no aprendí demasiado en la escuela
los trabajos
no aprendí nada de la gente
no aprendí nada de la historia
no aprendí nada de mis padres
becado en el infierno
no aprendí nada del diablo
los acólitos
los alcohólicos
no aprendí nada de eso que llaman amor
no aprendí nada de eso que llaman amistad
no aprendí de las cantantes
no aprendí del viento
la luz
los ojos
los retratos
no aprendió nada de las noticias
no aprendí nada de la enfermedad
no aprendí nada de dios
aprendí del insomnio
aprendí de las adiciones
aprendí de las burlas
la maledicencia
el constante desprecio
aprendí de mi pequeño yo
se convirtió en un gran yo
aprendí de los perros la astrología romana
los convictos
aprendí de los mendigos
y sí
aprendí de los dueños de la vida
los farsantes
no aprendí nada entre tus brazos
no aprendo nada de la lengua
no aprendí nada de los compilados
las antologías
los ejemplos
no aprendí en Internet y su te ve
no aprendí nada con los jíbaros
los alemanes
los yanquis
los brasileños
los rusos blancos
sí
me comprendo
como el huevo
la aguja
se comprenden
no se aprende nada en la copa de los árboles no se aprende nada en los sótanos
en los cuentos de hadas
en la vida de santos
ni aprendí nada de esos que hablan continuamente de literatura
no aprendí nada de esos que hablan permanentemente del dinero
no aprenderé nada en los negocios los sedantes
ni en el agua
no aprendí en la nube
ni despertando temprano ni obedeciendo
no aprendí desnudo
no aprendí abrigado con una idea del mundo
del ser
de los helados
telones de infortunio
acá suben las almas
y la gloria de Dios abandona sus huesos
come el lobo
traga el águila
y el silvestre espejo
olvida
su oscura maravilla
lo se
no importa la voz del profeta a las naciones
eso aprendí en la biblia
eso aprendí en la cabala
eso lo aprendí sin la piedra en el camino
mientras oía hablar de los demás
no aprendí nada teniendo
no aprendí nada perdiendo la espuma tan duramente ganada
dicen que si uno sube y sube y sube
encuentra algo
una advertencia o un tesoro
no aprendí nada en las rodillas lastimadas
no aprendí nada en el frío
ni aprendo en los aplausos
no aprendo en los besos sucios de la adoración
presto atención
muchísima
tengo paciencia
muchísima y muchísima determinación
y sin embargo
no aprendo nada de la harina de quinoa
la stevia
o la paz de aquellos que duermen en el Señor
de la agitación de la utopías redentoristas del resentimiento
no
no aprendí
el masajista coreano
dice que soy muy orgulloso
capaz
no aprendo nada de las heridas del pecado original
no aprendo nada de mi tripa
no aprendo nada de mi leyenda
no aprendo de la poesía
(de la poesía es de lo que menos aprendo
y eso que no aprendo nada)
encuentro las máscaras
cada una es mi cara
mi capa
mi coartada
ni aprendía nada en Londres no aprendí nada acá
acá hay un montón de gente asesinada que me invita a
dar la conferencia de las sombras
un montón de dueños de la sangre rescatada
un montón de inquilinos
un montón de osos
y de escudos
y de cuantas cosas más
que no se deben aprender
sin consecuencias
no aprendí en la lucha
no aprendí en la tregua inmediata celular idónea
no aprendí porque no había nada que aprender en casa del verdugo
en los paños del mártir
un poco de fuego, por favor, un poco de veneno
no aprendí porque no tuve tiempo
no tuve ganas
no tuve sonrisas
florecillas
no quise estudiar mi ignorancia
explorar sus reino
ser mejor que los fantasmas
las estatuas
y queda tanto por cerrar
abro lentamente la piel del ciego
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