Todos nos vemos envueltos en un sinfin de dudas y situaciones que a veces resulta irrisorias por la serie de conflictos absurdos que pueden llegar a generar.

Primero aparece la duda de comida o cena, los críticos ponen en ridículo a los que a unos y a otros. La cena es mejor porque hay mas marcha, terminas de copas y te lo pasas mejor y la noche es la noche, los de comida son personas que les gusta menos la juerga, son los casados con sus mujercitas e hijos y solo pretenden estar con sus compañeros/as y pasarse un rato agradable, puede que la marcha nocturna no tengan para ellos un significado especial.

Una vez determinada la cena o comida, se produce la primera criba del personal, bien por decreto o por conveniencia.

El segundo apartado es la elección del restaurante, aparecen de nuevo las diferencias y matices respecto al lugar y precio. Ambos términos van asociados por lo que las sugerencias son diversas, por conocimiento odesconocimiento de los comensales, solo lo conocen algunos y otros si saben algo se callan porque no le interesa. Hay de nuevo una selección de personal no tan alta como la primera, pero esta va en función del día que toca la comida o cena y es aquí donde alguno/a se encuentra con algún imprevisto y no puede asistir a dicho evento (lo que algunas veces resulta desagradable para la persona que lo organiza y para el dueño del restaurante, que hay sitios donde se tiene que pagar estas bajas de última hora).

Al final llegamos o llegan los cuatro de siempre (los incondicionales les llamo)bien engalanados con sus peinados, vestidos de la última y perfumados a raudales, nos piropeamos lo guapos y bellas que están que parecen distintas, algunas les tiene que preguntar el nombre porque parece pertenecer a otro gremio.

Toca el turno de colocación en la mesa, al ser tan numerosos te ponen una mesa alargada, donde empiezas a hacerte el remolón, para ver como se colaoca el personal, a unos no les importan con quien caigan, pero otros buscan descaradamente las personas que prefieren a su lado ( los seleccionadores).

Al final compartes comida con los que tienes a tu lado, los dos o tres de enfrente y la pata de la mesa que siempre está ahi en medio.

Con el ruido infernal te comunicas con los de al lado, de vez en cuando salta algun chistoso para animar la velada, u otro que se levanta para hablar con el amigo que no ha podido sentarse a su lado.

Los platos van pasando y uno va comiendo mas o menos lo que le gusta y te ponen. Llega el final de la comida con el brindis (el momento de unidad de los comensales) el mas osado o el mas jerarca hace un discurso para despertar el sentimiento de los allí presentes.

Al final todos contentos, todas felices, nos retratamos física y económicamente, unos se marchan a los pub donde te encuentras en esos días personas del mismo u otro gremio, donde intentas hablar con ellos y no saben ni lo que te dicen porque no oyes nada del ruido que hay pero tu sigues contento, hay otros que se van después de comer tranquilos a casa.

Al final del día te das cuenta que ha sido un momento agradable vivido con tus compañeros y compañeras, que se debería repetir mas a menudo, así te da la opción de conocerlos uno a uno, y tener otro punto de vista distinto al concepto de compañerismo