Pagina nueva 2
FANTASIA DE UN COSMONAUTA TERRESTRE
A mi Madre, Margarita de Con
Cansado del penoso vuelo
contando ovejas me acosté;
e inmerso en mi profundo sueño
extraños sueños yo soñé.
El primer sueño que yo tuve
parecióseme tan real;
que por semanas yo no pude
mis fantasÃas separar.
Quince doncellas me atendÃan,
bellas princesas de Dakar;
las imprudencias que me hacÃan
sonme imposibles de contar.
Las más hermosas de las Evas:
sus negros ojos y su piel...
me amarraron con sus cadenas,
me hicieron esclavo de su ser.
De Dakar al antiguo Kyoto
mi ágil sueño me transportó;
a las geishas con sus kimonos
besos miles les entregó.
La gracia de sus movimientos
de esa sutileza oriental:
aprisionábanme el aliento
cuando las miraba yo pasar.
Fascinado con tus pagodas
oh, geishas de mi corazón...
Os dedico estas tiernas odas
fálico gesto de mi amor.
Muy amargo fue mi otro sueño
que creyéndome despertar,
me hallé rodeado de puercos
con vestimentas de un zagal.
Cansado de atender los cerdos,
contando aviones me acosté;
e inmerso en mi profundo sueño,
extraños sueños yo soñé.
Copyright 1996, Ernesto Con De 'LetanÃa de una tarde de invierno'