De esta Mancha que mancha no me lavo
 por más que el tiempo pase muy de prisa,
 y traiga algo de llanto y más de risa
 ¡qué de todo ha de haber al fin y al cabo!

 Y diciendo manchego no me trabo
 pues me llega su olor, como una brisa
 desde mi tierra tan hermosa y lisa
 de cuyo amor he sido siempre esclavo.

 Restituto y Rejano, vencedores,
 han cenado conmigo y han sido los mejores,
 los ganadores de este feliz año,

 por ellos va mi vitor y mi trago,
 por ellos que han llegado hasta este pago
 donde ningún poeta es un extraño.

 Manuel Parra Pozuelo