LOS TRANVIAS DE SLAVIA La tímida llovizna teñía de otoño aquella tarde estival1. Las calles de Slavia mostraban sus gríseos empiedres, surcados por longitudinales y rectilíneos raíles, que se prolongaban en la explanación cenicienta, hasta perderse en la urbana lontananza. Caminos de hierro, que en ocasiones, se alabeaban formando cruces y desvíos, de sinuoso trazado. Ramales con carriles de alma fina y ligera, reforzados en sus bifurcaciones e intersecciones, por pequeñas y (...)