Yo creo en la juventud. En esa juventud llena de buenos propósitos, que sabe lo que quiere, pero que se haya ralentizada, impotente, en su travesía por los mares de la realización personal, porque la entretienen y la engañan, y a veces es olvidada, y a veces es azotada por las nevadas copiosas de la indiferencia de los que ya se alejaron de su influjo primaveral, de su luz, de su canto, de sus ansias de vida nueva.
La juventud, etapa clave en la vida de cualquier ser humano, camina en (...)