Hace tiempo que desapareciste, sabrá Dios qué rumbo tomaste. DirÃa que trotaste rápido hacia donde jamás debiste dirigirte, pero no te culpo, eras digno de las mejores atenciones. ¿Qué pasó? ¿Qué motivos hirieron tu dulce actitud como para perderte en la inmensa bruma de tu sentimiento? Sabes, creo que te marchaste resentido; pero fuiste prudente, jamás te mostraste inconforme, partiste sin dejar una sola huella de tus coqueterÃas, locuras y escasos momentos de tristeza. (...)