Mi padre habÃa reunido a toda la familia en el corralón de la casa, bajo el porche de bovedillas marrones. Un poco más allá se recortaba el gran cuadro azul del cielo con algunas nubes de algodón malva y al fondo, en el otro extremo, asomaban, desde sus arriates, zelindas, enredaderas, hortensias, alas de ángel -que como la violeta, florecen en invierno- y algún pangio. Todo ello formaba parte de un no muy extenso y nada frondoso jardÃn. Bueno, aquà lo tenéis ¿Qué os parece? (...)