Helos ahÃ, agazapados en todos los rincones del pensamiento. Siempre al acecho, sopesan el valor y la dirección de las ideas. Sus pasos, más que pisar, levitan sobre la alfombra dorada de la virtud. No permiten disentimientos acerca de las cualidades del patriotismo, la bandera, el derecho a nacer (no al derecho de vivir dignamente), el modelo familiar, patriarcal y omnÃmodo; la obediencia, el sentimiento religioso (aunque España sea en teorÃa un Estado aconfesional) y el (...)