellino de Furias, Usted, Ellos (los de la Manadas sin Pastor), quieran acabarme como hombre y como Quien, levantándome en alto, puntual y agudamente crucificado...

Olvidado,
marginado. solo y abandonado
en los rostros de jóvenes,
de indígenas, de ancianos,
de mujeres solas,
de desempleados
y de tantos otros...
(...)

(¿Saben? Antes de irme con mamá María, doy mi último suspiro, desciendo a los infiernos, y clamo en la voz de Marcelo Murúa, Poeta (72), ardiendo en sangre, al umbral de Getsemaní, a mis doce años, en el Templo de Jerusalén, discutiendo con los doctores de la Ley:

Y en este siglo que empieza
Por tanto eogísmo e indiferencia signados,
felices los que encuentran
Que este amor, hoy,
se revela en un camino:
ser solidario”.
(…)

.... Y me despido de Usted y de Ellos, hasta que mi hora llegue. Que pronto pasarán los años jóvenes, y, como en un sueño, despertaré de nuevo en los brazos de Quien me espera junto a la, ahora, Madre mía y Madre vuestra....”).-

"Felices los que dan la vida por los demás.
(…)”

XI - Cierre de Libros: “Ciertamente uno, al ser católico tiene dado el Misterio (Divino) en la Iglesia, en la persona de Cristo, en los Sacramentos, pero aun así uno tiene ciertas zonas de perplejidad” (César A. Brú)

Ahora, apaga la computadora, cierra los armarios de la oficina, abre el maletín y guarda las llaves y las tiras de medicamentos que lo sostienen como muletas de Dios en el stress “diario de cada día” -diría su vecina cuando era pequeño, allá por barrio Alfonso, entre Corrientes y Roque Saenz Peña-; también ordena en el portafolios algunos impresos y recortes, un disquete con reflexiones, la radio y, dentro de ella, toda la música pop que le alentó la jornada y le hizo sentir siempre joven…, como cuando en los ’70 intentaba hacer algo de rock a lo Capusoto… Después, traba el maletín, deposita sobre él su insustituible agenda Pierre Chardin, y se dirije hasta el patio central que lleva a la oficina administrativa que desemboca en el patio de invierno del caserón que agrupa a su comunidad de trabajo. Desconecta fotocopiadoras e impresoras, y deja entreabierta la puerta del cuarto con la luz encendida, para que después el guardia, en su recorrida, revise todo como corresponde… Pero su último pensamiento de inexorable mistóforo lo atrae hacia algo estremecedor: las coordenadas de Dios. La infinitud de triviales acontecimientos con que enlaza los signos de los tiempos, más allá de los ejes zodiacales con que ha tipificado la materia comportamental humana… Las increíbles y sutiles coordenadas de Dios, volviéndonos partes de la aventura en que se embarcara, un día, tras un Portal de animales, bajo un cielo pulcro y negro, en aquel pequeño villorio de Judá, haciéndose uno de nosotros… para siempre, mientras su espíritu cálido silbaba oculto en el viento frío de diciembre que arremolinaba pastores, bestias y ángeles, en torno a una Luz que, jamás, dejaría de brillar… Porque, en verdad, como afirmara el Poeta. “me parece que por allí pasa la cosa. Ciertamente uno, al ser católico tiene dado el Misterio (Divino) en la Iglesia, en la persona de Cristo, en los Sacramentos, pero aun así uno tiene ciertas zonas de perplejidad” (73) , que resultan de gozo y la alegría de poder ser parte, muchas veces inconsciente, de los juegos estratégicos de Dios mientras ejecuta su enigmático Plan Cósmico Universal…

“¿Se va Contador?”. “¿Sí, ya lo terminé?”. “¿El qué?”. “El relato. Eso en lo que me pescaste pensando… y escribiendo desde hace unos días. Hoy, viernes por la tarde, no vino ni el loro, y lo rematé; aunque, ¡ojo! también concluí el informe sobre la Cuenta de Inversión para el plenario de la semana próxima… Se lo aclaro a las paredes; por las dudas, ¿viste? Ah, y hablando de dudas, revisá por favor si, en la oficina del patio, están apagadas la fotocopiadora, la impresora y la computadora de Cari… Che, pibe, otra; me olvidaba decirte: te hice protagonista. A vos y al Vice, ¿sabés? Cosas de contador contable contador de cuentos... Ahí, sobre el libro de guardia te dejo una copia. Espero que te guste; aunque sea medio farragoso y experimental... A propósito: ¿hasta qué hora te toca hoy, Raúl?”. “Hasta las doce de mañana, Contador. En realidad, era hasta las siete, pero mi amigo, el Osvaldo, tenía problemas para hacer el relevo, y…, me tocó el alargue”. “Bueno, entonces tiempo para leer no te va a faltar… Y, en serio: espero que te guste. Pero…, si no fuera así, aplicá la ‘moral de situación’. “¿Y eso qué es, Contador?” “Que me digas igual que te gustó. Que me mientas (con amor). Aplicá ‘moral de situación’; a veces, como la verdad es luz, si te la ponen muy cerca de los ojos te deja ciego… Pero hacelo con estilo”... “¿Con estilo, dice? ¿Y eso cómo sería?”… “Mirá, para que te quede clarito: ¡mentime, pero “con cancha”!, sin que me de cuenta, ¿entendés? Vos sabés: como hacen (aunque sin amor) algunos profesionales, empresarios, políticos, funcionarios o empleados estatales que bien pudiste conocer en tu carácter de agente de seguridad privada… Bueno. Chau. Cuidate. Mirá que los muchachos están bravos hoy día… El lunes, Dios mediante, nos vemos. ¡No, qué digo! Si puedo, mañana mismo… ¡torta de coco antes del mediodía! ¡Sorpresa para tu señora también! Tengo que ver a mi vieja. Vive por aquí cerca, ¿sabés?, y no me cuesta nada traértela. Es un gusto para mí. Te quiero mucho. Cuidate. Cuidate, mucho, pibe. Nos vemos… Chau”. (Ahora, digo otra cosa: ¿dónde carajo estacioné el auto cuando llegué?).

A lo lejos, el rumor de un cielo estrellado –después de ahora, que todavía es Navidad- de aquel primer Viernes lluvioso de diciembre, prometía un Sábado y Domingo de Gloria soleado y festivo, tras la boca abierta de una tumba vacía y cavada en la roca –hace muchos ahoras-, en la ladera de un precioso sembradío de olivos llamado: Huerto de Getsemaní.-

ooOOoo

(1) - ADRIÁN N. ESCUDERO - Santa Fe (Argentina), 10-10-08 (Adviento)/06-01-09 (Epifanía DEL sEÑOR) – Del libro “PUNCIONES MENTALES”. Inédito. La Botica del Autor. Santa Fe (Argentina), 2008-2009.-

(2) - “El Libro del Pueblo de Dios. La Biblia” – Éxodo – Editorial San Pablo, Madrid (España), 2001, pág. 116.-

(3) - Ob. cit. - Deuteronomio”, págs. 259/261.-

(4) - Apocalipsis, 7, 5-8.-

(5) - Apocalipsis, 5, 5.-

(6) - Apocalipsis 21, 5.-

(7) - Remite al relato del Autor de MI GETSEMANI, titulado: “Cielos rojos, cielos azules” – Del Libro “Apocalipsis Bang y Otros Cuentos para un Semáforo”. Inédito. La Botica del Autor. Santa Fe (Argentina), 2006-2008.-

(8) - Nota: La Vida eterna, en la dimensión humana, consiste en conocer al Padre presente en el Hijo (Juan 17,3.-

(9) - Apocalipsis 21, 1.-

(10) - Apocalipsis 21, 2-3.-

(11) - Lucas 24, 50-53; Marcos 16, 19; Hechos 1.9.12.-

(12) - Lucas 21, 25-28; Mateo 24, 29-30; Marcos 13, 24-26.-

(13) - Juan 14, 2-4.-

(14) - Juan 14, 16-17.-

(15) - Nota: La Eternidad consiste en compartir con el Hijo y el Espíritu Santo, la Vida del Padre presente en el Hijo y en su Paráclito (el Espíritu Santo), o Misterio de la Santísima Trinidad.-

(16) - Apocalipsis 7, 17.-

(17) - Lucas 22, 39-46; Mateo 26, 30, 36-46; Marcos 14. 26, 32-42; Juan 18. 1.-

(18) - Juan 1, 14.-

(19) - Juan 14, 6; 1, 18; 14, 9; 12, 44-45, 17, 3.-

(20) - Ob. cit. – Los Evangelios, págs. 1.409/10.-

(21) - Lucas 4, 16-21; Mateo 13, 53-58; Marcos 6, 1-6.-

(22) - Timoteo 3, 14-17.-

(23) - Cristo Hoy – Recordatorio de San Esteban (26-12-08).-

(24) - Lucas 11, 47-54.-

(25) - Lucas 10, 21-24.-

(26) - Extractado de la editorial del magazín colombiano virtual “CON-FABULACION Nº 50” (Texto citado en la micropublicación virtual “El Regalador” – Año 7, Nº 259, del 05-09-08 – Selección: Alfredo Di Bernardo).-

(27) - Correo de respuesta del Autor de GETSEMANÍ al seleccionador Alfredo Di Bernardo, respecto de la cita invocada ut-supra; ello, mediante correo electrónico del 06-09-08 – 11:50 AM.-

(28) - Nota: nombre atribuido a sabios griegos como Pausanias y Galeno, y, sobre todo, al filósofo romano Plinio “El Viejo”- o Mar de la Sal (el Iam HaMelaj, de los hebreos); Lago Asfaltites, Mar de Sodoma o Mar Hediondo.-

(29) - Juan 16, 16.-

(30) - Juan 15, 12.-

(31) - Oscar Ángel Agú (correo electrónico del 10-11-0’8 – 10:43 P.M.).

(32) - Rilke, Rainer María - Praga, 4 de diciembre de 1875 - Val-Mont, Suiza, 29 de diciembre de 1926 - Libro “Cartas a un joven poeta” (fragmentos fechados en Roma el 14 de mayo de 1904, atención del Poeta santafesino, Oscar A. Agú: “Muy estimado señor Kappus: También es bueno amar, pues el amor es cosa difícil. El amor de un ser humano hacia otro: esto es quizás lo más difícil que nos haya sido encomendado. Lo último, la prueba suprema, la tarea final, ante la cual todas las demás tareas no son sino preparación. Por eso no saben ni pueden amar aún los jóvenes, que en todo son principiantes” (duda: pero, ¿acaso los niños no saben amar? Porque está escrito: “Hay que hacerse como niños para entrar en el Reino de los Cielos”). “(…) Amar no es, en un principio, nada que pueda significar absorberse en otro ser, ni entregarse y unirse a él. Pues, ¿qué sería una unión entre seres inacabados, faltos de luz y de libertad? Amar es más bien una oportunidad, un motivo sublime, que se ofrece a cada individuo para madurar y llegar a ser algo en sí mismo; para volverse mundo, todo un mundo, por amor a otro” (duda: ¿y sin alguien no se ofrenda al otro para ser feliz viéndolo feliz, y se deja asumir o absorber por el otro, sin perder los íconos de su individualidad única e irrepetible; no es contradictoria la expresión “ni entregarse ni unirse”, con la de “volverse mundo, todo un mundo, por amor a otro?). “Es una gran exigencia, un reto, una demanda ambiciosa, que se le presenta y le requiere; algo que lo elige y lo llama para cumplir con un amplio y trascendental cometido” (cierto: pero que no lo abandona, pues está escrito: “Sin Mí, nada pueden”). “(…) Ni el absorberse mutuamente, ni el entregarse, ni cualquier otra forma de unión, son cosas hechas para ellos, que por mucho tiempo aún, han de acopiar y ahorrar. Pues todo eso es la meta final. Lo último que se pueda alcanzar. Es tal vez aquello para lo cual, por ahora, resulta apenas suficiente la vida de los hombres.” (duda: roguemos entonces, que un joven no sea llamado a nacer al Cielo, en pleno desarrollo, pues no habría alcanzado la posibilidad de Amar. En verdad, no es la madurez lo que nos lleva al Amor, sino, por el contrario, es el Amor el que nos madura en términos humanos y de Hijos de Dios. Lo siento por don Rilke, pero me asiste todo el derecho a disentir con él desde las inigualables reflexiones que manan del Evangelio de Cristo Jesús. Sí podemos coincidir con él, se acota, cuando expresa –refiriéndose al amor entre un hombre y una mujer –que es sólo una de sus más importantes aristas, pero sólo una de ellas-, cuando afirma: “(…) “Este amor más humano, que se consumará con delicadeza y dulzura infinitas -imperando luz y bondad, así en el unirse como en el desligarse- se asemejará al que vamos preparando entre luchas y penosos esfuerzos: el amor que consista en que dos soledades se protejan, se deslinden y se saluden mutuamente... “.-

(33) - Lucas 6, 45; Mateo 7, 16-18; 12, 33-35.-

(34) - Respuesta del Autor de GETSEMANÍ al Poeta O. A. Agú, respecto de su poema trascripto ut-supra, y mediante e-mail del 13-11-08 – 11:23 P.M.-

(35) - Ver Nota 16 donde el Autor de GETSEMANÍ “reflexiona” sobre las reflexiones de Rilke.-

(36) - Respuesta del Poeta Agú (op. cit.) al autor de GETSEMANí, por e-mail del 14-11-08 – 09:46 A.M.-

(37) - Respuesta del Autor de GETSEMANÍ al Poeta O. A. Agú, respecto de sus apreciaciones sobre la posibilidad o no de definir al Amor – E-mail titulado: ¿Es posible definir el Amor? - Re: El amor sabe lo que es hacer amor- 14-11-08 – 11:58 A.M.

(38) - Marcos Ana (escritor español nacido en 1921 – Extractado de “El Regalador” – Año 7 - Nº 271, 28-11-08 (ob. cit.).-

(39) - Respuesta del Autor de GETSEMANÍ al Poeta Marcos Ana, respecto de su reflexión acerca del carácter todopoderoso de la Poesía –que es artificio, y peca de los límites promovidos por la misma limitación del hombre como proyecto sólo concluso, en Dios. E-mail titulado “Apreciación inútil,”del 29-11-08 – 12:28 P.M.-

(40) - Marcos 14, 58; Mateo 26, 61.-

(41) - Lucas 2, 22-40.-

(42) - P. Germán Saksonoff, C.O. (Revista “Calendario Cristo Hoy” – San Miguel de Tucumán, Argentina, 28-12-2008).-

(43) - Mateo 2, 16-18.-

(44) - Mateo 4, 23; 9, 35-38 y 10, 1. 5ª - 6-8; Marcos 6, 34 y Lucas 10, 2.-

(45) - Lucas 13, 34-35; 19, 41-44 y 21, 5-6; Mateo 23, 37-37 y 24, 1-3 y Marcos 13. 1-4). "¿No han leído este pasaje de la Escritura: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos? Entonces, (los sumos sacerdotes, los escribas y los fariseos, que estaban en el templo de Jerusalén donde Jesús había hablado a través de la Parábola de los Viñadores Homicidas) buscaban la manera de detener a Jesús, porque comprendían que esta parábola la había dicho por ellos, pero tenían miedo a la multitud. Y dejándolo, se fueron" - Marcos 12, 1-12.

(46) - San Juan de la Cruz: “A la tarde te examinarán en el amor; aprende a amar como Dios quiere ser amado y deja tu condición… Mira que no reina Dios sino en el alma pacífica y desinteresada”.-

(47) - Lucas 10, 12-15 y ; Mateo 11, 20-24.

(48) - Mateo 7, 21. 24-27.-

(49) - San Pío de Pietrelcina: “Hagamos el bien mientras disponemos del tiempo, y daremos gloria a nuestro Padre del Cielo, nos santificaremos a nosotros mismos, y daremos buen ejemplo a los demás”. Ob. cit., 17-12-08.-

(50) - P. Germán Saksonoff, C.O. – Cristo Hoy (05-12-08) – San Miguel de Tucumán (Argentina): “Que Dios vino es innegable, pero para que lo vivas en plenitud y te unas a Él verdaderamente debes allanar el sendero. Es decir, no es problema de contenido sino del envase. Tú eres el envase. Gozarás de la Navidad, el Evangelio, la Misa, la Eucaristía, y, en definitiva, la salvación eterna, en la medida que allanes el sendero de tu vida y dispongas tu casa, tu alma, para acoger al Señor que, sin mérito alguno de tu parte, viene a entregarse a ti con las manos llenas. Recuerda: la vida es corta” (Op. cit., 07-12-08).-

(51) - Lucas 1, 26-38 - Nota: “En el siglo IV el Emperador Constantino y su madre Santa Elena conservaron dentro de los muros de una amplia básica a la casa de Nazareth (Nazaret), en la que vivió la Sagrada Familia. Al caer Palestina en poder de los musulmanes, esta casa fue trasladada a países cristianos. Según la tradición, el transporte se hizo por el aire a manos de unos ángeles que la condujeron a Dalmacio primero en 1291, y en 1294 a la ribera opuesta del Adriático, en Italia, entre unos bosques de laureles, de donde recibe el nombre de Loreto. La Basílica –que encierra a la Santa Casa de Loreto- fue levantada en el siglo XIV”. (Ob. cit., 10-12-08).-

(52) - Lucas 1, 36-37 y 39-47.-

(53) - Lucas 1, 57-66.-

(54) - Mateo 11, 11-15 ;7-10-15 y 17, 10-13; Lucas 7, 18-23.-

(55) - Lucas 1, 5-25.-

(56) - Cristo Hoy (Tucumán, Argentina), 11-12-08 – Pensamientos de la Madre Maravillas de Jesús.-

(57) - Mateo 21, 28-32.-

(58) - Juan (Evangelista) 1, 6-8. 19-28.-

(59) - Nota: 120 kilómetros separaban a Nazareth de Belén (Ciudad de David); esa es la distancia que recorrieron, precariamente y en lomo de burro, sobre terreno indócil, María y José a fin de cumplir con el censo ordenado por el Emperador Augusto, cuando Quirino gobernaba la Siria, y cada uno debía inscribirse –caso de José- en su ciudad de origen. (Lucas 2, 1-14; 15-20).-

(60) - Mateo 1, 18-25 y 2, 6; Lucas 2, 1-20.

(61) - Hechos 13, 46-47.-

(62) - Mateo 8, 5-11; Lucas 7, 1-10; 13, 28-29; Juan 4, 46-53.-

(63) - Lucas 16, 9.

(64) - Mateo 6, 24; Lucas 16, 13-15.

(65) - Lucas 16, 14-15.

(66) - Lucas 21, 1-4; Marcos, 41-44.-

(67) - César Actis Brú (Poeta y ensayista, nacido en Tandil, Provincia de Buenos Aires, 1942. Reside en Santa Fe, Argentina)– Presentación de su Libro “Mystagogia Poética” (Universidad Católica de Santa Fe) – Noviembre 2008.-

(68) - Valenti, Marcelo Juan – Poema sin nombre – Dado por e-mail del 08-11-08 al Taller Literario del Grupo Alephianos (Directora: Verónica Capellino – San Cristóbal, Provincia de Santa Fe - Argentina).-

(69) - Lucas, 2, 22-40; 2, 41-51.- Nota: Cuando Jesús fue purificado y consagrado al Señor, en su carácter de hijo primogénito, Simeón, varón justo, conducido por el Espíritu, fue ese día al Templo de Jerusalén, y después de alabar a Dios reconociendo al Niño como “la salvación” preparada por Dios “delante de los hombres: Luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel”, bendijo a la Sagrada Familia, y señaló a María, su madre: ‘Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos”. Esta fue la segunda vez, creo, que Jesús disimuló, en el brillo de sus ojos, el llanto de consuelo ofrecido a su madre. Después, vuelto a Galilea, crecería y se fortalecería en Nazaret, lleno de sabiduría, pues la gracia de Dios estaría siempre con Él.-

(70) - Op. cit.

(71) - Alude al sublime Poeta santafesino (argentino) Horacio C. Rossi (1953-2008).-

(72) - Marcelo A. Murúa – Poeta místico argentino (“Bienaventuranzas de la Solidaridad - Fragmento” - La Liturgia Cotidiana - Sociedad San Pablo - Argentina - Octubre 2008, págs. 27 y 30). -

(73) - C. Actis Brú, op. cit.-

P.-S.

ADRIAN N. ESCUDERO – Santa Fe (Argentina). Breviario curricular: Autor de los libros de cuentos editados: “LOS ULTIMOS DIAS” (Colección Ficción Conjetural y Metafísica) (Edic. Colmegna S.A. - Santa Fe-Argentina, 1977); “BREVE SINFONIA Y OTROS CUENTOS” (Colección de Realismo Mágico) (Edic. Colmegna S.A. - Santa Fe, Argentina, 1990) y “DOCTOR DE MUNDOS I – EL SILLON DE LOS SUEÑOS” (Colección de Ficción Conjetural y Metafísica) (Edic. Vinciguerra S.R.L. - Buenos Aires, Argentina, 2000); así como, entre otros, de los libros de cuentos inéditos concluidos: “NOSTALGIAS DEL FUTURO” – Antología Fantástica (Colección de Ficción Conjetural y Metafísica (La Botica del Autor – Santa Fe, Argentina, 2005); “DESDE EL UMBRAL – Terrores Cotidianos y de los otros” (Colección de Horror). La Botica del Autor – Santa Fe, Argentina, 2006/2007; EL REINO DE LOS SUEÑOS (Crónicas de Relatos y Poemas Prestados – Libro Homenaje). Colección de Crónicas Oníricas). La Botica del Autor – Santa Fe (Argentina), 2005/2008 y “DOCTOR DE MUNDOS II – VISIONES EXTRAÑAS” (Colección de Ficción Conjetural y Metafísica (Inédito. La Botica del Autor – Santa Fe, Argentina, 2003/2008); “MUNDOS PARALELOS y Otros Cuentos” (Colección de Realismo Mágico). La Botica del Autor – Santa Fe, Argentina 2004/2008; “EL EMPERADOR HA MUERTO y Otros Relatos” (Colección de Realismo Mágico). La Botica del Autor – Santa Fe, Argentina, 2005/2008); y de los libros de cuentos inéditos en desarrollo: “Doctor de Mundos III” – LOS ESPACIALES (Colección de Ficción Conjetural y Metafísica. La Botica del Autor – Santa Fe, Argentina, 2005/2008); “APOCALIPSIS BANG y Otros Cuentos para un Semáforo” (Colección de Microrrelatos). La Botica del Autor (Santa Fe, Argentina 2006-2008); “ATILA y Otros Cuentos de Abecedario” (Colección de Realismo Histórico). La Botica del Autor (Santa Fe, Argentina, 2007-2008); “PUNCIONES MENTALES – Terrores Cotidianos y de los otros” (Colección de Horror – Nº 2). La Botica del Autor – Santa Fe, Argentina, 2008: todo sobre relatos con copyrigts en magazins locales, nacionales e internacionales y/o inscriptos en la Dirección Nacional del Derecho de Autor (Ministerio de Justicia y Culto de la Nación).

Datos personales: Domicilio particular: Obispo Gelabert 3073 – (3000) Santa Fe (Argentina) – L.E.. Nº 8.467.257 - Te.: (0342) 455-4811 – Contador Público Nacional (1975-FCA/FCE-UNL) y Magíster en Dirección de Empresas (CT-1998 – UCSF/UCC). Miembro de la Asociación Santafesina de Escritores (ASDE – 1978); Sociedad Argentina de Escritores (SADE-Santa Fe, 2004); Asociación Cultural “El Puente” (Santa Fe, 2004); Instituto de Cultura Hispánica de Santa Fe (Argentina) (2006) y RED MUNDIAL DE ESCRITORES EN ESPAÑOL (REMES) (España) (2007).- E.mails: adrianesc@fibertel.com.ar y adrianesc@hotmail.com - ENERO 2008.-

Este artculo tiene del autor.

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