Este es un diccionario en que se puede encontrar una definición de conceptos como «Lectura oral», Bookcrossing (dejar libros en lugares públicos para el disfrute de otras personas), «Literatura líquida» (la que puede experimentar todo tipo de cambios a lo largo de su vida editorial), «Escritolector», o «Brecha digital», además de su análisis, las implicaciones y las referencias de estudios que abordan el estudio de un tipo de realidad que avanza a pasos agigantados.
El proyecto del Diccionario de nuevas formas de lectura y escritura explora precisamente la revolución en la forma en que nos enfrentamos a ellas y a su interpretación por la irrupción del mundo digital. De las silenciosas bibliotecas a las librerías café, de una inmersión lineal en las letras, a otra marcada por el hipertexto y la fragmentación… Editado por Santillana, y la Red Internacional de Universidades Lectoras (RIUL)—integrada por un grupo de 43 instituciones de educación superior de México, Argentina, España, Italia, Estados Unidos o Brasil— el objetivo se centra en poner a la lectura y escritura en la perspectiva de «los modernos paradigmas científicos de las humanidades, las ciencias sociales (…) la biología y la ecología…» .
Así, 700 páginas en su versión de papel —y la web con buscador— coordinadas por los profesores Eloy Martos Núñez y Mar Campos Fernández-Figares han salido adelante por la colaboración de 86 expertos. La nueva relación entre literatura e informática, una forma distinta de comprender la realidad, la cultura de la apropiación en la que intervienen procesos dinámicos y de cruces de códigos, sacar a la luz prácticas que no son prestigiosas, la desaparición de una idea de canon… Todo forma un punto de partida para la creación de este diccionario.
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