Sí, compañero Godfather, tienes razón: sólo piensan los poderosos. En gran medida, el hombre da la calle y la mujer del hogar no utilizan sus vastas facultades neuronales para dimensionar en profundidad la magnitud del sofisma, de la mentira y de la farsa creados por quienes rigen el destino de la humanidad. La imagen amañada sustituye al pensamiento. Mis respetos a tus acertadas opiniones.

Durante unos días he estado reflexionando sobre los efectos de la hegemonía militar, política, económica, científica y de casi todo tipo de los EE.UU. de América, haciendo un respetable esfuerzo mental para ordenar mis pensamientos y, con no menor empeño, someter mis impulsos emocionales a los dictados de la razón. De dicho trabajo han resultado las siguientes conclusiones:

1). Después de haber quedado reducida la bipolarización política mundial (caída del comunismo) a la hegemonía de los EE.UU., hoy subsiste un arsenal armamentístico de inquietantes proporciones. Y no sólo de armas químicas y convencionales, sino también de artefactos nucleares. Elementos destructivos que, debido al imparable progreso en esa dirección, van quedando obsoletos. Pero, a excepción del armamento atómico, el resto de dicha producción se vende a los Estados pobres, para que se desangren entre sí en beneficio de las minorías capitalistas.

2). Las citadas armas no pueden ser empleadas contra el terrorismo internacional, porque éste no está sometido al control de los Estados sino al de ciertos grandes empresarios (Bin Ladem, por ejemplo), uno de cuyos métodos empleados para conseguir sus fines consiste en utilizar los libros sagrados para que la ignorancia permita la inmolación de muchos creyentes islámicos.

3). Se puede generar -ya está sucediendo- una corriente de simpatía a favor del terrorismo por parte de ciertas sociedades oprimidas del Tercer Mundo (millones de seres humanos se han alegrado por el drama del "World Trade Centre").

4). Descrédito internacional de la ONU, cuyos mandatos no ha acatado la coalición anglo/norteamericana ni los gobiernos que la han secundado.

5). Rompimiento del Derecho Internacional, puesto que los EE.UU. han arremetido de forma virulenta contra el Tribunal Penal Internacional (TPI) y desoído, entre otros acuerdos internacionales -por dicho Estado suscrito- el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas.

6). Potenciación de falsas alianzas (España, por ejemplo), en detrimento de la estabilidad democrática. Amparo de las dictaduras afines al Estado hegemónico y desestabilizaciones políticas y sociales creadas por la CIA (Cuba, Venezuela, Brasil ...).

Hay más puntos negros derivados de la citada hegemonía. Pero basten estos apuntes para hacer comprender cuál es el alcance de la tragedia que se nos avecina.

Sin embargo, como signo positivo, ha crecido el clamor popular a favor de la paz. Y en el futuro, sospecho, la sociedad norteamericana (cuya economía depende en gran medida de países como Japón, India, Corea, Singapur, Israel y Taiwuan), atemorizada por su aislamiento y por sus muertos en injustas guerras, con un presupuesto militar anual que hoy ronda los 450 000 millones de dólares, pedirá cuentas a sus dirigentes.

Bush pasará a la Historia como un canalla; pero el mundo, durante sabe Dios cuánto tiempo, tendrá que sufrir los efectos de la soberbia estadounidense.

César Rubio (Augustus).