Regresa dama
empajarada, entucanada, náutica
asomándole a las masas
ahÃtas con ella se expanden las guarañas
atracan con ella aguardadas en La Boca
adoradas por las limusinas y los pedigüeños
¡Que los muestre!
le urge a la dama el maravilloso
pueblo argentino que nunca se equivoca
se suelta nuestro pueblo
se engalana después de una atinada jaculatoria:
con pechos me acuesto
con pechos me levanto
dama de pechos
como derechos
pechos beligerantes que (...)