Ver módulos anteriores publicados en MCH, buscando sección Autores/Artistas-Adrián N. Escudero-Cuentos: Introducción y Parte 1. El Ropero; 2. La Biblioteca; 3. La Heladería; 4. El Teatro. Recomendamos al lector el abordaje de las Partes mencionadas, para sincronizar la secuencia discursiva del multicuentos. Muchas gracias.-
5. El Templete
A los dos horizontes de Jano...
... Y ahora fue por aquella duda razonable que mi espíritu voló, alejándose del teatro y poniendo a un lado recuerdos que, por un lado endulzaban el alma, pero que, a su vez, amenazaban con la amarga cicuta de la melancolía; huí de Ella…
… Huí como si hubiera visto consumada la traición temida. Huí de Ella como de una astuta serpiente hocicando un océano de arenas movedizas. Si lo temido sucediera alguna vez, ya no la merecería... Entonces, me negué a seguir buceando en tal punzante como probable ingratitud, propia de una sociedad desquiciada en su eje estructural: el matrimonio, la familia. De no, vería también –amargamente- cómo su desdén y tristeza la irían transformando en una imagen bizarra del esbelto amor que sostuviera mi vida; sí, empequeñecida y afeada, sería como una medusa de muerte para los que osaran posar sus ojos sobre Ella... Y desperté.
Fue ese callejón oscuro el que me salvó de imaginar su rostro enajenado, para estar aún vivo –sin merecerlo-, y me derivó a un antiguo templete iluminado con lámparas votivas, cuyos aceites incensaron el aire penumbroso y perfumaron las pieles y túnicas de los seres paradigmáticos que lo habitaban. Me pregunté -y temblé al hacerlo-, si no estaría a las puertas de un justiciero Purgatorio. Alguien proclamó en seguida:
“Quizás podamos afirmar ahora que, el tal Sócrates, fue como un Cristo helénico de la razón para el conocimiento científico del Mundo; tanto como el buen Jesús, el Cristo hebraico de la Fe para el conocimiento trascendente de la Vida. Y que, entre el fhilos y el theos, el hombre es la vara que se yergue enhiesta, plantada en tierra y erecta al cielo, midiendo su distancia: es cierto, conmovido a veces por los vientos de la duda, estremecido en los bordes de su vulnerable esencia, pero jamás quebrantado a pesar de sus flaquezas, seguro ya de su infinita aspiración hacia un sentido del todo y del Todo, del cual emerge como inteligente testigo de lo Creado...”.
Pronunciada la sentencia, la voz calló y cedió paso a un canto gregoriano sublime y cálido, que merodeó los contornos de mi inconsciencia hasta ungirla con las mieles de una infinita paz…
Aturdido por la extraña fragancia del incienso que brotaba como un mágico elixir en aquel refugio de dioses innombrables, supe por el Boston Reporter de abril 2000, que ojeaba con desgano en cuclillas, como si hubiera estado rezando en el centro mismo de aquel Templete singular, que “... hay una riqueza posible en ciertas cosas que sólo el tiempo hace realidad”. Lo que siguió fue como el reverso de la mística visión atravesada, pues mientras en torno a mi desnuda persona danzaban bordalesas, cubas y toneles como vientres inflamados de placer alcohólico, el informe especializado afirmaba también que, las cualidades de un gran vino pueden estar implicadas en su origen pero, desarrollarlas hasta la excelencia, es cuestión de tiempo… Y creo que Dom Perignon asentía al verse oblicuamente referenciado en los absurdos dilemas con que la existencia terrena enfrenta a uno al decidir por una buena inversión: mi mente contable recogió al instante, como cabos sueltos, algunos conceptos del Magíster en Dirección de Empresas que había cursado alguna vez, contraviniendo mi esforzada vocación literaria, y presentí sin dudas que, a mi viejo amigo, a un amigo, a este Amigo que persistía a mi lado a pesar de los delirios de una incipiente paranoia, bien podrían asignarse ciertas bondades propias de un instrumento de renta fija a corto plazo: accesibilidad (aceptaba cualquier tema), liquidez (disponible a escucharlo todo), flexibilidad (sin corromperse, asistirme cuando une desasosiego agrio clamaba por:), seguridad (cuidado: invariable; guardia: insobornable), respaldo (toda una tradición en cepas) y exención impositiva (me lo dijo: era libre de dejarlo cuando quisiera)... ¡Uff!: Para encontrar la mejor alternativa, llámenos al 0810-444-666 (¿Hola?; dijo la borrachera, y Satanás tirará de su cola. Shhh... Si lo prefiere, puede acercarse a cualquier sucursal donde nuestros asesores especializados responderán a todas sus inquietudes…).
Sorprendido, Dom Perignon ahuecó su frente líquida, hizo un gesto meloso, y permitió que me adentrara una vez más en los secretos senderos de su gustosa conciencia…
Continuará con Partes 6 y 7/7-Final).
ADRIÁN N. ESCUDERO - Santa Fe (Argentina), 18-07-2003. T.a.: 14-04-2010.- Ver breve currículum literario del autor en módulo Post Scriptum.-