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Regresan Kalimán y Solín

Personajes de ficción que afectan

Albeiro Rodas / Wang Yangming Huoche Zhan (王陽明火车站)

Colombia



Serenidad y paciencia, mi pequeño Solín, mucha paciencia.

Los mexicanos no se aguantaron más la ausencia de dos de los héroes latinoamericanos más populares entre las décadas de 1960 y 1980 y ahora los quieren resucitar y en buenahora: Kalimán, el hombre increíble y su pequeño amigo Solín. Según la Revista Qualia, septiembre de 2017 será el inicio de una nueva era de aventuras y caminos con los niños y jóvenes del siglo XXI y esperemos que sea un éxito por los valores que entraña. El proceso es consecuente con la era de renovación de viejos héroes en el mundo estadounidense como Superman, Batman, la Mujer Maravilla y el Hombre Araña, entre otros, todos personajes nacidos después de la II Guerra Mundial con el sello impreso del nacionalismo de uno de los países más poderosos de la tierra. Todos esos héroes de Hollywood han recibido una dedicada adaptación a cada tiempo, lo que los permite vivir eternamente y de generación en generación. Un personaje tan preponderante como Superman, figura del ideal estadounidense de un ser todopoderoso, casi divino, ha sido relanzado para este nuevo siglo, lo que incluyó el cambio de colores de su atuendo azul, con capa y calzoncillos rojos por un entero azulejo más cercano a las exigencias estéticas de nuestro tiempo. Los héroes latinoamericanos, en cambio, son más humildes, igual de populares entre nuestros pueblos y con valores muy interesantes que vale la pena resaltar. Si bien Kalimán fue diseñado como un personaje con un extraño origen indio – de la India, aunque en las series siempre se habla de hindú lo que confunde la nación India con la religión hindú -, lo cierto es que es una creación 100 por ciento mexicana y con un inmenso apego al mundo hispanoamericano. Sus creadores fueron Rafael Cutberto Navarro y Modesto Vázquez González para la radio mexicana por allá en 1963 y dos años después saltó a las historietas, lo que lo puso al alcance de todos los niños a lo largo y ancho de todo el Hemisferio Occidental. Al mismo tiempo, 1965, Todelar compró los derechos a Victor Fox, pero hubo un problema de autorización con la Editorial Novara quien advirtió que dichos derechos no eran de Fox sino de ellos. Pero el proceso ya había comenzado con un gran éxito en el público colombiano y Kalimán y Solín entraron a Colombia con todo. Valores de la época Lamentablemente Kalimán y Solín, con padres mexicanos, siempre desarrollan sus aventuras en Europa, África, Asia o hasta debajo de la tierra, tomando distancia del mundo latinoamericano. Los mismos personajes son extranjeros: Kalimán es de la India y Solín de Egipto. Esto seguramente los hace exóticos al público latinoamericano y fascinados con la sabiduría de oriente transmitidas en las maneras en las que los dos héroes se enfrentan a los peligros y a sus enemigos. Kalimán es además un galante y un modelo masculino más cercano a la figura representada por héroes ingleses como James Bond o Sherlock Holmes. Es muy culto, de una gran caballerosidad, cuida al extremo su atuendo, conserva siempre la serenidad y siempre tiene un plan. A pesar de su gran delicadeza para con las damas, considera que estas no están hechas para la aventura y que el peligro es cuestión de hombres, mientras que la mujer es siempre objeto de protección, tal como se lo dice a Brenda, en la serie La Araña Negra, cuando esta le expresa su deseo de casarse con él y acompañarlo en sus aventuras – interesante sería ver a Kalimán en un diálogo con Lara Croft (Angelina Jolie). En síntesis, este Kalimán es más bien machista para nuestros tiempos. Valores que necesitamos Pero a pesar de ese machismo matizado con perfil inglés, Kalimán tiene otras cualidades que son las que necesitamos en nuestro mundo hispanoamericano de hoy, especialmente en países que como México y Colombia se enfrentan a difíciles problemas de corrupción y en donde muchos villanos se aprovechan de la gente sin que exista un sistema de justicia implacable que los ponga en sus sitios. Solín, el niño que somos todos Como revela José Vásquez, sobrino de uno de los creadores, Modesto Vázquez González, a la revista Excelsior, en principio el personaje principal era Solín, un niño egipcio de la calle descendiente de la dinastía de los Ptolomeo, quien tendría sus aventuras en sitios exóticos de la tierra. Pero era demasiado niño y necesitaba un protector y, de allí, viene Kalimán. Los dos son inseparables, pero este niño Solín al cual el hombre increible llama con tanta ternura “mi pequeño amigo”, es muy original en el contexto del héroe. Ni siquiera las parejas de héroes de Hollywood como Batman y Robín se le pueden comparar, ya que Robin es un joven que si bien sigue y ayuda a Batman, él mismo tiene la capacidad de enfrentarse a los enemigos. En cambio Solín es un niño quizá de 10 años de edad que depende enteramente de su protector, tutor y amigo, que es más un auténtico padre. Las preguntas de Solín hacia Kalimán son, en realidad, las preguntas de los pequeños lectores o escuchas: “Kalimán ¿y ahora qué haremos?”, a lo cual el héroe siempre responde con una frase de sabiduría y sentido común, como el profesor responde a sus alumnos o como un buen padre lo hace con su niño: “Calma, Solín, serenidad y paciencia, mi pequeño amigo, recuerda que siempre hay un camino cuando se usa la inteligencia”. En síntesis, Solín somos todos esos niños que lo siguen y lo seguirán. Tiene la gracia, la inocencia, la ingenuidad y a la vez la inteligencia de un niño. Lo previene del peligro y lo asiste en sus planes: “Óyeme bien mi pequeño amigo, irás a los caballos y les soltarás las riendas a todos, para que cuando quieran montarse, se caigan”, le dice en la serie La Araña Negra y Solín siempre asiente con un “sí, señor”. Este personaje, Kalimán, es único en este sentido, porque no sólo se dirige a los niños que lo oyen o leen, sino que también los hace partícipe de sus aventuras. Kalimán va con todos los niños del mundo a sus aventuras y, a diferencia de una cultura del consumo que los quiere utilizar como compradores, preparando sus mentes para el ciego consumo, Kalimán prepara la mente de los niños, la mente de Solín, con frases de conocimiento para la vida misma: “Que tu camino sea la verdad y la justicia”, le dice el héroe a su pequeño amigo. Como uno de esos niños que leyó y escuchó las aventuras de Kalimán y Solín, creo que todas estas frases se hicieron familiares en mi vida misma y aún retumban en mi subconsciente. Entonces me doy cuenta que Latinoamérica entera necesita personajes como Kalimán y Solín, personajes que deben impregnar la mente de las nuevas generaciones de esos valores. La justicia El concepto de justicia en Kalimán y Solín son muy superiores si los comparamos a otros héroes como muchos de los de Hollywood, pero también al de otro personaje que parece ser el hermano gemelo de Kalimán y que es aún más viejo como es Tamakún, el vengador errante. Tamakún, cuya indumentaria es similar a la de Kalimán, fue creado en 1941 en Cuba y tuvo también su popularidad, aunque nunca ha alcanzado a la del héroe mexicano. Mientras Kalimán lucha por la justicia, Tamakún lucha por la venganza y sobre la venganza Kalimán nos dice que esta “es mala consejera”. He ahí la diferencia. Si bien la mayoría de los héroes lucha por la justicia, muchos de ellos, como Tamakún, al cual le asesinaron los padres, basan su lucha en un principio de venganza. Ver también a Batman, el cual comienza su epopeya a partir del odio que siente por quienes asesinaron a sus padres. Pero Kalimán, quien tiene su propia historia trágica desde su más temprana edad, pone sus aventuras en el principio de una justicia por encima de todo: “La luz de la justicia y la verdad siempre vencerán”, nos dice. Su nombre es la definición de su ser. Ni siquiera podría significar un nombre: Kalimán, más tendiente al inglés que al castellano – de nuevo esa referencia internacional, traduce literalmente El Hombre de la Diosa Kalí. La diosa hinduista Kalí es representada siempre como una mujer de múltiples brazos que destruye o mata a otros y, por ende, es temida como una diosa de la crueldad. Pero ese es un error de interpretación. En realidad a quien destroza es a quien debemos temer: las fuerzas del mal. Es la diosa implacable de la justicia, la protectora divina y quien es artífice de protección. Es en estos elementos que entendemos a la persona de Kalimán, el héroe sin nombre que se presenta simplemente como el Hombre de Kalí, es decir, justo, protector y liberador: “Que tu camino sea la verdad y tu meta la justicia”. Me pregunto yo, el Solín ya cuarentón, qué diría Kalimán de nuestras sociedad latinoamericanas, de nuestras historias y luchas, de los procesos que vivimos. ¿Qué diría de los carteles de las drogas corrompiendo las instituciones? ¿De los servidores públicos de la corrupción que se comen el erario público sin pudor? ¿De los sofistas de la política que engañan las mentes de los jóvenes a través de los medios de comunicación para manipularlos en favor de sus intereses egoístas?

Siempre venceremos al mal con la fuerza de la verdad…

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