Portada del sitio > TRIBUNA LIBRE > LOS MACHOS TIENEN QUE SER CIEGOS
{id_article} Imprimir este artículo Enviar este artículo a un amigo

LOS MACHOS TIENEN QUE SER CIEGOS

Meria Albari (Antonio Tortosa Sánchez)

España



En estos días, tan dados al consumismo, en los que parece que uno tiene que ser bueno, en los que tenemos que atiborrarnos de comidas, de dulces, y beber como cosacos -después pagaremos los excesos- y reunirnos con la familia, con los amigos, escribir esa postal o hacer esa llamada  telefónica que solemos dejar para última hora porque maldita la gracia que nos hace hablar con la  persona que tenemos al otro lado del teléfono.

Pues bien, en estos días que nos han dicho que tenemos que ser felices y regalar felicidad a manos llenas, uno fue sorprendido en unos grandes almacenes  con lo siguiente:  un chico, adolescente, le decía a la que debía de ser su madre- ¡mira que póster tan "guay" para mi cuarto!; la madre dejando lo que tenía entre manos, preguntó ¿cuál, ese de la chica en bikini?, no el otro, el del chico de la guitarra, es guapísimo. La madre escandalizada y mirando  a su alrededor para ver si alguien les había oído, contestó bruscamente: ¡Niño, los hombres no se fijan en esas cosas!

Yo pensaba que a estas alturas - nuevo milenio, nuevo siglo- estas cosas ya no sucedían. Cuando yo era niño ésta era una frase que, con toda su contradicción, con todo su sexismo, estaba a la orden del día y muchas veces se acompañaba, en el mejor de los casos,  de un "capón" (golpe dado con los nudillos de la mano en la cabeza o con la mano abierta en la nuca) o,  en el peor, de  un sonoro bofetón. En mi niñez sí que los varones, los machos, tenían limitado los colores para vestir, los juegos, los cortes de pelo, los juguetes, las conversaciones, etc. Según se iba creciendo, aparecían unas prohibiciones y desaparecían otras.

Durante mucho tiempo me pregunté -y pregunté sin obtener una respuesta, a lo sumo una mirada extraña- por qué a una chica si le era permitido reconocer la belleza en otra chica, unos ojos  bonitos, llorar en una película... mientras que a los chicos era algo no solo prohibido sino que el que se atrevía hacer un comentario de este tipo era inmediatamente  etiquetado de "mariquita".

Otras de las curiosidades que observé, en aquél tiempo, era que las chicas siempre iban a los servicios de dos en dos, mientras que los chicos lo hacían en pandilla o de uno en uno; igualmente, dos chicas podian compartir una misma cama, mientras que para dos chicos, dependiendo de la edad, esto era totalmente impensable -Dios me libre de pensar en un chico y una chica-.

Toda una serie de detalles como estos vinieron a mi memoria. Cuando llegué a casa me puse  a reflexionar, después me senté ante el teclado, empecé a escribir estos recuerdos  junto con las reflexiones y hacerme las preguntas que ahora comparto con ustedes.

¿Es qué los machos, los varones, tienen que ser ciegos? ¿No pueden tener sensibilidad? ¿Tienen que ser incapaces de reconocer la belleza entre ellos mismos y, si lo hacen ser, cuanto menos, "mariquitas"? ¿No deben  poseer ninguna emoción que traduzca un mínimo de ternura, sensibilidad? Por supuesto, les está prohibido el llanto -con lo sano  que es llorar- .

¿Han observado  el riesgo que corren los varones cuando se dan un abrazo? No logro explicarme como no se producen un verdadero traumatismo en la espalda. Hay una verdadera competición por ver quién  da el golpe más fuerte.

Podríamos seguir con una lista enorme de esta manera de tipificar la hombría, lo "macho", lo varonil. Es triste. Triste por dos motivos: en primer lugar porque supone unos valores tan míseros  que no llegan a la categoría de paupérrimos; en segundo lugar porque indirectamente se está ofendiendo, por idénticas razones,  a otro colectivo, el homosexual, con el que se podrá estar de acuerdo o no  pero que tiene  todo el derecho a  que se le respete y ser respetado.

Si la hombría, si ser macho, si ser varón, se sigue basando en esa escala tan manida, tan trasnochada, tan decimonónica, pobre de nosotros. Porque, seamos realistas: eso del "hombre y el oso cuanto más feo más hermoso" es una mierda, una patochá, una falacia. El "hombre y el oso cuanto más feo, más asqueroso".

Me niego a esconder mis emociones, me niego a no llorar a moco tendido cuando me apetezca -como hago cada vez que veo "Candilejas"-. Me niego a ser ciego. Me niego a ser zafio, ñoño y tonto.

Y por si he despertado algunas dudas, lo que por otra parte me importa un bledo, me siento muy a gusto con mi sexualidad.

Este artículo tiene © del autor.

2320

   © 2003- 2023 Mundo Cultural Hispano

 


Mundo Cultural Hispano es un medio plural, democrático y abierto. No comparte, forzosamente, las opiniones vertidas en los artículos publicados y/o reproducidos en este portal y no se hace responsable de las mismas ni de sus consecuencias.


SPIP | esqueleto | | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0