En estos tiempos en dónde todo sube, menos la dignidad del hombre y al final camina demasiado solo, en busca de esa paz interna que lo traslade a otros estados de ánimo. El país recién comienza a dar síntomas positivos de mejoría, después de haber atravesado una terrible crisis económica; la cual se agravo por la grave crisis política del año anterior y que mantuvo a la nación entera en vilo y de rodillas pidiéndole al todopoderoso una solución rápida. Muchos derramaron lágrimas de impotencia ante la pérdida de un ser querido, ante las manos del crimen organizado o por la pérdida de su empleo, de su casa ante un desastre natural; en fin muchas cosas. Otros derramaron lágrimas de alegría por la clasificación de Honduras al mundial después de muchos años de no hacerlo y muchos intentos o por culminar con éxito sus estudios, después de muchos esfuerzos y desvelos o por conseguir ese empleo o ese viaje tan añorado. A pesar de los problemas cotidianos, la vida sigue su rumbo triunfal, sigue sin detenerse, se busca en cada uno de aquellos seres que la conforman de una u otra manera. A pesar de los momentos duros, la esperanza, la tenacidad, el coraje y la fe; deben ser como aquellos hermanos que nos abrazan a toda hora y en el cual debemos aferrarnos como la más alta expresión de triunfo.

Es imprescindible seguir adelante, a pesar de los obstáculos, es necesario no ver hacia atrás y mucho menos si los recuerdos no han sido los mas gratos dentro de nuestro corazón. Hay muchos que se apoyan en la sombra de la desesperanza y el pesimismo y los envuelve un manto de tristeza, mas sin embargo, otros se apoyan en Dios, la familia, los amigos, y en su propia confianza y siguen el camino directo, ese que nos lleva al éxito. Los problemas sociales agobian nuestra sociedad y eso no es nada raro en un país tercermundista como el nuestro. El desempleo crece a pasos agigantados y junto con ella pensamientos ociosos, los cuales son malos consejeros. Después de los sucesos del 28 de junio del 2009, las familias quedaron fraccionadas, divididas y tristes; pero existe el hoy para unirlas, nunca se debe esperar para mañana lo que se puede hacer hoy, es necesario y urgente hacerlo ya.